El aporte que realiza esta asignatura al perfil del egresado, es la utilización y el perfeccionamiento de la metodología del aprendizaje basado en problemas (ABP). Desarrolla habilidades comunicacionales y de trabajo en equipo. Utiliza las herramientas y contenidos aprendidos y perfecciona las habilidades comunicacionales, de trabajo en equipo, de la utilización de la información médica y el método de ABP.
¿Qué implica el Aprendizaje Basado en Problemas?
En una clase en la que se desarrolla el Aprendizaje Basado en Problemas, los estudiantes trabajan con sus pares para enfrentar problemáticas aplicables en contextos auténticos, logrando con ello desarrollar los conocimientos disciplinares, la solución de problemas, el razonamiento complejo, la colaboración y la autonomía en el aprendizaje. A su vez, estos problemas permiten mantener el interés de los estudiantes, dándose cuenta que los contenidos trabajados les permiten desarrollar habilidades útiles para el futuro.
A medida que discuten el problema, los estudiantes requieren ser conscientes de los contenidos disciplinarios necesarios para solucionar el problema y de las estrategias para enfrentarlo, adquiriendo con ello una mayor autonomía en el proceso de enseñanza-aprendizaje y desarrollando un proceso metacognitivo. En ello, el rol deldocente como modelador de los procesos cognitivos resulta fundamental.
Esta estrategia puede ser utilizada en casi todas las disciplinas que se imparten en el sistema escolar, mas no debe ser considerada como un cierre de los contenidos curriculares, sino como un eje estructural de su desarrollo.
¿Cómo se implementa esta estrategia?
1. Se establecen normas claras que permitan generar un ambiente propicio para el aprendizaje. Por ejemplo, los errores deben ser observados como oportunidades de aprendizaje. Se incita a los estudiantes a elaborar reglas en relación a los horarios, actitudes de trabajo y consecuencias ante alguna violación de las normas.
2. Antes de plantear el problema, se trabaja una lluvia de ideas en la que se logran identificar temáticas y problemáticas asociadas a los contenidos a trabajar. Esto permitirá reconocer las inquietudes de los estudiantes al respecto.
3. La problemática a trabajar se plantea al inicio de las clases e incluso antes de explicar los contenidos en profundidad.
La selección del problema a trabajar es clave en el éxito de la estrategia: Los estudiantes deben recibir problemas que requieran decidir qué evidencias son relevantes para su solución. Mientras más significativa sea la problemática, mayor será el interés y compromiso de los estudiantes. Al respecto, expertos en el tema plantean que un buen problema debe:
Requerir de mayor información para su solución.
Poseer más de una solución.
Generar interés y controversia, provocando la generación de nuevas preguntas por parte del estudiante.
Ser lo suficientemente complejo, como para requerir el trabajo en equipo y reflexión más allá de la presentación inicial.
Presentar contenidos auténticos y propios de la disciplina.
4. Una vez presentada la problemática, los estudiantes deben elaborar un plan de acción, para luego llevar a cabo la investigación. Para ello, pide que discutan con sus equipos de trabajo: a) ¿Qué sabemos?, b) ¿Qué aprendizajes necesitamos? c) ¿Cuál será nuestro plan de acción para solucionar este problema? Esto les permitirá tomar conciencia sobre su aprendizaje, potenciando la metacognición. En esta etapa, el asesoramiento del docente resulta clave para que los estudiantes puedan determinar los recursos necesarios, los pasos a seguir, así como también identificar las dificultades y confusiones conceptuales más comunes que se pueden presentar.
5. Una vez finalizada la etapa de investigación, los estudiantes elaboran un reporte escrito sobre su solución del problema y que luego lo compartan con sus pares. Esta etapa puede desarrollarse de manera escrita u oral. En este proceso, se insta a que defiendan su resolución utilizando criterios propios de la disciplina trabajada.
Referencias:
Allen, D. E., Duch, B. J., & Groh, S. E. (1996). “The power of problem-based learning in teaching introductoryscience courses.” In L. Wilkerson & W. H. Gijselaers (Eds.), Bringing problem-based learningto higher education: Theory and practice (pp. 43- 52). San Francisco: Jossey-Bass.; Gallagher, S. A. (1997). “Problem-based learning: Where did it come from, what does it do, and where is it going?” Journal for the Education of the Gifted, 20 (4), 332-362.
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