Introducción
Se ha
escuchado, sobretodo en estos tiempos, sobre personas que realizan una Fiesta o
Banquete (a la que muchos llaman en hebreo "Seüdat Hodayá") con el objetivo de compartir con las personas el agradecimiento que
tiene por algo que recientemente le ocurrió y que le salvó, o que le trajo
beneficios muy provechosos, o porque simplemente el individuo ha detectado y
siente que el Todopoderoso le ha Dedicado una Supervisión Especial. Por
ejemplo, una persona a la que iban a atracar y no le hicieron nada…, o, a la
que iban a chocar y no le pasó nada..., o si le chocaron y no le sucedió nada; otro ejemplo pudiera ser el de una persona que padeció de una enfermedad y se curó.
La presente
investigación tiene el objetivo de esclarecer si esta persona ¿tiene obligación
de hacer un Banquete de Agradecimiento al Todopoderoso? Pero, podría ser que no
lo fuera, y, más bien habría que averiguar si es bueno o recomendable hacerlo,
o más aún… ¿acaso podría llegar a ser prohibido realizar una Banquete por este
motivo?
Pregunta
¿Es
obligatorio hacer un Banquete o Fiesta por una Salvación o por que recibió un
Beneficio particular muy especial? ¿Es recomendable? Y si no… ¿Sería, al menos,
permitido?
Argumentos
Milagro...
¡A celebrar!
Según el SHU”T
MAHARA”M Elshakar (Rabí Moshé Ben Yitzjak Elshakar, Cap. 49), había
una costumbre en Turquía que fijaban la fecha en la que ocurrió un milagro a
una persona, como un día que sería especial para él y para su familia, y que
habrían de celebrar todas las generaciones que le sucedan, de ahí en adelante, hasta el punto en que se
considera como si hubiese hecho una promesa (de que le lo seguirá festejando).
Dice el SHU”T MAHARA”M Elshakar ésta es una buena costumbre… De
hecho, la fecha que fijó para celebrarla se torna en (un compromiso con
naturaleza de) promesa (halájicamente hablando), y sus hijos tienen la
obligación de seguir festejando dicha salvación o milagro… Dicha fiesta era
calificada con la palabra “Purim” (seguramente para darle una importancia
similar al día de Purim) seguida de un nombre o apodo representativo que lo
diferenciara de otros individuos que estuvieran en su misma situación.
Decretos
Festivos por Salvación
Para entender
un poco las bases de este tema, se dirigirá la atención a Maséjet Shabbat
(Pérek 1), la cual revela que había una escritura llamada “Meguilat
Taänit”, escrita en una época en que la gente amaba
(apreciaba) las “situaciones problemáticas”; es decir, las personas ponían
especial atención y tenían un aprecio especial por cada uno de los casos en los
que se habían salvado de un problema (complicación angustiante). En
definitiva, el texto mencionaba fechas gloriosas para el Pueblo de Yisrael,
en las cuales se había dado fin a dichas problemáticas, y que fueron
declaradas como de días festivos.

La
contundencia de estas fechas eran de tal magnitud, que el Tur (O.J., Simán
559) dice que si una de estas fechas de Meguilat Taänit hubiese
coincidido con el día 10 de Ab, entonces, esta fecha habría de ser celebrada a
tal punto que, si llegara a ocurrir un año en que Tishä Beab cayera en Shabbat:
en vez de que se traspase el Ayuno y luto correspondiente para el domingo 10 de
Ab, tendrá prioridad la celebración impuesta por Meguilat Taänit, anulando
(sólo en dado caso) el poder del ayuno pospuesto de Tishä Beab.
Cancelación
de Asuetos
Pero, en el Talmud
(Maséjet Rosh Hashaná, Hoja 18:2) dice que se anuló la Meguilat Taänit,
lo que implicaba la cancelación de todas las fechas allí mencionadas…, y no
quedaría ninguna fecha de aquella lista a seguir conmemorando, con excepción
de dos, Janucá y Purim (éstas dos sí se siguen celebrando año tras año).
Siendo así, si las fechas dispuestas por los Sabios (de la época de Jananiá Ben
Jizkiyahu), cuya razón de ser era el Agradecimientos por Acontecimientos y
Salvaciones a favor del Pueblo de Yisrael (es decir, a nivel colectivo), fueron
anuladas…, entonces: se deduce que, con mucha más razón, no debería estar
permitido imponer nuevas celebraciones de esta índole, y más aún, siendo éstas de carácter individual o
particular.

Por consiguiente, si una persona pretendiera, en la actualidad,
fijar la fecha en que le ocurrió un milagro o salvación grande, se conseguiría
con que no habría un motivo de Mitzvá o Halájico al hacerlo, pero, al menos, no
sería prohibido… Y así pareciera haber dictaminado, acerca de esto, el Perí
Jadash (Cap. 496, Minhagué Isur Veheter, Inciso 14), Rabí Jizkiyá Da
Silva: “no es necesario hacer estas fiestas particulares, pues éstas
(fechas) no tendrían ninguna Santidad”. Por consiguiente, si alguien
quisiera fijar la fecha de un milagro o acontecimiento que le salvó, con el
objetivo de repetir su celebración año tras año, no tendrá prohibido hacerlo,
pero, tampoco se le considerará un Banquete de Mitzvá (sino de Reshut).
Si
Le Recuerda, será Recordado
En el libro Nehar
Shalom (Cap. 496, Sección “Minhagué Isur”- Pag 149, Inciso 14), escrito por
el Rab Shabbetay de Ventura, está registrado que aquel quien, por
motivo de agradecimiento, fije (anualmente) como Yom Tob (Festividad) al mismo día
(fecha) en que se le hizo un milagro o salvación, se le Galardonará siendo
Titulado -por las Alturas- como “el Ágil” por haber recordado Sus Milagros Benditos.
En
el Midrash Tehilim (Capítulo 57) está escrito que, por cada vez que
la persona recuerda a Hashem, Hashem lo Recuerda a dicha persona. Y
si recuerda a Hashem debido a que reconoce determinado Favor que el
Todopoderoso le Hizo, con más razón, Hashem le corresponderá Recordándole. En
el Yalkut Shofetim (Rémez 60), está escrito que, cada vez que una
persona agradezca por un milagro sucedido, en el mismo momento en que esté
agradeciendo a Hashem (por ejemplo, con cánticos u otras acciones empíricas de
reconocimiento de favores), todas sus trasgresiones le serán perdonadas…
En cualquiera
de estos textos, no está escrito que se tenga que hacer una Seüdá (Banquete o
Convite) para llevar a cabo este objetivo y obtener este beneficio. Pero, es
probable que todo el motivo por el cual algunos acostumbraron a hacer Seüdá en dichos
eventos de agradecimiento, haya sido para lograr atraer al público ante quien
se quiere agradecer al Todopoderoso.
Banquete…
y Gracias
Los autores de
los textos Mathé Asher, MASÁ Mélej (Jélek 7), Kenéset
Haguedolá, y Maguén Abraham (Simán 686) sostienen que es
necesario que la persona agradezca a Hashem, cuando detecta que ha recibido una
Benevolencia evidente por parte de las Alturas, a través de acciones
empíricas de agradecimiento, como por ejemplo, una fiesta.
Ëzrá
Hasofer y el RAMBA”M
El
Rab JID”A, en su libro Shem Haguedolim (Maäréjet Äyin, Ërej “Rabenu
Öbadiá Mi_Bartenura”), en medio de su disertación, dijo que se encontró un
pergamino escrito por el RAMBA”M, en el que narraba una anécdota personal…
Allí estaba escrito que –en una ocasión- el propio RAMBA”M había terminado
de escribir un Séfer Torá, sobre y el que aplicó un vasto análisis y múltiples revisiones.
Después de varios años, le informaron que existía un Séfer Torá muy antiguo
ubicado en cierta ciudad de Gran Bretaña, escrito por puño y letra
de Ëzrá Hasofer.

Cuando se enteró de esto, partió
inmediatamente para allá. Apenas llegó, cotejó la Escritura de su Séfer
Torá con el de Ëzrá Hasofer, y pudo constatar que ambas eran semejantes
en la estructuración (Petujot y Setumot) y hasta en detalles ínfimos. En
ese momento, su alegría se tornó a plena, a tal punto que fijó un día de
brindis, convite, alegría y Yom Tob (asueto), agradecido por haber
coincidido la sabiduría, conocimiento y destreza que tuvo para con su Séfer
Torá; la fecha que fue y seguiría siendo festiva –por ello- fue el 28 de
Iyar. Personajes como el Rab Abraham Yitzjaki, y el autor del libro Mikraé
Kódesh (Rab Jayim Abuläfia), son ejemplo de aquellos que siguieron festejando
esta fecha en el calendario, año tras año confraternizándose con el
agradecimiento por lo ocurrido al RAMBA”M.
Por
consiguiente, se podría decir que esta anécdota coincide con la opinión del MAHARA”M Elshakar, quien asimismo indicó que había de conducirse una persona que
haya recibido una benevolencia trascendente por parte de las Alturas.
Vigencia
de un Agradecimiento
El JATAM
Sofer (O.J., 163), recordando el otro lado de la moneda que –sostuvo el
Perí Jadash quien- recordó que se
anuló la Meguilat Taänit (y, en efecto, no debería seguirse –con más razón-
fijando días de asueto nuevos, por más agradecido que se sienta la persona), argumentó
(el JATAM Sofer) que el motivo por el cual se anuló la Meguilat Taänit fue
estrictamente por el hecho de que habían fechas allí dispuestas que tenían
sentido únicamente bajo la continuidad del Estabelecimiento del Templo Sagrado…

Por ejemplo, una de las fechas de Meguilat Taänit celebraba el día en que se
inauguró el Sacrificio de Tamid en el Templo; y otra fecha celebraba la
salvación y derogación de un decreto (frente al cumplimiento de Leyes de la
Tierra de Yisrael) que había impuesto el rey Antiojus (Antíoco Epifanes), que
permitió que se pudiera proseguir con las Labores en el Templo Sagrado… Por
consiguiente, cuando ocurrió la Destrucción del Templo, los Sabios
consideraron que todas las Celebraciones inscritas en Meguilat Taänit no tenían
razón de ser, pues el Templo y la alegría que éste emanaba ya no
están… Pero, eso no quiere decir que se prohíba mantener fechas ni fijar
nuevas fecha por agradecimiento por Benevolencias trascendentes y evidentes
del Creador, cuando se trata de beneficios que se mantienen en pie y/o que
desencadenaron consecuencias positivas que se estén disfrutando hasta el
presente.
Y afirmó que
si hay alguna fecha que –por este tema del agradecimiento- se haya dispuesto
como festivo y asueto fuera de la Tierra de Yisrael, o, aunque sea dentro de la
Tierra de Yisrael, siempre y cuando no tuviera nada que ver con la actividad en
el Templo Sagrado, habría que seguirla celebrando año tras año.
Dictamen
del JATAM Sofer
Por
consiguiente, bajo la perspectiva del JATAM Sofer, si una persona ha
tenido una Salvación trascendente, no habría impedimento halájico alguno para
fijar (esta persona) la fecha en que le ocurrió (dicha salvación) como un día
festivo para ese año y los años siguientes. Y, el hecho de que se haya
anulado la Meguilat Taänit, no será un factor que lo impida. Para avalar más su
afirmación, el JATAM Sofer invocó el Talmud (Ërubín, 10), en el
que está escrito que, desde que se destruyó el Templo, se autorizó a todas
las tierras (países) a decir Shirá (Cánticos al Creador), y así es la costumbre
en (comunidades de) varios países del mundo.

Esto lo tradujo el JATAM
Sofer como que es permitido y autorizable la práctica de fijar días festivos
de cántico y agradecimiento por acontecimientos ocurridos que trajeron
salvación y/o beneficio trascendentes a la comunidad. Y, de hecho, es
conocida la práctica de ciertas comunidades que lo hicieron, como es el caso de
la ciudades de Marruecos (“Purim de las Bombas” el 21 de Ab & “Purim de Sebastián” el 1 de Elul), y de
Siria (13 Siván). En algunos casos, hasta se hace una Lectura de una Meguilá (particular)
que narra el milagro ocurrido…
LA”G
Baömer
Otra prueba
del JATAM Sofer para demostrar la legitimidad de estas prácticas,
apunta a la ya conocida conmemoración del LA”G Laömer, la cual fue fijada
posterior a la destrucción del Templo Sagrado, en la cual se festeja incluso
con música, bailes y canticos de agradecimiento a Hashem por siempre. Y alega
este gran Sabio que el motivo (N.E. que alegan) para dicha festividad es que
pararon de morir los alumnos de Rabí Äkibá, lo que cual es un día de
benevolencia trascendente… (N.E. Ver más adelante, que se explicará que éste
motivo no fue suficiente para el mismo JATAM Sofer, y se necesita que haya una
salvación propiamente dicha, para fijar un día Festivo; pero, de aquí, se puede
aprender que, de calificar para ello, este Sabio lo habría autorizado aun en
tiempos posteriores a la Destrucción del Templo).

No obstante,
este argumento no sería suficiente (por sí mismo) para legitimar fijaciones de
fiestas por acontecimientos trascendentes beneficiosos ocurridos a una persona
o a un grupo de personas… Primeramente, y tal como se indicó en el Vaibárej
David (Núm. 24), el Perí Jadash sostiene que el día en que
pararon de morir no es una razón para fijar halájicamente una festividad en un
día en el año, al punto de celebrarlo con signos halájicos de alegría. Además,
existen causas diversas que desenlazaron en la celebración del LA”G Baömer, y
no coincidió esta fecha únicamente con la culminación de epidemia… En el Vaibárej
David (Núm. 24) se detalló sobre un número importantes de causales para
dicha celebración: Según el Rab JID”A, Rabí Äkibá empezó ese día a
enseñar a sus nuevos alumnos (que legarían darían continuidad de la Torá,
después del deceso de 24000 Sabios de la Torá);
según el Shaär Hakavanot, esta fecha es el día de la alegría
de Rabí Shimön Bar Yojay; según el Perí Ëtz Jayim, este día falleció
Rabí Shimön Bar Yojay, momento que fue catalogado por el Zóhar Hakadosh
(Vaijí) como Yomá De_Hilulá (el día de boda). Según el Kaf
Hajayim, en nombre del Shaär Hakavanot, esta fecha fue en la que
Rabí Äkibá licenció a los cinco alumnos que impartirían y dictaminarían las
Leyes, dando continuidad efectiva a la Torá en Yisrael. Según el SHU”T
Shem Arié, este día celebra la salida de Rabí Shimön, con su hijo, de la
cueva. Ninguno de estos causales tuvieron
que ver propiamente con una salvación física específica.
El JATAM
Sofer, hablando de los requisitos que califican una benevolencia como
indicada para fijar un día de agradecimiento por ésta, dijo que esto únicamente
se justificaría cuando la benevolencia fuese una salvación de la vida de la
persona, y no por cualquier favor recibido.
Benevolencia
Trascendente
No obstante,
el Sedé Jémed recordó que el RAMBA”M sí fijó una celebración por una
benevolencia Otorgada a él, desde las Alturas, y que no tenía que ver con una
Salvación de la vida del RAMBA”M, sino con la coincidencia de su Séfer Torá con
el de Ëzrá Hasofer.
¿Seüdat
Mitzvá Intrínseca?
Dice el JATAM
Sofer, en nombre del libro Yosef Ómetz, que, en la ciudad de
Frankfurt, el 20 de Adar fue fijado por la comunidad como día festivo (por un
milagro y salvación comunitaria); y toda fiesta que se haga, en ese día (Purim de Winz o Frankfurt), será
catalogada como Seüdá de Mitzvá, aunque no se concentre en ello el
agasajado o el organizador, ya que hay una obligación latente de hacerla. Pero,
personalmente el JATAM Sofer prefería él mismo organizar un evento
especial con objetivo propio de Mitzvá en esa fecha, y, de esa forma, de
seguro, se consideraría una Seüdá de Mitzvá.
¿Es
Conveniente las Celebraciones Públicas?
Por otro lado, el libro Piské
Teshubot sostiene que hay opiniones que sostienen que es mejor no hacer
una Seüdá de Agradecimiento. Dice que no es conveniente estar publicando un
milagro personal sino, más bien, se debe procurar que sea ocultado el milagro
ocurrido. Y lo que motivó a que dijera esto, fue una enseñanza emitida por el Zóhar
Hakadosh (Parashat Bo, Página 241) que advirtió no contar un milagro
personal, al público.
Pero, en un
intento por buscar dicha referencia del Zóhar H., no se encontró exactamente lo
que el Piské Teshubot supuestamente recopiló de éste. Así dice el Zóhar
Hakadosh (Parashat Bo, Hoja 41.2): hay una obligación, para la persona,
de hablar mucho con el Santo Bendito Él, y de propagar los milagros que Hashem
le hace (a uno)…
¿Y por qué habría obligación alguna de contar aquellos
milagros, si Hashem ya los sabe? Hacer conocer el milagro de Hashem y
hablárselo a Hashem, tiene el fin de que la palabra “suene Arriba”, y todos los
Grupos (celestiales) se reúnan arriba y vean (y escuchen) los milagros de
Hashem, alaben y agradezcan a Hashem: y, de esta manera, el honor de Hashem se
eleva en “Arriba y Abajo” (en los Cielos y en la Tierra)”.
No
es prohibido
Por
consiguiente, textualmente el Zóhar Hakadosh se refiere a que los milagros sean
mencionados hacia la Alturas, debido a que –en los Cielos- se honra el Nombre
del Santo Bendito Él cuando se escucha el agradecimiento por el milagro
ocurrido… Pero, no necesariamente este texto descartó que también haya que
hacerlo esparciéndolo entre el público, es decir, delante de una comunidad.
Nótese que este texto del Zóhar H (Loc.Cit.) termina diciendo que “de esta
manera, el honor de Hashem se eleva ‘Arriba’ (en los Cielos) y ‘Abajo’ (en
la Tierra)”. Para que haya honor en la Tierra, sería menester propagar
el milagro en la Tierra y, no solamente a través de una Tefilá individual hacia
el Santo Bendito Él. Y, aunque se quiera alegar que no es menester, por lo
menos, no se halla aquí prueba alguna de lo prohibido que pudiera ser hacer una
Seüdá de Agradecimiento público por un milagro ocurrido.
¿Exhibir
es Ostentar?
Le contaron al
Rab Jayim Kaniebsky, en un ocasión, sobre una persona que se salvó
milagrosamente (era un niño que había sido víctima grave de un choque
automovilístico y se salvó)… Le preguntaron, a continuación, sobre qué sería
lo mejor para hacer, en señal de Agradecimiento por el milagro ocurrido… Le
presentaron a este Sabio tres opciones
para que seleccionara la correcta o la mejor: (a) Ofrecer una Seüdá
(banquete del Kidush) de Shabbat ante el público que asiste a la sinagoga; (b)
Ofrecer una Seüdá (banquete o convite), en un día hábil de la semana delante de
un Minián (grupo de, al menos, diez hombres); (c) dar Tzedaká (donativo).

Respondió el Rab
Kaniebsky (Dérej Sijá, Tomo I, pag. 255) que la opción correcta y buena
es la de (c) dar Tzedaká, y no se debe hacer este tipo de salvación del
conocimiento público… Sin embargo, no dio a conocer el motivo de esta
decisión, ni tampoco alegó que haya una fuente del Zóhar Hakadosh que lo
prohíba…, por lo que, quizá, se podría decir que el motivo de su desapruebo –de
hacer Seüdá por un milagro haya sido por temor al Äyin Harrä (efecto espiritual
relativo al celo o envidia de un espectador), tal y como ha ocurrido en otras
épocas de la historia, como por ejemplo, a Jananiá, Mishael y Äzaryá, quienes
se salvaron milagrosamente del fuego del horno gigante de Nabucodonosor, ante múltiples
espectadores; y, aunque se salvaron, quedando ilesos, con sus cuerpos y ropas
intactas: no pudieron evitar ser alcanzados por Äyin Harrä que le aplicaron las
personas allí presentes, la cual sí les terminó afectando a la vida de ellos.
¿Válido
otro día?
Cabe destacar
que, según la opinión que sostiene que sí se hacen Agradecimientos públicos por
un milagro sucedido, debería hacerlo en el mismo día en el que ocurrió el
milagro, y, de ahí en adelante, celebrarlo en la misma fecha anualmente. Y aquello
que hacen algunas personas, cuando realizan banquetes o convites en honor y
agradecimiento por una salvación o milagro ocurrido, en otra fecha diferente a
la del día en que ocurrió aquello: no tendría el significado de Mitzvá definido
por los Rishonim que hablaron sobre este tema.
Conclusiones
I. Si una
persona va a hacer una Seüdat Hodayá (Banquete o Convite de Agradecimiento) por que se salvó de algo, lo
ideal es que la haga el mismo día en que se salvó. Y repetirá esta acción de
agradecimiento en esa misma fecha año tras año.
A. Y esta es la Seüdá sobre la que hablan los Poskim, y, según
algunas opiniones, es una Seüdá con carácter de Mitzvá.
B. Para las opiniones que sostiene que no es una Mitzvá hacer una Seüdá
de esta índole, al menos, no sostienen que sea prohibido hacerla.
II. Si una
persona quisiera hacer una Seüdá de Agradecimiento en una fecha diferente
(por ejemplo, un mes o dos meses posteriores) a la fecha en que disfrutó de
una salvación o milagro acontecido, esta Seüdá no tendrá propiamente un
carácter de Mitzvá, sino de Reshut (opcional, como si fuera que invitó
común y corrientemente a almorzar -a gente- a su casa)
III. Si el
motivo por el cual una persona quiere hacer un Agradecimiento no
fuera que tuvo una salvación, sino un beneficio material trascendente (le
Salió muy bien un negocio o ganó mucho dinero en la lotería) que le traerá
mucha ganancia, entonces, se le recomienda no hacer una Seüdá pública de
Agradecimiento; es recomendable en estos casos, dar Tzedaká o hacer Mitzvot
dedicadas al Agradecimiento por dicho beneficio.
IV. Si una
persona experimentó un éxito trascendente en el ámbito espiritual, como
por ejemplo, lo ocurrido con el Séfer Torá hecho por el RAMBA”M cotejado similarmente
con el de Ëzrá Hasofer, o cualquier persona que haya terminado de estudiar un Maséjet
del Talmud; o si la persona descubrió un Jidush (novedad) en el estudio de la
Torá, es bueno que haga una fiesta como agradecimiento por la benevolencia
dotada por las Alturas.