TEATRO

Al género dramático, o teatral, pertenecen los textos escritos para ser representados por unos actores delante de un público. Su finalidad es ser representados, no solo ser leídos. En la representación de los textos también entran otros factores como escénicos (decorado, atrezzo, iluminación...), interpretativos (dicción y gestos de los actores), musicales etc. La acción avanza mediante los diálogos de los personajes, y estos se mueven a partir de las acotaciones que ha marcado el escritos, y el director teatral las sigue para su representación.

ESTRUCTURA

Estructura externa

Determina la forma como se organiza la obra teatral, y se divide en dos aspectos:

  • Intervención de los personajes: diálogos, introducidos por el nombre del personaje, que hacen avanzar la acción, y monólogos, o reflexiones en voz alta de un personaje en concreto.
  • Acotaciones: aclaraciones del autor teatral para orientar la interpretación y la dirección de la obra. Incluye aspectos interpretativos, escenográficos entre otros. Se escribe entre paréntesis y en cursiva.

Y se divide en las siguientes partes:

  • Actos: cada una de las unidades de acción en que se divide una obra teatral. Las obras con formato clásico se dividen en tres o cinco actos.
  • Escenas: cada una de las partes en que se divide un acto; suele coincidir con la entrada o salida de un personaje a escena.

Cabe decir, que en el teatro más contemporáneo esta estructura en actos y escenas no se corresponde con lo que se hace en el teatro de corte más clásico, se puede plantear de muchas formas diversas.

Estructura interna

Como en cualquier tipo de texto, el teatro también suele presentar la estructura típica:

  • Planteamiento: sitúa la acción en un tiempo y un espacio determinados; presenta a los personajes principales y el inicio del conflicto que se desarrollará a lo largo de la obra.
  • Desarrollo: se desencadena el conflicto planteado, una acción tras otra a partir de las acciones y diálogos de los personajes.
  • Desenlace: es la resolución del conflicto; puede acabar bien (como en la comedia) o mal (como la tragedia y la mayoría de los dramas.)