Los niños pretérmino cuentan con una gran cantidad de estrategias que les permiten enfrentarse al mundo de manera exitosa, esto siempre y cuando sean ayudados por el ambiente y las personas que lo conforman. Existe evidencia de que adaptar el ambiente a sus necesidades de desarrollo así como apoyarlo durante intervenciones dolorosas y estresantes puede impactar positivamente en su salud física y mental a corto y largo plazo. Para lograrlo es indispensable tomar en cuenta los siguientes elementos: Observación: Este es el elemento fundamental para poder brindar cuidados individualizados, “mirar al niño” y no solamente la condición del niño. Acercamiento personalizado: ¿Está listo para ser tocado?, ¿Les estresan demasiadas intervenciones a la vez?, ¿Disfruta el tacto quieto o prefiere unas caricias suaves?, etc. Los padres: Entendiendo que son parte fundamental en la atención, cuidados y la vida del niño, su presencia tranquiliza, su tacto relaja, su voz alivia. Adaptación de la técnica: De acuerdo con las habilidades, dificultades y necesidades de cada uno de los niños. Ambiente modulado: Adaptado a la edad gestacional y necesidades de desarrollo de cada paciente, niveles de luz, ruido, posicionamiento, etc. Reflexión: Preguntarnos constantemente ¿Qué estamos haciendo?, ¿Cómo lo estamos haciendo?, ¿Por qué lo estamos haciendo? Y ¿Qué consecuencias tiene lo que estamos haciendo? |