La actividad historiográfica de Pero López de Ayala (1332-1407) debió comenzar hacia 1379, a petición del primer rey de la nueva dinastía Trastámara. Su método de trabajo queda expuesto en el Proemio de Don pedro López de Ayala a las Crónicas de los Reyes de Castilla Don Pedro, Don Enrique II, Don Juan I y Don Enrique III y tiene tres aspectos fundamentales (1): A) Continuidad: porque desde los reyes godos hasta Alfonso XI ha quedado memoria de sus hechos, él va a procurar que ocurra lo mismo con sus sucesores. Claro, que ya no nos encontramos ante una crónica general, sino ante una real. Y los fines son muy diferentes. B) Veracidad, conseguida bien porque el propio Canciller es testigo, bien porque oyó los hechos de señores e cavalleros o a otras personas dignas de fe e de creer. C) Estructura esencialmente analística.
La muerte de este monarca permite a Ayala contemplar el ciclo cronístico de los dos hermanos como una unidad; es decir, el Canciller concibió un proyecto que englobara las crónicas de Pedro I y de Enrique II y le permitiera explicar por qué ambos ostentaron al mismo tiempo el título de rey de Castilla. Hacia 1383 debía haber terminado un borrador, que es el conocido como Primitivo. El progresivo adentramiento de Ayala en la corte de Juan I le permite tener acceso a nuevos datos y nuevas perspectivas, que le hacen modificar su planteamiento inicial. La boda entre Catalina de Láncaster (nieta de Pedro I) y el futuro Enrique III, que cierra las viejas heridas de la guerra civil, le obliga a otro cambio en el planteamiento de la narración de la historia. De aquí proviene la versión conocida como Vulgar o Vulgata. 2. La Crónica de Juan I. La crónica, que se redacta para resaltar el acierto en el cambio de dinastía, tiene como eje el desastre de Aljubarrota y cómo con esta derrota se vienen a bajo los ideales del estamento nobiliario. Con todo, el Canciller salva la figura del monarca castellano: E al rey plogo mucho deste consejo, e mandó que se ficiese así. Pero algunos caballeros del rey, que eran omes mancebos, e nunca se vieran en otra batalla, non se tovieron a aquel consejo, diciendo que era cobardía; e teniendo en poco los enemigos, acometiéronlos. E así fue, segund que algunos avían rescelo, que las dos alas de la batalla del rey non pudieron pelear, (...) e la avanguarda del rey peleó sin acorro de las sus alas; e en las dos alas de los enemigos estaban muchos omes de pie, e tenían muchas piedras e grand ballestería, los quales ficieron grand daño en los de la avanguarda del rey; así que la avanguarda e las dos alas de los enemigos peleaban con la avanguarda del rey sola, ca las dos alas suyas non pudieron acorrerla, nin peleaban. (2)
3. La Crónica de Enrique III. Fue comenzada por el Canciller y con su muerte quedó inconclusa. La estructura de lo redactado gira en torno a cuatro núcleos temáticos:
La obra, de elaboración larga y lenta, tiene un primer estadio de redacción –entre 1379 y 1403- en que todavía no se ha organizado como hoy la conocemos, sino que son poemas o trataditos diversos que corren manuscritos. Quizá hacia 1398, el autor puede haber concebido ya la idea de reunir un cancionero de sus obras de intención didáctica; pero esto se cumplirá sólo en el retiro de sus últimos años, cuando el viejo canciller redacte el texto tal y como actualmente podemos leerlo. El germen del Rimado debió tener un propósito satírico-moral; pero finalmente, bajo la influencia del comentario de San Gregorio al libro de Job, se organizó como un tratado ascético-moral. Grosso modo, podemos decir que se divide en tres partes:
Supe como el muy notable cauallero, muy sabio e mui discreto senhor dom Pedro Lopez de Ayala, senhor de Ayala y de Saluatierra, chanciller menor (sic) de Castilla de loable memoria, cuia anima Dios perdone, la dicha obra romançara y mucho me maraville por ser començada y no ser acabada. Ca muchas otras muy notables obras Romanço el y fueron acabadas: asi como el Tito Liuio y los Morales de Job y otras algunas y así fuera esto, saluo porque creio que lo enbargo o muerte suia al hazer o ser el libro menguado por do lo romanço o otro algun impedimento. (4) Por lo que respecta al Tito Liuio, se refiere a la traducción que de las tres primeras Décadas hiciera el Canciller a partir de la versión francesa de Pierre Bersuire, prior de San Eloy de París. Los Morales de Job son las Moralia que sobre este libro del Antiguo Testamento hiciera San Gregorio Magno y que tanta influencia tienen en el Rimado. Las otras algunas serían obras de Boecio, una Historia troyana (probablemente la Historia destructionis Troiae de Guido de Columnis) (5) y el Libro del santo omne Job.
NOTAS: (1) E por ende de aquí adelante yo, Pero López de Ayala, con el ayuda de Dios, lo entiendo continuar así lo más verdaderamente que pudiere de lo que vi, en lo qual non entiendo decir sinon verdad: otrosí de lo que acaesce en mi edad e en mi tiempo en algunas partidas donde yo non he estado , e lo supiere por verdadera relación de señores e caballeros, e otros dignos de fe e de creer, de quienes lo oí, e me dieron dende testimonio, tomándolo con la mayor diligencia que yo pude. E en este libro terné esta orden que : comenzaré el año que el rey regnó (...) e en cada año partiré la estoria de aquel año por capítulos. López de Ayala, Pero. Crónicas. Edición, prólogo y notas de José Luis Martín. Barcelona, Planeta, 1991, p.4 (2) López de Ayala, Pero. Crónicas. Edición, prólogo y notas de José Luis Martín. Barcelona, Planeta, 1991, p. 601. (3) GÓMEZ REDONDO, Fernando. Historia de la prosa medieval castellana, II. Madrid, Cátedra, 1999, p. 1810. (4) Cita en Pero López de Ayala, Rimado de palacio. Edición, introducción y notas de Germán Orduna. Castalia, Madrid, 1987, p. 34. (5) Acerca de la tradición que en la prosa medieval castellana hay sobre este tema, pueden consultarse las entradas Historia troyana polimétrica y Materia de Troya. Enlaces externos:
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