Melancolía

y2mate.com - 3 HOURS of GENTLE NIGHT RAIN Rain Sounds to Sleep Study Relax Reduce Stress help insomnia.mp3

Terminó de limpiar su computadora y se sentó de nuevo en su cama. Cuando prendió el dispositivo, un anuncio de medidas de protección contra el coronavirus apareció en la pantalla. Nuevamente, recuerdos de su padre inundaron su mente.

Para despejar un poco su mente, decidió por fin empezar a buscar algo que ver Netflix. No le gusto nada de lo que el sitio tenía para ofrecer, así que sólo se quedó acostado escuchando música.

.

.

.




Abrió los ojos, todavía sentía que llovía. Oía una melodía apagada…se había sacado los auriculares mientras dormía. Con los ojos entrecerrados, miró la pantalla de su computadora. 14:22. Con un suspiro, se levantó. Tardó en incorporarse. Sintió un poco de frío, decidió ponerse un abrigo. Al abrir el placard vió algunos sweaters


Al ponerse su favorito, recordó el perfume de su madre. Capaz lo había por accidente...o capaz era un olor fantasma. De todas formas se dirigió sin ganas hacia la cocina de nuevo. Decidió tratar de escribir un poco. Tenía un libro en el que parcialmente expresaba aspectos de su vida en forma de relatos que el personaje principal vivía.

.

.

.


Pasó horas escribiendo, pero sin progresar. Lo bombardeaban recuerdos de tiempos mejores. O por lo menos no tan malos. Consideraba que su vida se había ido apagando...pero más rápido que la del resto. “Que sueño”-pensó, pese a haber dormido hace poco. El sol ya casi terminaba de ocultarse por completo. Se dirigió nuevamente hacía su cuarto, esta vez para sacar una soga de una de las cajas de mudanza que había preparado hace no mucho. Había considerado abandonar su departamento. Irónicamente, la soga le recordó a la casa de su abuelo, que amaba. “Solía jugar mucho a saltar la soga en la primaria”-se dijo en voz alta.

Ya era de noche, pero no tenía hambre. O más bien, no tenía ganas de comer. No tenía motivación. Contempló la soga una vez más. Hace rato qué una atmósfera aciaga inundaba todo el departamento. Era asfixiante. Pero el tipo de asfixia lenta, no inmediata. Con semblante sombrío y movimientos inseguros, que nadie podía ver, se colocó erguido sobre la mesa de la cocina ahora sí cara a cara frente a la soga. Era repentino. No podía encontrar una razón para hacerlo, ni para no hacerlo. Ya no podía ni pensar correctamente. Así que dio un paso, y sus pies ya no estaban sobre la mesa.