Los hermanos de Jesús de Nazaret son mencionados en algunos pasajes del Nuevo Testamento, y, especialmente, en los evangelios canónicos (en concreto, dos veces en el Evangelio de Mateo, dos en el Evangelio de Marcos, una en el Evangelio de Lucas y dos en el Evangelio de Juan). Dado que la existencia de hermanos carnales de Jesús de Nazaret entra en contradicción con el dogma de la virginidad perpetua de la Virgen María, que mantienen algunas confesiones cristianas, existe un debate entre filólogos e investigadores bíblicos de diferentes confesiones cristianas sobre cómo deben ser interpretados los textos que hacen referencia a los hermanos de Jesús. El debate está muy condicionado por las diferentes creencias religiosas de los participantes.
Desde el punto de vista estrictamente histórico, no hay razón alguna para suponer que Jesús no tuvo hermanos, tal y como se relata en los evangelios. No puede, sin embargo, excluirse completamente la posibilidad de que se trate de hermanastros, o de primos. Desde el punto de vista confesional, las iglesias protestantes defienden que estos hermanos de Jesús son hijos de María, los ortodoxos han sostenido tradicionalmente que se trata de hijos de un matrimonio anterior de José, y los católicos y anglicanos que son en realidad primos de Jesús, posiblemente hijos de una hermana de María, que a veces se identifica como María de Cleofás.
En ciertos pasajes del Nuevo Testamento se habla de forma explícita de hermanos (en griego αδελφοί) de Jesús. A continuación se hace mención de estos pasajes con sus respectivas referencias bíblicas:
Los evangelios sinópticos contienen dos pasajes que mencionan a hermanos de Jesús:
Καὶ ἔρχονται ἡ μήτηρ αὐτοῦ καὶ οἱ ἀδελφοὶ αὐτοῦ καὶ ἔξω στήκοντες ἀπέστειλαν πρὸς αὐτὸν καλοῦντες αὐτόν. καὶ ἐκάθητο περὶ αὐτὸν ὄχλος, καὶ λέγουσιν αὐτῷ. Ἰδοὺ ἡ μήτηρ σου καὶ οἱ ἀδελφοί σου ἔξω ζητοῦσίν σε. καὶ ἀποκριθεὶς αὐτοῖς λέγει Τίς ἐστιν ἡ μήτηρ μου καὶ οἱ ἀδελφοί; καὶ περιβλεψάμενος τοὺς περὶ αὐτὸν κύκλῳ καθημένους λέγει Ἴδε ἡ μήτηρ μου καὶ οἱ ἀδελφοί μου: ὃς ἂν ποιήσῃ τὸ θέλημα τοῦ θεοῦ, οὗτος ἀδελφός μου καὶ ἀδελφὴ καὶ μήτηρ ἐστίν.
Entre tanto, llegaron sus hermanos y su madre y, quedándose afuera, enviaron a llamarlo. Entonces la gente que estaba sentada alrededor de él le dijo:«Tu madre y tus hermanos están afuera y te buscan.» Él les respondió diciendo: «¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?» Y mirando a los que estaban sentados alrededor de él, dijo:«Aquí están mi madre y mis hermanos, porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre.»
El pasaje aparece en los tres evangelios sinópticos: es recogido también en Mateo 12:47-50(47 Alguien le dijo: «Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren hablarte».48 Jesús le respondió: «¿Quién es mí madre y quiénes son mis hermanos?».49 Y señalando con la mano a sus discípulos, agregó: «Estos son mi madre y mis hermanos.50 Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre».) y en Lucas 8:19-21(19 Su madre y sus hermanos fueron a verlo, pero no pudieron acercarse a causa de la multitud.20 Entonces le anunciaron a Jesús: «Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren verte».21 Pero él les respondió: «Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la Palabra de Dios y la practican».), con palabras muy semejantes.
Οὐχ οὗτός ἐστιν ὁ τέκτων, ὁ υἱὸς τῆς Μαρίας καὶ ἀδελφὸς Ἰακώβου καὶ Ἰωσῆτος καὶ Ἰούδα καὶ Σίμωνος; καὶ οὐκ εἰσὶν αἱ ἀδελφαὶ αὐτοῦ ὧδε πρὸς ἡμᾶς; καὶ ἐσκανδαλίζοντο ἐν αὐτῷ.
«¿No es este el carpintero, hijo de María, hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros sus hermanas?» Y se escandalizaban de él.
El mismo pasaje aparece también en Mateo 13:55-56(55 ¿No es este el hijo del carpintero? ¿Su madre no es la que llaman María? ¿Y no son hermanos suyos Santiago, José, Simón y Judas?56 ¿Y acaso no viven entre nosotros todas sus hermanas? ¿De dónde le vendrá todo esto?».), donde se mencionan los mismos nombres de los hermanos de Jesús. En cambio, en el pasaje correspondiente del Evangelio de Lucas (Lucas 4:22(22 Todos daban testimonio a favor de él y estaban llenos de admiración por las palabras de gracia que salían de su boca. Y decían: «¿No es este el hijo de José?».)) se omite la referencia a la madre y los hermanos de Jesús, quien es citado solo como "hijo de José".
En el Evangelio de Juan, mayoritariamente considerado más tardío que los sinópticos, hay también pasajes que hacen referencia a la existencia de hermanos de Jesús:
Εἶπον οὖν πρὸς αὐτὸν οἱ ἀδελφοὶ αὐτοῦ Μετάβηθι ἐντεῦθεν καὶ ὕπαγε εἰς τὴν Ἰουδαίαν, ἵνα καὶ οἱ μαθηταί σου θεωρήσουσιν [σοῦ] τὰ ἔργα ἃ ποιεῖς: οὐδεὶς γάρ τι ἐν κρυπτῷ ποιεῖ καὶ ζητεῖ αὐτὸς ἐν παρρησίᾳ εἶναι: εἰ ταῦτα ποιεῖς, φανέρωσον σεαυτὸν τῷ κόσμῳ. οὐδὲ γὰρ οἱ ἀδελφοὶ αὐτοῦ ἐπίστευον εἰς αὐτόν. λέγει οὖν αὐτοῖς ὁ Ἰησοῦς Ὁ καιρὸς ὁ ἐμὸς οὔπω πάρεστιν, ὁ δὲ καιρὸς ὁ ὑμέτερος πάντοτέ ἐστιν ἕτοιμος. οὐ δύναται ὁ κόσμος μισεῖν ὑμᾶς, ἐμὲ δὲ μισεῖ, ὅτι ἐγὼ μαρτυρῶ περὶ αὐτοῦ ὅτι τὰ ἔργα αὐτοῦ πονηρά ἐστιν. ὑμεῖς ἀνάβητε εἰς τὴν ἑορτήν: ἐγὼ οὔπω ἀναβαίνω εἰς τὴν ἑορτὴν ταύτην, ὅτι ὁ ἐμὸς καιρὸς οὔπω πεπλήρωται. ταῦτα δὲ εἰπὼν αὐτοῖς ἔμεινεν ἐν τῇ Γαλιλαίᾳ.
Y le dijeron sus hermanos: «Sal de aquí, y vete a Judea, para que también tus discípulos vean las obras que haces, porque ninguno que procura darse a conocer hace algo en secreto. Si estas cosas haces, manifiéstate al mundo.» Ni aun sus hermanos creían en él. Entonces Jesús les dijo: «Mi tiempo aún no ha llegado, pero vuestro tiempo siempre está preparado. No puede el mundo odiaros a vosotros; pero a mí me odia, porque yo testifico de él, que sus obras son malas. Subid vosotros a la fiesta; yo no subo todavía a esa fiesta, porque mi tiempo aún no se ha cumplido.» Y habiéndoles dicho esto se quedó en Galilea.
Los hermanos de Jesús son también mencionados, además de en los evangelios, en otros libros del Nuevo Testamento:
En los Hechos de los Apóstoles (Hechos 1:14) se dice que los apóstoles "perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos".
En la Primera Epístola a los Corintios, Pablo de Tarso habla de los "hermanos del Señor" (1 Corintios 9:5).
En la Epístola a los Gálatas, también obra de Pablo de Tarso, se menciona a Santiago, "el hermano del Señor" (Gálatas 1:19).
En griego clásico, como antes se ha dicho, la palabra "ἀδελφός" tiene el mismo significado que el español "hermano". En el griego koiné, en que se escribió el Nuevo Testamento, el término podía tener un sentido más amplio. Sin embargo, en el Nuevo Testamento, el término se usa en sentido literal solo con el significado de "hermano" o "medio hermano". También se emplea en ocasiones en sentido figurado.
En sentido literal, se emplea para hacer referencia a un hermano consanguíneo, carnal (los dos progenitores en común) o medio hermano (un solo progenitor en común). Por ejemplo, el término se utiliza para hacer referencia al parentesco que une a Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo (Marcos 1:19, Marcos 3:17 y Marcos 5:37, y correspondientes); y también a la relación entre Antipas y Filipo, quienes, como se sabe por el historiador judío Flavio Josefo, eran ambos hijos de Herodes el Grande, pero de diferentes madres (Marcos 6:17-18).
En sentido figurado, la palabra se utiliza para hacer referencia a relaciones personales que no son de parentesco: en este sentido, se identifica como hermanos a los seguidores de Jesús (Marcos 3:35), a los cristianos (1 Corintios 1:1; 1 Corintios 5:11) e incluso a todos los seres humanos (Hebreos 2:11-17). Parece claro, dado el contexto de las alusiones a los hermanos de Jesús antes mencionadas, que el sentido figurado puede excluirse aquí.
Estudiosos del tema han afirmado que ni una sola de las apariciones del término en el Nuevo Testamento (texto del que proceden las principales alusiones a los hermanos de Jesús) tiene el significado inequívoco de "primo" o "pariente".Se ha planteado, sin embargo, una posible excepción: en Juan 19:25 se indica que estaban junto a la cruz de Jesús "su madre y la hermana de su madre, María de Cleofás". Los exegetas han llamado la atención sobre el hecho de que no es probable que estas dos mujeres fueran realmente hermanas, ya que llevan un mismo nombre. El pasaje se presta a muy diferentes interpretaciones.
En hebreo y arameo no existe una palabra con el significado preciso del español "primo", por lo cual el concepto se expresa recurriendo a circunloquios. En el hebreo del Antiguo Testamento, la palabra אח ('ah, "hermano") se utiliza en algunos pasajes en el sentido de "primo" o "sobrino". En el Génesis Abrám (Abraham) le dice a Lot: "somos hermanos" (Génesis13:8), cuando en realidad se trataba de su sobrino. Son, sin embargo, casos muy excepcionales, y en los que el contexto resuelve la posible ambigüedad. En concreto, solo hay un caso en la Biblia hebrea en que el término tenga el sentido de "primo": se trata de 1 Crónicas 23:21-22: "Hijos de Majlí: Eleazar y Quis. Eleazar murió sin tener hijos; sólo tuvo hijas, a las que los hijos de Quis, sus hermanos, tomaron por mujeres."; aquí son primos los que se casan pero se les llama "hermanos". Cuando se realizó la traducción al griego del Antiguo Testamento, la llamada Biblia de los Setenta (siglos III-I a. C.) se tradujo el hebreo אח por el griego ἀδελφός. Por ese motivo, la palabra se utiliza, en esa ocasión al menos, con el significado de "primo" en el Antiguo Testamento.
En época de Jesús el hebreo no era una lengua hablada, sino solo religiosa y de cultura. La lengua más extendida era el arameo, otra lengua semítica: también en arameo, la palabra para hermano ("'aha'") puede utilizarse con el sentido de "primo" o "sobrino".
Algunos autores han planteado que podría haber una influencia semítica en el empleo del término "ἀδελφός" en el Nuevo Testamento, ya que Jesús predicó probablemente en arameo, y es posible que sus primeros seguidores escribieran en esa misma lengua. Sin embargo, la gran mayoría de los textos del Nuevo Testamento —sino todos— fueron escritos originalmente en griego y no serían una traducción del arameo. En el griego del Nuevo Testamento se utilizan otras palabras para expresar otros grados de parentesco: primo (anepsiós) o pariente (syngeneis). De allí se argumenta la improbabilidad de que el término adelphós sea una traducción de un término arameo equivalente con un sentido más amplio. En contraparte, varias hipótesis señalan que los evangelios sinópticos podrían depender de una fuente común, el Mateo arameo del que habla Papías de Hierápolis, que no se conservó y habría sido traducido después al griego de diferentes maneras, con lo que esta argumentación también presenta objeciones.
Dado que la existencia de hermanos carnales de Jesús de Nazaret entra en contradicción con el dogma de la virginidad perpetua de la Virgen María, que afirman algunas denominaciones como la católica, ha habido un debate entre filólogos e investigadores bíblicos de diferentes confesiones cristianas sobre cómo deben ser interpretados los textos que hacen referencia a los hermanos de Jesús. El debate está muy condicionado por las diferentes creencias religiosas de los participantes.
Desde el punto de vista estrictamente histórico, no hay razón alguna para suponer que Jesús no tuvo hermanos, tal y como se relata en los evangelios. No puede, sin embargo, excluirse completamente la posibilidad de que se trate de hermanastros, o de primos. Desde el punto de vista confesional, las iglesias protestantes defienden que estos hermanos de Jesús son hijos de María, los ortodoxos han sostenido tradicionalmente que se trata de hijos de un matrimonio anterior de José, y los católicos y anglicanos que son en realidad primos de Jesús, posiblemente hijos de una hermana de María, que a veces se identifica como María de Cleofás.
Desde un punto de vista estrictamente histórico, no existe razón alguna para pensar que los hermanos y hermanas de Jesús no lo sean en el sentido convencional de la palabra, es decir, hijos biológicos de José y de María, y hermanos carnales de Jesús de Nazaret. Los principales argumentos en favor de esta postura son los siguientes:
1. Las referencias a los hermanos de Jesús aparecen en múltiples fuentes cristianas. Los pasajes sinópticos tienen su origen, según la extendida teoría de las dos fuentes, en el Evangelio de Marcos, pero hay referencias también en las cartas de Pablo de Tarso, el Evangelio de Juan, e incluso, independientemente de Marcos, en los escritos de autor del Evangelio de Lucas(si se interpreta como una verdadera alusión a los hermanos de Jesús el pasaje de Hechos 1:14), e incluso en una fuente no cristiana, el historiador judío Flavio Josefo. Ninguno de estos autores introduce ninguna precisión sobre la naturaleza de la relación entre estos personajes y Jesús que pueda hacer suponer que no se trata de verdaderos hermanos.
2. En varios de los pasajes, los hermanos de Jesús son mencionados en relación con su madre, María. La expresión perdería su sentido si se interpretase como "primos" o "parientes".
3. El uso habitual de los autores del Nuevo Testamento, de los autores cristianos primitivos y de Flavio Josefo diferencia claramente entre "hermanos" y otras relaciones de parentesco. Otros términos para expresar relaciones de parentesco fueron usados por Pablo (ανεψιός, anepsiós: "primo"); y Lucas (συγγεννής, siggenês, "pariente"). En el siglo II, Hegesipodistinguía entre un hermano, un tío y un primo de Jesús. El historiador judío Flavio Josefo, que se refiere a Santiago, "hermano de Jesús", utiliza también estos términos para hacer referencia a otras relaciones de parentesco.
4. Los relatos de la concepción de Jesús en Mateo 1:1-2:23 y Lucas 1:1-2:52 son considerados generalmente tardíos y menos fiables históricamente que la tradición que procede de Marcos. Según la crítica actual, tienen fundamentalmente un carácter teológico, y parecen coexistir con otra tradición más antigua según la cual Jesús era hijo de José. Por otro lado, hacen referencia a una intervención divina de carácter sobrenatural, que resulta históricamente poco creíble.
La interpretación considerada más plausible desde el punto de vista filológico e histórico, es decir, que los hermanos de Jesús citados en el Nuevo Testamento son hijos de José y de María y, por lo tanto, hermanos carnales, biológicos, de Jesús, resulta inaceptable para la mayoría de los cristianos. Por una parte, los cristianos no aceptan que Jesús fuese hijo biológico de José, ya que atribuyen su concepción a la obra del Espíritu Santo, según los relatos de Mateo 1:1-2:23 y Lucas 1:1-2:52. Por otro, desde el siglo II la corriente mayoritaria de la tradición cristiana afirma la virginidad perpetua de la madre de Jesús, en la actualidad dogma de fe para varias confesiones cristianas, incluyendo a católicos y ortodoxos. Por ese motivo han surgido interpretaciones alternativas de los textos evangélicos.
Según algunos autores, la única razón de estas interpretaciones es hacer compatibles las alusiones a los hermanos de Jesús con las creencias cristianas.
Hijos de José y María
Una de las primeras interpretaciones que se dio a las referencias a "hermanos de Jesús" los considera hijos del matrimonio formado por sus padres, José y María. Según esta interpretación, después del nacimiento de Jesús, concebido por obra del Espíritu Santo como se relata en Mateo 1:1-2:23 y Lucas 1:1-2:52, ambos esposos habrían mantenido relaciones conyugales y tenido varios hijos. Jesús sería, entonces, el hermano mayor. Desde este punto de vista, los hermanos solo serían en realidad medio hermanos, ya que los cristianos no creen que José fuese el verdadero padre de Jesús.
Esta posición fue defendida ya por Tertuliano en el siglo II, especialmente en Adversus Marcionem ("Contra Marción"). En esta obra, Tertuliano busca refutar el docetismo, doctrina que niega la verdadera humanidad de Jesús, y uno de los argumentos que emplea es el de las relaciones de consanguinidad entre Jesús y sus hermanos, consanguinidad que solo puede darse a través de María, ya que José no era, según el punto de vista cristiano, el padre biológico de Jesús. Más adelante, en el siglo IV, esta misma idea fue defendida por otro teólogo,Helvidio, que fue refutado por Jerónimo de Estridón.
Esta posición es en la actualidad la dominante entre los cristianos protestantes, aunque solo desde el desarrollo de la teología liberal (Lutero y otros muchos de los iniciadores de la Reforma fueron defensores del dogma de la virginidad perpetua de María).
Hijos de un matrimonio anterior de José
Para defender el dogma de la virginidad de María, madre de Jesús, antes y después del parto, surgió desde fecha relativamente temprana en los autores cristianos la idea de que los "hermanos de Jesús" mencionados en el Nuevo Testamento eran en realidad hijos de un matrimonio anterior de José de Nazaret. Eran, por tanto, hijos biológicos de José, pero no de María, quien habría permanecido virgen hasta su muerte. Desde el punto de vista cristiano, ya que Jesús no fue en realidad hijo biológico de José, sino solo de María, estos hermanos lo habrían sido solo desde el punto de vista legal, como hijos de José, pero no tendrían ningún vínculo de parentesco real con Jesús. Esta posición es conocida a veces como la "solución de Epifanio", por el nombre de su más destacado defensor, Epifanio de Salamis, quien la desarrolló en su obra Panarion.
La idea, sin embargo, es bastante más antigua. Se remonta al menos al siglo II. Está presente ya en un evangelio apócrifo conocido como Protoevangelio de Santiago, en el que se defiende la virginidad de María, antes y después del parto. También se encuentra en otros evangelios apócrifos del siglo II, como el Evangelio de la Infancia de Tomás. Orígenesmenciona un Evangelio de Pedro (no está claro si se trata del mismo Evangelio de Pedro del que han llegado hasta nosotros algunos fragmentos), según el cual "los hermanos de Jesús serían los hijos de José, nacidos de una primera mujer que él habría tenido antes de María".
Esta es la posición tradicional en las iglesias orientales, y especialmente en la Iglesia Ortodoxa. Desde el punto de vista filológico, es una interpretación posible, ya que, ciertamente, el término griego para "hermano" podía significar también "medio hermano", es decir, persona que, con respecto a la otra, tiene solo un progenitor común. En Marcos 6:17-18, y correspondientes, se usa el término para hacer referencia a dos medio hermanos, Antipas y Filipo, que solo tenían un progenitor en común, el rey Herodes el Grande.
No existe, sin embargo, ningún argumento basado en los textos bíblicos que haga preferible esta interpretación a la de que los hermanos de Jesús fueron hijos biológicos de José y María. No hay referencias en el Nuevo Testamento a un matrimonio anterior de José.
Primos
La interpretación de que los hermanos de Jesús citados en el Nuevo Testamento son en realidad sus primos es bastante tardía. Su principal defensor fue, ya en el siglo IV, San Jerónimo, en su obra Adversus Helvidium ("Contra Helvidio"), que tiene una intención apologética: se trata de refutar la opinión de un autor llamado Helvidio, para quien los hermanos de Jesús eran hijos biológicos de José y de María. Jerónimo centra su argumentación en el uso que del término "adelphos" se hace en la primera traducción al griego de la Biblia hebrea, la llamada "Biblia de los Setenta". Aduce varios ejemplos en que el término "adelphós" se utiliza para designar relaciones entre tío y sobrino (Abraham y Lot; Jacob y Labán en Génesis 29:12), o entre primos (1 Crónicas 23:21-22). Este último es el único caso, en toda la Biblia, en que el término se utiliza, fuera de toda duda, para expresar una relación entre primos. Está claro, en cualquier caso, que no es usual el empleo de la palabra "adelphos" con el significado de primo en la traducción griega del Antiguo Testamento, por lo que esta interpretación, común hasta hoy en medios católicos, resulta improbable para muchos estudiosos contemporáneos, entre los que se encuentra John P. Meier.
Incluso aunque pudiera demostrarse que el uso de "adelphos" como "primo" es común en la Biblia de los Setenta, la argumentación de San Jerónimo pierde de vista que no hay razón alguna para inferir un uso semejante en el Nuevo Testamento. Los libros que conforman el Nuevo Testamento se escribieron originalmente en griego. No hay ni un solo uso que permita confirmar la tesis de San Jerónimo, con una sola posible (y muy discutible) excepción (Juan 19:25).
Desde un punto de vista exclusivamente filológico, que no tenga en cuenta la teología cristiana, esta posición es poco probable y es relegada por la mayoría de los investigadores actuales, muchos de ellos católicos. No obstante, es históricamente la predominante en la tradición católica y cuenta con algunos defensores en la actualidad, entre los que se cuentan los especialistas que integran la Escuela bíblica y arqueológica francesa de Jerusalén.