Transpirenaica btt

Julio 2.009

Llevaba tiempo pensando hacer una ruta en btt de varios días. Primero se me ocurrió hacer el camino de Santiago y fui mirando cosas por internet, sin llegar a concretar nada.

En una salida comenté el tema con un compañero que había hecho la transpirenaica y tras la conversación volví a plantearme la salida. Parecía que me iba a gustar más la ruta transpirenaica, pero también más exigente.

No tenía los 15 – 16 días, en los que habitualmente se hace y lo que hiciera debería ser en 12 días. Pensé comenzarla en Ribes de Freser, para hacerla un poco más corta.

Unas molestias en la rodilla que voy arrastrando desde hace varios meses, me hacen pensar si dejarlo para más adelante, y hacer algo más suave. El médico me dice que no es nada grave, pero esta ruta se sale de lo que sería una salida normal de fin de semana.

Finalmente voy a ir a por todas. Saldré de Llançà para hacerla en 12 días. No me lo acabo de creer y ya comento en casa que según cómo le vea, al llegar a Ribes de Fresser me vuelvo para casa. Ya veremos.

La preparación es bastante precipitada. Estreno el gps y en los últimos días estoy viendo cómo va, y no tengo ninguna experiencia siguiendo tracks. En la última semana voy concretando los sitios dónde dormir, buscando albergues y hostales económicos.

Preparación

Hago una programación de las etapas, concretando las reservas y preparo los tracks que iré siguiendo, bajados de www.cicloide.com, de un tal “Paleto” basado en el Libro "La travesía de los Pirineos en BTT" de Jordi Laparra.

La planificación de rutas que me he marcado es de unos 85 km diarios y unos 2.000 metros de desnivel (de media).

1ª Etapa: Llançà – Sadernes

2ª Etapa: Sadernes – Planoles

3ª Etapa: Planoles – Tuixent

4ª Etapa: Tuixent – Rialp

5ª Etapa: Rialp – Torrre de Cabdella

6ª Etapa: Torre de Cabdella – Bonansa

7ª Etapa: Bonansa – Escalona

8ª Etapa: Escalona – Fiscal

9ª Etapa: Fiscal – Aisa

10ª Etapa: Aisa – Izaba (que cambiaré por Orbaitzeta)

11ª Etapa Orbaitzeta – Elizondo

12ª Etapa Elizondo – Hondarribia.

Llevo unos mapas muy rudimentarios de cada etapa, así que más vale que vaya bien el gps.

Compré un transportín de los que van anclados en la tija (de la marca Massload). Me advirtieron que se puede romper, así que cuando preparo el equipaje, pongo lo mínimo imprescindible:

    1. 1 Culotte y maillot.

    2. Paravientos impermeable.

    3. 2 camisetas.

    4. Calcetines.

    5. Pantalón chándal

    6. Sandalias espuma.

    7. Aseo personal y toalla pequeña.

    8. Tapones oídos.

    9. Botecito gel de baño.

    10. Gafas.

    11. Crema solar.

    12. Cámara de fotos.

    13. Gps

    14. Móvil y su cargador.

    15. Cargador de pilas.

    16. Aparato plástico limpiacadenas y trapo.

    17. Silbato.

    18. 800 gr. Polvo para preparar bebida hidratante. (pude haber prescindido)

    19. Herramientas bici: Tronchacadenas, multiherramientas, enganches cadena, parches, dos cámaras, radios, bridas, llave piñón, llaves conos, patilla cambio, tornillitos calas (que llegué a utilizar uno).

    20. Pastillas freno disco.

    21. Aceite, envasado en botecitos de colirio y en una botellita de un medicamento: Apiretal de 200 cc. (un antitérmico para los niños), que cierra muy bien.

    22. Bolsas de plástico para proteger de la lluvia la cámara de fotos, ropa, etc.

    23. Funda de almohada.

El transportin ha aguantado, así que no hay queja. Un detalle a comentar es que tiene un cierre rápido. Queda bien, pero en las bajadas prolongadas, hay un eje que tiene tendencia a salirse. Podría haber apretado otra vuelta, pero no me he arriesgado a que se rompiera.

Veo varias bolsas de viaje, pero finalmente pongo la mochila del colegio de mi hijo, que en caso de rotura del transportín, podría llevarla en la espalda.

Llevaré dos bidones de agua y una pequeña mochila para los objetos de uso más cotidiano.

Acabaré llevando 5 kg en el transportín, los dos bidones de agua y 1,5 – 2kg en la mochila. Contando la bici calculo unos 25 kg. Cuando tengo todo montado me pregunto si seré capaz de mover tanto peso en las subidas.

La vuelta la hago en autocar. Hay una empresa de autocares www.vibasa.es que permite sacar el billete online. No me atreví a sacarlo ya que no tenía claro acabar la ruta y menos en los doce días. Me encontré que el día anterior ya no quedaban billetes.

Creo que lo mejor hubiese sido comprar el billete, ya que en caso de anulación sólo se pierde un 10 – 20 % y en caso de no llegar el día reservado, se puede cambiar la fecha. No leí toda la información y tuve que hacer noche en Donostia. La bicicleta debe ir embalada, preferentemente con algún cartón. El billete a Barcelona me costó 29 euros y facturar la bicicleta 11.

He dormido mayoritariamente el alberges. El precio medio ronda los 30 euros, media pensión. En casas particulares hay un poco de todo, baratas y algo más caras, y los hostales acostumbran a cobrar algo más.

Plan de ruta

Madrugo bastante para salir sobre las 7. En algunos sitios me dejaron el desayuno preparado, incluso con termo para café con leche. La mayoría preparan un picnic, bocadillo, alguna pasta y bebida.

El primer objetivo de cada día es encontrar algún pueblo con bar para tomar un café con leche y comer algo.

Las subidas dado el cansancio acumulado y el peso las hago con platillo y piñones grandes. Voy haciendo numerosas paradas cortas para echar un trago de agua, hacer fotos, comer algo, ponerme crema o simplemente contemplar el paisaje.

Al mediodía, normalmente he comido bocadillos, aunque algún día he parado en restaurante a comer un menú. En algunas poblaciones más grandes me he aprovisionado en algún super. Se pueden encontrar en Camprodon, Bagá, Pont de Suert y Elizondo.

Acostumbro a llegar sobre las 7 de la tarde. En ese momento me dedico a limpiar la bici, ducha, lavar ropa, dar una vuelta por el pueblo y la cena (todo lo abundante que puedo). Luego escribir cuatro cosas sobre la ruta, preparar las cosas y a dormir.

Primera etapa: Llança – Sadernes

Se acostumbra a empezar: “Llegó el día, y a las cinco dela mañana suena el despertador…”, pero aquel día no sonó el despertador. Me despierto algo más tarde. Tengo la ropa preparada y se me rompe la cremallera del maillot. Me fastidia porque es mi preferido, pero cojo otro. Con las prisas me olvido la cinta del pulsómetro.

Llego a Llançà hora y media más tarde. Si solo salir ya he tenido varios contratiempos, me pregunto la de cosas que me pueden pasar, problemas con la rodilla, averías de la bici, problemas con el gps, caídas. Si llego a Hondarribia el día 12 será pura casualidad!

En Llançà afronto las primeras subidas con un sol de justicia. Se nota el peso, pero voy tirando con ilusión.

Las imperfecciones del track y la falta de experiencia me hacen dudar en numerosas ocasiones sobre el camino a seguir.

Conforme voy avanzando voy viendo las tormentas que se forman a lo lejos, y el agua no se hace esperar. Sobre el mediodía empieza a llover con poca intensidad. Al contrario de molestarme, me sirve de refresco.

Paro a comer en Cantallops. Es un restaurante de pueblo y como hay poca gente me dejan entrar la bici. En el pantano de Boadella me doy un buen baño, hago fotos y ya por la tarde llego a Albañá. Hay una tienda dónde compro cuatro cosas para cenar.

Es un poco tarde, pero decido seguir adelante. Mi idea era llegar a Sadernas o Montagut y buscar alojamiento. A una mala haría vivac. Es una zona que conozco un poco.

Hay una pequeña iglesia en medio de la montaña que podría dormir, Sant Andreu de Guitarriu. Queda fuera del track y lo descarto para no liarme.

Voy subiendo. Llego a la parte más alta y veo una indicación del refugio de Bassegoda. No sería una mala opción pero sigo adelante. Inicio una bajada y veo una indicación de Sadernas. Miro el gps y me doy cuenta que me he desviado del track. Me da pereza subir otra vez y sigo por el sitio que encuentro.

Me llevo varias sorpresas, no resulta ser todo bajada como esperaba, sino que tras una bajada viene una subida importante que me hará perder mucho tiempo. Se hace de noche. Una linterna me hubiese ido bien, pero no importa. En la subida voy despacio, no tengo miedo y no hay razón para dramatizar la situación.

Paso por Can Polí, una masia donde viví mi primera infancia. Es tarde y llego con la luz de la luna a Sant Andreu de Guitarriu (cerca de can Polí), donde hago noche. Si lo hago a propósito no me sale tan bien.

Al llegar encontré unas vacas al lado de la iglesia, y pensé: ¡Qué bucólico!, pero la noche que me dieron con el tolón-tolón...

Hace poco estuve por la zona y recopilé información sobre posibles alojamientos: Refugio de Bassegoda, y Hostal Mont Rock

En Sadernas hay un restaurante, pero no tienen habitaciones.

Segunda etapa: Sadernes – Planoles

Salgo sobre las siete. Bajo hasta la carretera que va a Sadernes, sigo el track por un recorrido muy agradable. Almuerzo en un restaurante de la zona un pan con tomate y longaniza que me sabe a gloria.

Saliendo de Sant Pau de Segúries veo muy negro la parte de Camprodon y la parte de la montaña que tengo que atravesar. Considero la opción de ir por carretera hasta Ripoll y Ribes, pero como que queda mucho día por delante sigo el track.

En Camprodon hay supermercado y hago provisión de barritas, galletas, etc.

De Camprodon a Coll de Jou, hay unas subidas que con carga resultan imposibles. Arriba buenas vistas y bajada hasta Pardines, pueblo que me trae buenos recuerdos. Tomo un refresco en el hostal y sigo hacia Ribes de Freser y Planoles. Tengo un par de pinchazos, pero todo bien.

Hago noche en el Albergue de Panoles. Hay unos chavales que hacen colonias. En alguna ocasión se oye un alboroto increíble, pero como estoy tan cansado apenas me entero.

Adjunto un track para ir de Planoles a Ribes de Fresser evitando la carretera: http://ca.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=9872742

Tercera etapa: Planoles – Tuixent

Hoy tenemos dos grandes puertos. El primero hasta Bagá y luego hasta Tuixent.

Hago parada en el bar de la estación de Tosses para tomar un café y estudiar la ruta.

Me llama la atención ver La Molina sin nieve, pues siempre he estado en invierno. Ya en las pistas de esquí veo que el track va por una pista roja, que no subiré montado ni por casualidad. Toca patear! Hay una subida imposible que me hace sudar. A medio camino encontré agua, pero creo que si no llueve se podría secar el manantial. Mejor aprovisionarse en Toses.

Luego me enteré que hay una alternativa más ciclable: http://ca.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=14001997

Después del pateo, vuelvo a montar y voy subiendo hasta otras pistas con considerable altura. La bajada a Bagá es muy rápida, unos 15 kilómetros por carretera. Allí tomo café y hago provisión de alimentos en un super.

Salgo para Tuixent. Es el mediodía y hace calor. Voy subiendo todo el rato. Hago parada en Sant Martí del Puig una casa (y ermita) que de chaval había ido muchas veces de excursión.

Hasta ahora voy pasando por muchos sitios que ya conozco.

Hoy hace bastante calor y voy subiendo. Los dos bidones se me van a acabar. Suerte que paso por el Coll de la Bauma, que recuerdo había una fuente. No está a la vista. Hay unas cuantas mesas de merendero y bajando un poco la veo y puedo refrescarme y beber en abundancia.

Un poco más arriba ya veo el Pedraforca. Con estas vistas se olvida el cansancio. Todo el esfuerzo y calor de la subida ha valido la pena. Al final llego al Collet, un rato de contemplación y bajada hacia Tuixent. Me llama la atención Josa del Cadí, un pueblo situado en la parte alta de una montañita, igual que Tuixent más adelante.

En Tuixent, el albergue está completo y voy a dormir a un hostal: Cal Ferregetes, algo más caro, pero me atienden muy bien, y la cena muy abundante.

Me hablan de una pareja de Vascos que han pasado y otro grupo de Madrid que estuvo ayer, pero de momento no he visto a nadie.

De la rodilla casi ni me acuerdo. ¡Qué buena señal!

Me empiezo a notar las piernas fatigadas, algo doloridas. Algo de masaje mejora.

Cuarta etapa: Tuixent – Rialp

Hoy tenemos dos puertos, uno pequeño y otro grande.

El puerto pequeño se hace bien, pero las piernas ya acumulan cierta fatiga y noto el paso de los días. En Noves de Segre paro para hacer un café y me vuelven a hablar de los vascos. En Tuixent les dijeron que era todo bajada, pero hay un puertecillo de por medio muy a tener en cuenta.

Salgo para Rialp. El cielo está cubierto y en algún momento caen cuatro gotas. En la parte alta, están las pistas de esquí nórdico de Sant Joan de l’Erm.

Sobre los 1600 – 1700 metros encuentro bosques de pinos y prados muy bonitos que me recuerdan los del Alto Tajo (misma altura).

Sin previo aviso, el cambio hace un ruido horrible. Paro inmediatamente y noto que algo se ha roto. Voy pensando el sitio más cercano para comprar repuestos. Mirando veo una piedrecilla que se ha quedado en las ruletas del cambio. Suerte! la quito y problema solucionado.

Ya queda poco para bajar, pero empieza a llover con gran intensidad con granizo incluido. En poco tiempo quedo empapado y helado de frío. En una pista veo un coche parado y dudo si pedir que dejen entrar a resguardarme. Si lo hago luego me costará mucho arrancar, así que sigo mi ruta.

Con las prisas me he salido de track y tengo que volver atrás. Lo paso realmente mal hasta que empiezo a bajar y va dejando de llover.

Definitivamente, prefiero el calor al frío. Llego a Rialp para dormir en el Albergue “Las estadas”, donde me rehago para salir al día siguiente.

Quinta etapa: Rialp – Torre de Cabdella

Al levantarme veo que la parte de Llavorsí, hacia donde tengo que ir, está muy negra, y me dan ganas de quedarme en el albergue, sobre todo, por lo mal que lo pasé el día anterior con la lluvia, pero hay que seguir la programación. Opto por salir y si hace falta, refugiarme en algún sitio.

Al ir a Rialp, retrocedí un poco y aunque el albergue está bien de precio, pierdo una hora para llegar a Llavorsí. Otra opción mejor hubiese sido seguir algo más delante de Llavorsí (sobre una hora) donde siguiendo el track está Arestui, que hay otro albergue.

En Llavorsí voy a un bar a tomar café y me dicen que ha caído una granizada increíble que ha estado a punto de pillarme. He hecho alguna foto.

En ese momento hace sol y continúo la ruta. Hay una gran subida hasta unos 2200 metros, luego unos 15 km de planeo y bajada.

En la subida llueve un poco pero sin importancia. Estoy muy sensibilizado por las tormentas de alta montaña y cuando paso por alguno de los refugios que encuentro creo un waipunt en el gps para de alguna manera tener una referencia en caso de necesidad.

Los paisajes son preciosos. Enormes montañas que voy atravesando, con rebaños de vacas y caballos. Es una de las etapas más bonitas.

Encuentro muchos ciclistas que hacen la Pedals de foc, pero en sentido contrario. Voy parando en los refugios, haciendo fotos, y disfrutando de todo lo que me rodea.

Llego al Triador y bajo hasta Torre de Cabdella. La bajada es larga y aunque la pista es buena, tampoco debo bajar muy rápido, por seguridad y por el transportín. Me canso de ir frenando.

Voy a dormir al albergue “La Gité”. Hay 10 – 15 ciclistas de la Pedals. La cena será entretenida.

Me siento muy bien, la fatiga muscular está controlada y me recupero de un día para otro.

Vi que hay una carretera (o pista) que sube hasta Estany Gento (Un lago de alta montaña). Me pareció ver que se puede tardar unas 3 horas. Se sale de la ruta pero si en lugar de dormir en Rialp, hubiese dormido en el albergue del pueblo que sigue a Llavorsií, seguro que se puede hacer el mismo día. Tiene muy buena pinta.

Sexta etapa: Torre de Cabdella – Bonansa

La cena estuvo muy bien, cené con un chico de Gava y unas chicas de Madrid. Teníamos tema común así que fue muy entretenido, cada uno explicando sus aventurillas.

Para el día de hoy, parecía que iba a ser un paseo hasta Bonansa, pero no ha sido así. Hay que pasar el Coll de l’oli, con un buen trozo que no es ciclable y me resulta muy pesado. Se hace difícil encontrar un pueblo con bar. Pregunté en Sentís y hombre muy amable me invitó a su casa donde su mujer nos preparó un café y estuvimos charlando un buen rato. Me enseñaron una mesa y sillas de camping literalmente agujereadas por el granizo (que por suerte no me pilló)

Todo el día ha estado amenazando lluvia. Me he ido resguardando pero al final me ha pillado. Me he mojado bastante, pero no ha sido como la tormenta de hace dos días.

He llagado a Pont de Suert y he comprado cuatro cosas en un super, para luego subir hasta Bonansa, donde he pasado la noche en Casa Lluís, una casa particular.

Séptima etapa: Bonansa – Escalona

La noche estuvo tormentosa y la mañana empezó lloviendo. He salido en un momento que no llovía y he tenido suerte que durante la mañana ha llovido poco, lo justo para refrescar el ambiente. De Senz a Escalona es la parte que me ha parecido más bonita. Se empiezan a ver grandes montañas donde se aprecia lo abrupto y majestuoso del Pirineo.

Mi idea era subir a Nerin pero al no haber alojamiento, me quedo en Escalona. Duermo en un hotel, que tras regatear un poco me hacen un precio razonable. La etapa de mañana espero que sea muy bonita.

Octava etapa: Escalona – Fiscal

Suavemente, me voy adentrando en el cañón de Añisclo, tan estrecho que se llega a perder la recepción de satélites en el gps.

Llego al cruce de Nerin. Voy a hacer la variante de subir por la Sierra de Cutas, antes prohibida y ahora creo que no (o por lo menos no dicen nada).

Se trata de una gran subida casi hasta los 2200 metros, pero muy tendida, que no preciso bajar de la bici. Voy haciendo muchas fotos.

Arriba de todo hay unos miradores con unas vistas impresionantes del valle de Ordesa. Sin duda es la mejor etapa de la ruta. Paro en todos los miradores y me harto de hacer fotos y deleitarme con el paisaje. Antes que ciclista fui montañero y viendo el refugio de Góriz, recuerdo las veces que he estado por aquí y las ascensiones al Monte Perdido.

El caso es que al estar prohibida no entraba en la ruta. Ahora veo que sería una pena perderse estos paisajes.

Finalmente toca la bajada hasta Torla – Broto y Fiscal. La bajada hasta Torla me cansa enormemente las manos de frenar. Me contengo mucho para no romper el transportín. Pienso que debe ser muy duro acarrear todo el peso en la espalda.

En Fiscal duermo en el albergue El Saltamontes. Hay muy buen ambiente. Por la tarde, en el albergue solucionamos una avería mecánica de un compañero. Luego cenamos juntos y se hizo muy ameno.

Unos años más tardé leí en algún sitio que habían cerrado el albergue.

Una opción económica podría ser el Refugio Lucien Briet en Torla

Novena etapa: Fiscal – Aisa

Hoy me espera una etapa larga (100 km). Salgo temprano empezando por senderos poco ciclables. Sigo subiendo por pistas en malas condiciones y sin ningún atractivo especial. He llegado a la parte más alta, con prados algo más bonitos.

La bajada ha sido terrible. Me han comentado que hay una pista mejor, que da algo de vuelta, pero he seguido el track y he bajado por pistas horrorosas, que no bajaría ni un todo terreno y que me han desgastado mucho.

He llegado a Senegué acalorado, cansado y he entrado a comer a en un hostal de carretera, donde me han atendido con enorme rapidez.

Hacía calor. Ya he visto que por el ritmo que llevaba no llegaría a cenar y el paisaje carecía de todo encanto, comparando con el día anterior. He pensado volver a Barcelona.

Está claro que no solo se pedalea con las piernas. La etapa del día anterior fue impresionante y lo que veía no me motivaba.

Decido hacer un tramo por carretera para poder llegar a Aisa a la hora de cenar y mañana será otro día.

Subiendo otra vez lo voy encontrando todo un poco más atractivo y me voy animando. Llego al albergue de Aisa. Me sorprendo al ver una pareja mirando la bici y me preguntan si estoy haciendo la transpirenaica. Empezamos a hablar y son Edu y Izu, la pareja de vascos que les voy siguiendo la rueda hace varios días. Hablamos un buen rato. Me explican que salieron un día antes que yo, y que por el mal tiempo y una avería mecánica se han salido de la ruta en varias ocasiones. Coincidimos en Bonansa. Me confirman que vieron mi ropa tendida en una casa. Me hace mucha ilusión coincidir con alguien.

Al día siguiente seguiremos juntos.

Estoy solo en el albergue. El hostalero me sirve una cena y almuerzo superabundantes. Durante la cena y almuerzo hablamos tendidamente. Tiene el gran detalle de levantarse a las 6,30 para ponerme el desayuno. En todos los sitios me han dejado el picnic preparado.

Décima etapa: Aisa – Orbaitzeta

Hemos salido los tres, rodado muy a gusto por carreteras secundarias hasta Izaba. Hacemos varias paradas para tomar café y comer alguna cosa.

Izaba es el primer pueblo de Navarra y se distingue por la arquitectura y estética de sus casas. Muy bonito.

Ellos se quedan en un pueblo cerca de Izaba y yo continúo hasta Orbaitzeta. Tenía programado dormir en Izaba, pero viendo que era pronto me animo a seguir. Haré unos 120 km.

Los paisajes son muy bonitos, pueblos preciosos y valles verdes. Paso por la llamada Selva de Irati, una zona de hayedos de las más grandes de Europa. Basta decir que bajando sobre las cuatro de la tarde en una zona de hayedos tenía frío.

Voy a dormir a un albergue con encanto, Mendilatz.

Hoy ya veo que salvo algún problema mecánico, llegaré sin problemas a Hondarribia en las doce etapas.

Undécima etapa: Orbaitzeta – Elizondo

He salido con frío. Hay algo de niebla que se disipará dejando paso a un día soleado.

Noto que no me he recuperado del todo del kilometraje del día anterior, pero hoy va a ser una etapa corta.

Llego a Roncesvalles donde he visto varios grupos de ciclistas que se preparan para hacer el Camino. Yo a lo mío, he almorzado y para Elizondo. Un detalle: Roncesvalles me ha parecido carísimo.

He tenido una equivocación con el track y me he lanzado a una bajada que luego he tenido que recuperar. También he parado para almorzar en un hayedo y después de bajar un par de kilómetros me he dado cuenta que no llevo los guantes. He tenido que volver a buscarlos.

La ruta va serpenteando por zona española y francesa. He encontrado pistas asfaltadas, pero con muchísima pendiente que dado que no estaba muy recuperado del día anterior, me ha costado muchísimo, teniendo que desmontar en numerosas ocasiones.

Voy viendo valles verdes, con caseríos diseminados por las montañas y pueblos preciosos, con casas típicas.

Se nota mucho calor. En Elizondo ni siquiera a la sombra se está fresco.

Duermo el un albergue: Kortarixar. Muy barato, pero sin el encanto de los de otros días. Esta ubicado a las afueras, en lo que habría sido una nave industrial y resulta bastante caluroso. Aparte de esto, las instalaciones bien y todo correcto.

Doceava etapa: Elizondo – Hondarribia

Bueno, parece que ha llegado el final. Queda una etapa corta de unos 65 km.

Todo está muy verde. Se nota que hay otro clima que en el Mediterráneo.

La ruta discurre por pistas asfaltadas, pero con una pendiente importante, que hoy más recuperado, he podido afrontar con más dignidad.

He pasado por Etxalar, un pueblo muy bonito con casas típicas vascas. He hecho varias fotos. Siguen pistas en buen estado donde los kilómetros pasan rápido. Llega un momento en que ya se ve el mar. He pensado que ya solo faltaba deslizarse suavemente hasta la playa, pero han seguido una serie de trialeras y pistas en mal estado, que han hecho que tuviera que bajar de la bici en numerosas ocasiones. Luego sí, llaneando he llegado hasta Irún y Hondarribia.

De Irún voy en tren hasta Donostia y como tengo tiempo me paso la tarde – noche paseando por la ciudad.

LO HE CONSEGUIDO!!!!!!