Es un artista insignia y referente indiscutible del género pop de los años 80, nacido en Venezuela y con orígenes italianos. Más de tres décadas en los escenarios no le han mermado voz ni presencia; antes, al contrario, Franco de Vita tiene mucho de los buenos vinos: su canto tiene aroma y sabor, pertenece a la quintaesencia de los intérpretes más queridos de América Latina, merecedor del Grammy Latino, de los Premios Billboard, del reconocimiento mundial por su trayectoria, del toque mágico que tienen los Elegidos para trascender idiomas y fronteras. Las letras escritas y cantadas por él pertenecen al cancionero popular que se guarda en los pliegues de la memoria colectiva. Es un artista completo, un cantante de calidad, un músico de carrera, un compositor del corazón; se trata de un artista maduro, reposado pero delirante, capaz de proveer ilusiones para amueblar los sueños. En 1984 se puso en Primera Fila cuando grabó su primer disco. Y desde entonces.