ley de Hubble-lemaître
Escrito por Sergio Nuñez (Universidad Nacional de Ingeniería)
Escrito por Sergio Nuñez (Universidad Nacional de Ingeniería)
Finales de agosto nos ha traído una nueva noticia y un nuevo reconocimiento en la ciencia. Durante la realización del XXX Encuentro de la Unión Astronómica Internacional (IAU) realizado en Viena, Austria, los miembros de la IAU votaron para decidir si cambiar el nombre de la ecuación que describe la expansión del universo: “Ley de Hubble”, por “Ley de Hubble-Lemaître”. Pero, ¿te es familiar el nombre Lemaître?, ¿por qué la IAU ha intercedido por él?
La detección de la expansión del universo fue uno de los descubrimientos más importantes del siglo XX. Se cree que, en 1929, Edwin Hubble descubrió esta expansión y que su descubrimiento está basado en sus extensas observaciones del corrimiento al rojo de nebulosas espirales. Lamento infórmate que ambas afirmaciones son incorrectas. Actualmente, existe suficiente evidencia sobre cómo realmente fueron las circunstancias de estos descubrimientos.
Fue en 1927, cuando Georges Lemaître, un sacerdote, astrónomo y profesor belga, publicó su artículo titulado: “Un Univers homogène de masse constante et de rayon croissant rendant compte de la vitesse radiale des nébuleuses extra-galactiques”. En el cual redescubría soluciones dinámicas de las ecuaciones de Einstein. Si bien fue Friedman (1922) el primero en publicar estas soluciones, este no ahondó en temas cosmológicos, a diferencia de Lemaître, que aplicó la teoría de la relatividad a la cosmología. En este mismo artículo, dedujo una relación lineal entre la velocidad v y la distancia r: v=Hr. Combinando las velocidades de las galaxias medidas por Vesto Slipher (1917) y las distancias determinadas por el brillo, publicadas por Hubble (1926), Lemaître pudo calcular dos valores para la “Constante de Hubble” (H), 575 y 670 km s^{-1} Mpc^{-1}, dependiendo de cómo se agrupen los datos. Lemaître concluyo de estos resultados que el universo se está expandiendo.
Un año más tarde, Lemaître y Hubble asistieron al III Encuentro de la IAU desarrollado en Leiden, Holanda. Según la Resolución B4 de la IAU, estos intercambiaron puntos de vista sobre el relevante corrimiento al rojo de las nebulosas, y cómo este afecta al modelo evolutivo del Universo. Pero una entrevista realizada por Bert Shapiro al asistente de Hubble, el astrónomo americano Milton Humason, afirma que, tras el encuentro de la IAU, Hubble habría oído a dos o tres científicos sugerir que, cuanto más tenues eran las nebulosas, más distantes estaban y mayores eran los corrimientos al rojo. Si fue una conversación directa, o una mera casualidad, lo que sucedió fue que un año después (1929), Hubble publicaría su artículo titulado: “A Relation between Distance and Radial Velocity among Extra-Galactic Nebulae”, y dos años más tarde (1931), Hubble y Humason publicaron nuevos resultados sobre la expansión del universo. Esta vez con una muestra que alcanzó mayores regiones del espacio. No pasó mucho tiempo tras esto para que este nuevo e increible fenómeno físico pasar a llamarse: "Ley de Hubble".
La controversia existía desde ya hace un tiempo. Incluso existían algunas creencias incorrectas, por ejempo, muchos astrónomos profesionales y autores populares creeían que la poca popularidad de la revista belga en la que Lemaître publicó sus resultados, y el idioma francés usado, fueron los limitantes para que su notable descubrimiento pasara desapercibido. Esto no es del todo correcto, incluso Albert Einstein estuvo enterado de este trabajo, aunque se mostró escéptico. Además, se ha creído que el artículo de Lemaître publicado en 1927 fue traducido en su totalidad al inglés. Esto también es incorrecto. Las dos páginas del trabajo de Lemaître que contienen las estimaciones de la constante de Hubble no están en el artículo traducido en 1931.
La situación se puso seria cuando en 2011, la revista Nature informó que Hubble había desempeñado un papel en la redacción de la traducción del artículo de Lemaître, que establecía lo que ahora se llama Ley de Hubble, y también daba evidencia observacional de ello. Además, ese mismo año el astrónomo observacional Sidney van den Bergh publicó un artículo titulado: “The curious case of Lemaître equation No. 24”, donde manifiesta que no solo la ecuación que determina la ahora llamada “Constante de Hubble” fue omitida, sino que también el párrafo donde trata sobre este hallazgo. Otro hecho fue que la traducción no incluye las notas de pie de página que tenía el artículo original. Una de estas explica, con detalles, cómo Lemaître usó las velocidades radiales de 42 galaxias para el cálculo de la constante de Hubble. Todo esto nos hace apuntar a modificaciones deliberadas, más que simples accidentes. Finalmente, en noviembre de 2011, el astrónomo Mario Livio informó en Nature que, tras revisar la correspondencia entre el editor de the Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, el astrónomo William Marshall Smart, y Georges Lemaître, se halló una carta donde Lemaître especifica haber realizado él mismo la traducción, y que él omitió los párrafos al considerarlos que “no eran de actual interés”, y que las notas de pie de página “pueden ser reemplazados por una pequeña bibliografía de artículos antiguos y nuevos sobre el tema”, dandole así fin a la controversia.
En base a todo esto, y aunque las investigaciones apunten a que Lemaître retiró su hallazgo en la traducción, es inegable su gran aporte al entendimiento de nuestro Universo. Por ello la IAU, el órgano de decisión internacional en el campo de las definiciones de cuerpos celestes (estrellas, planetas, asteroides, etc.) y campos relacionados a estos, en su último encuentro, resolvió: “que, a partir de ahora, la expansión del universo se conoce como Ley de Hubble-Lemaître”. Un reconocimiento quizás tardío, pero importante.
Muchas veces tendemos a ignorar la historia detrás de los avances científicos, y es que después de todo, muchos de los descubrimientos son tan de nuestro día a día, que no reparamos en conocer más sobre ellos. Sin embargo, es importante saber que la ciencia es una suma de muchos, y reconocerlos es parte de nuestra labor.