MARRUECOS BTT

Marruecos btt - 2.013

Cuando se piensa por primera vez en Marruecos surge la duda de si es un país seguro, y más si la idea es adentrarse en las montañas y otras zonas más o menos inhóspitas.

Mirando por internet veo que Marruecos es un país tranquilo y que precisamente las zonas rurales son las menos conflictivas. Una vez aclarado este tema, viene la búsqueda de información, albergues, rutas, transporte, etc.

Además de mi seguridad personal, me preocupaba la bicicleta. Llevé un pequeño candado que no llegué a utilizar. En los pueblos era totalmente innecesario, además que entraba la bicicleta dentro del albergue. En Marrakech, como en cualquier ciudad, no se puede dejar en la calle. Antes de ir pregunté en el hostel y me aseguraron que tenían un cuarto cerrado con llave para guardarla.

Importante no olvidar el pasaporte, y aunque no se necesita ninguna vacuna especial, he preferido ir bien vacunado: Tétanos, difteria y hepatitis A+B.

En internet hay mucha información y poco a poco me voy formando una idea de lo que quiero hacer: Atravesar el Atlas y llegar al desierto (Zagora). Tengo 18 días para pedalear por Marruecos y hago la previsión de etapas, dejando algunos días libres por si tengo algún problema y también hacer turismo en Marrakech.

Algunos tramos los he hecho en autobús y he pedaleado algo más de 1.000 km en 14 etapas:

Etapa 1 – Demnat – Abachkou

Etapa 2 – Abachkou – Zaouiat Ahansal

Etapa 3 – Zaouiat Ahansal – Anergui

Etapa 4 – Anergui – Ilmilchil

Etapa 5 – Ilmilchil – Tamtetoucht

Etapa 6 – Tamtetoucht – Gîte Tizi Tazazert Etapa 7 – Gîte Tizi Tazazert – Nkob

Etapa 8 – Nkob – Zagora

Etapa 9 – Zagora – Desierto – Zagora

Etapa 10 – Zagora – Garganta del Dades

Etapa 11 – Garganta del Dades – Agoudal

Etapa 12 – Agoudal – Ilmilchil

Etapa 13 – Ilmilchil – Ksiba

Etapa 14 – Ksiba – Beni Mellal

Me preocupa el calor que me pueda encontrar, y soy consciente que llegando a Zagora puede llegar a ser insoportable. Me planteo dos opciones de continuación. Si lo veo posible, ir hasta Merzouga y en caso contrario, volver a cruzar el Atlas siguiendo una ruta diferente. Seguiré la segunda opción.

Para el viaje utilizo mi Canyon Nerve, una bici bastante polivalente, aunque las diferentes etapas son eminentemente pisteras. De equipaje, llevo la bolsa del sillín y una mochila con lo imprescindible, pero bien llena de ilusión y ganas de descubrir.

Hacía tiempo que lo venía pensando, y he montado un artilugio para llevar visible el recorrido de cada día. Configuro el gps para visualizar el track y la altura y con la gráfica delante me ayuda a saber en que momento de la ruta me encuentro.

He buscado albergues económicos, también conocidos como “Gîte d'Etape”, a menudo habitaciones compartidas, aunque la mayoría de veces he estado solo. El precio de estos albergues ronda los 150 dírhams la media pensión (14 €). Únicamente hice reserva en Marrakech. Después he ido a la aventura y no he tenido ningún problema. En esta época del año hay pocos turistas por las zonas que he transitado.

En los pueblos, acostumbra a haber pequeñas tiendas donde comprar algo de comida y bebida fresca. Son más económicas que los bares, y para parar 5 minutos no hay diferencia.

Un detalle importante es que SIEMPRE hay que acordar el precio lo primero de todo, tanto del albergue como un taxi, hasta una cocacola, y revisar el cambio.

He llevado dos bidones de agua (1,5 l entre los dos). En las etapas de montaña voy encontrando alguna fuente o pueblo, pero al acercarme a las zonas desérticas, se hace corto y tengo que llevar una botella de litro y medio en la mochila. Además los bidones se calientan mucho.

Resumiendo, el viaje ha ido bien. No he tenido ningún problema relevante. Los paisajes que he ido encontrando me han gustado. Los pueblos y pequeñas ciudades que he ido viendo, resulta interesante entender su cultura, deambular por los mercados y captar la vida de la ciudad. Contemplo las construcciones típicas y los edificios más relevantes aunque muchas veces tienen poco que ver: Casas destartaladas, calles mal urbanizadas y bastante basura por el suelo.

Bajando de las montañas hacia el desierto, mucho calor, pero eso ya me lo esperaba. Si se puede, mejor ir antes del verano.

Sobre la gente, he encontrado de todo, buenas personas que me han brindado su hospitalidad, y también experiencias desagradables, a menudo intentan cobrarte de más, niños que me han tirado piedras en la salida de los pueblos y sobre todo en Marrakech un acoso constante para sacarte algo de dinero.

Llegada a Marrakech

El viaje en avión siempre entraña algún riesgo de olvidar el pasaporte, llegar tarde, tener algún problema con la facturación, etc.

Llegué al aeropuerto de Girona con suficiente antelación para no tener problemas. Fue todo bien, excepto que no me dejaban pasar dos botes de crema solar de 200 ml., y tuve que ingeniármelas para poderla pasar.

Ya en Marrakech, había mucha cola en el control policial y se hizo de noche. La bicicleta, que era lo que más me preocupaba, llegó bien.

Podía haber cogido un taxi, pero hay poca distancia del aeropuerto hasta el hostel (sobre 8 km), así que en casa me hice un track para el gps y llegué por mis propios medios. Monté la bicicleta y coloqué una cinta de persiana en las asas de la caja de manera que la podía llevar colgada al hombro. Esto era teoría, ya que no hice ninguna prueba.

A decir verdad, temía que la policía me llamara la atención por llevar semejante caja colgada al hombro.

Una vez en la carretera, vi que la conducción allí es bastante diferente y que las normas de circulación se respetan poco. La caja se llevaba bien, y no destacaba por llevar la caja, sino por llevar luz y casco, que nadie utiliza en bicicleta. Conducen de manera bastante anárquica, siendo las normas meramente orientativas. Llevar el track fue un completo acierto.

La llegada al núcleo urbano me resultó muy impactante, por el ajetreo y la cantidad de gente que encontré por la calle. Los prejuicios hacia los marroquíes, crean una primera sensación de inseguridad, y cuando llegué al hostel y entré la bicicleta confieso que quedé aliviado.

Una vez confirmada la reserva, el propietario del hostel me quiere hacer pagar más por la bicicleta. Veo que se quiere aprovechar, pero prefiero no ponerme a mal, ya que le voy a pedir que me guarde la caja quince días, y además, cualquiera vuelve a salir a aquella jungla que es la calle…, así que regateamos un poco hasta llegar a un acuerdo.

Hay que prestar atención a la hora, pues en esta época del año hay dos horas de diferencia con España.

Al día siguiente salgo temprano a cambiar el dinero. En el aeropuerto el cambio es menos ventajoso y me recomiendan el Hotel Alí en la plaza Jemma el fna.

Cambio más dinero del necesario por si tengo algún imprevisto en estos pueblos de montaña donde no voy a encontrar cajeros, lo que más tarde me daré cuenta que es un error:

  • Cada dos o tres días encontraré algún pueblo más importante donde poder cambiar.

  • Los euros, en caso de necesidad se pueden utilizar (aunque con cambio desventajoso).

  • Al final, al volver a cambiar dírhams por euros, se pierde dinero.

  • Lo mejor es cambiar el dinero justo que se piense gastar.

Busco La estación de autobuses, hacia Demnat, que al no encontrar a nadie que hable español, no es tarea fácil.

Una vez en la estación, me indican el autobús que tengo que coger. Hay un cobrador que le pago el billete y como antaño, me sube la bici al techo del autocar. Me cobra un suplemento por la bici, y no hay regateo posible. Al cabo de media hora salimos hacia el destino. El autobús es bastante viejo, pero lo importante es que ya estoy en camino.

Etapa 1 – Demnat – Abachkou

He llegado a Demnat casi al mediodía. En la estación he preparado todo para salir, ponerme crema solar, etc., siendo todo un espectáculo para unos niños que me contemplaban con curiosidad.

He salido a una hora muy calurosa, pero era lo que había. Voy alternando pista y asfalto.

Al principio, la ruta no resulta muy llamativa, pero poco a poco voy subiendo y encontrado parajes más atractivos.

He ido tirando hasta que por la tarde he llegado a Abachkou, un pueblo con un albergue: “Gîte Adrar”. Es el tipo de alojamiento que quiero. El dueño es bastante atento, aunque la comida es floja.

En un pueblo anterior, había otro albergue y pasado Abachkou, hay uno más.

Las dos primeras etapas las podía haber hecho un poco más relajadas repartiendo el trayecto en tres días:

  • El primer día quedarme en el primer pueblo con albergue.

  • El segundo llegar a uno de los pueblos más adelante de Agouti, que hay muchos albergues.

  • El tercer día hasta Zaouiat Ahansal.

Etapa 2 - Abachkou – Zaouiat Ahansal

Pido el desayuno para las 6, y salgo con la fresca, que no durará mucho.

En Agouti paro a tomar una cocacola. Me ha sorprendido que al preguntar por algún bar para tomar un té, un vecino del pueblo me ha llevado a su casa, y me ha ofrecido un té, con un desayuno completo, sin aceptar nada de dinero. Ha sido una muestra de la hospitalidad marroquí.

La ruta discurre por el valle de Bouguemez, alternando pista y asfalto. Voy encontrando pueblos muy pintorescos y multitud de albergues.

Estos pueblos se dedican a la agricultura y por lo que veo, no ha llegado la modernización. El animal de carga es la mula y realizan las labores del campo (segar, trillar, ablentar…) manualmente, como en España hace 40 años.

Encuentro muchos niños con la camiseta del Barça. Me pregunto si la llevan por los colores vistosos o por el equipo, así que hablo con un grupo de niños y sin pensarlo mucho me dicen 6 ó 7 jugadores del Barça, y más aún, en uno de los últimos pueblos del Atlas veo un local que es una peña del FCB. Increíble!

Pasados estos pueblos, hay una gran subida que llega a los 2.800 metros. Hace calor, pero a esa altura es bastante soportable. Voy parando en las sombras y me voy rehaciendo. Al llegar a Zaouiat Ahansal, un chaval me saluda. Le digo que busco la Gîte Amadhar y qué casualidad que el Sr. Amadhar es su padre y me acompaña hasta el albergue.

El hijo, Mohamed, habla algo de español. En el albergue son muy agradables y puedo decir que es muy recomendable en todos los sentidos, atención, comida y precio.

Etapa 3 Zaouiat Ahansal – Anergui

Desayuno a la seis y salgo por un camino que evita un trozo de carretera. La ruta discurre por pista. En realidad son carreteras que unen estas poblaciones, pero con tramos que solo es recomendable para 4x4.

Al principio encuentro alguna aldea, pero luego no hay ningún sitio donde parar hasta un paraje muy bonito denominado “La Catedral”. Son las 12 y no hay quien pare al sol, así que paro a comer en este albergue. Parece que no queda gran cosa hasta Anergui, y después de comer hago una buena siesta.

Sigo la pista, que se va adentrando en un desfiladero muy bonito. La pista va empeorando hasta convertirse en sendero, que en muchas ocasiones no es ciclable, con algunos tramos que el río invade el camino, y tengo que descalzarme para pasar. También hay muchos sube-baja que hacen que no avance al ritmo calculado. Veo alguna casa de cabreros, pero nada donde parar ni alojarme.

Es muy agradable, pero se va haciendo tarde, y llegaré de noche.

Aparezco en Anegui, un pequeño pueblo casi sin iluminar, con las casas destartaladas y la gente bastante desaliñada. Se sorprenden de verme aparecer de la oscuridad, igual que yo de encontrarme en aquel escenario.

En un bar pregunto por el albergue de la familia Chrifi, y un hombre, amablemente, me acompaña con una linterna, hasta lo alto del pueblo. No pide nada, pero me ha hecho un gran favor y le doy una propina.

En el albergue me preparan la cena, y como no nos entendemos mucho, y estoy muy cansado, me voy a dormir.

La ruta de hoy se me ha alargado más de lo previsto, primero olvidé el bote de aceite en una parada y tuve que volver a buscarlo, he tenido un pinchazo que me ha obligado a poner una mecha al tubeless, además de algún error de navegación, y la siesta un poco larga. Sin imprevistos y conociendo cómo es la segunda parte de la ruta se puede hacer perfectamente en un día, pero otra opción sería dividirla en dos etapas, haciendo noche en el albergue: "La Catedral".

Ya muy temprano hay un gran bullicio en la parte baja del pueblo y se oyen muchos animales. Es el mercado de ganado.

La noche anterior, al llegar tan tarde, únicamente pregunté si podían prepararme la cena, y al día siguiente a la hora de pagar me da un papelucho con la cifra “2400” (como si hubiese pasado todas las vacaciones en el albergue…).

El hombre parece no sabe nada o no entiendo la explicación, así que al final le ofrezco 150 dírhams que es lo habitual (y creo que todavía le pago mucho). Aparte de esto, no puedo decir nada malo, ya que llegué sobre las 10 de la noche y me prepararon cena, que es de agradecer.

Etapa 4 – Anergui – Ilmilchil

Los primeros 33 km son por una carretera casi sin tráfico. En la parte alta de la montaña encuentro nómadas que cuidan sus rebaños. Más adelante 2 -3 km por un sendero poco ciclable y pista en buen estado. Los últimos 15 kilómetros carretera con poco tráfico.

Sobre el km 35 hay una tienda y en el km 51 hay un albergue.

Cerca de un pueblo me han parado unos niños y al no llevar nada para ellos, he estado un rato con ellos. Al mayor le he dejado probar la bici, a los otros les hacía gracia las gafas de sol, beber del bidón, la bomba de inflar, etc. Todo bien, pero al final cuando me iba, corrían detrás de mí, para despedirse, pensaba, pero aprovechando para abrirme la bolsa del sillín y intentar quedarse con algo. Como es de suponer he quedado bastante decepcionado.

Resulta cansino, que por los pueblos que paso, los niños salen a mi paso pidiendo caramelos, bolígrafos, o dinero. Al parecer hay gente que va repartiendo golosinas o propinas a los niños y luego cuando pasas y solamente les das la mano o les dices adiós, quedan bastante desilusionados.

Tenía pensado llegar a Ilmilchil a dormir, pero me quedo en el albergue del lago (5 kilómetros antes). Es un poco más caro que la media, pero el entorno es excepcional y en general todo está a la altura del precio que se paga. El tagine, a diferencia de otros sitios, tiene más carne que huesos. Otro detalle importante es que el guarda habla algo de español y le puedo preguntar sobre detalles y costumbres de Marruecos.

Por la mañana, antes de desayunar voy a dar un paseo por el lago, haciendo una sesión fotográfica. Estoy muy contento de haberme quedado en este lugar.

Etapa 5 – Ilmilchil – Tamtetoucht

Tras unos 5 kilómetros de bajada ya estoy en Ilmilchil. Es día de mercado de ganado y hay un gran bullicio.

Doy una vuelta, y salgo por una carretera bastante transitada, en parte por los comerciantes que van a Ilmilchil por el mercado. Me llama la atención que las bacas de las furgonetas están muy aprovechadas sea con el transporte de ganado o personas. En alguna ocasión llego a contar 10 – 12 personas en la baca.

Me desvío a otra carretera menos transitada que me lleva a Agoudal. En esta parte de la ruta hay muchas mujeres que trabajan en las labores del campo, sea segando o transportando pesados fajos de hierba. Por lo que veo, y lo que me explican después, tradicionalmente las mujeres se cuidan de los trabajos del campo.

Los niños me salen al paso a ver si tengo algo para ellos, y algunos intentan que pare para ver si pueden conseguir algún dírham (o para quitarme algo?).

Sigo la carretera, que poco a poco me llevará a un puerto de casi 2.700 metros. En la bajada noto mucho calor. Busco un restaurante para comer algo y descansar.

La carretera sigue bajando. Es una zona semidesértica y hace mucho calor. En ligera bajada, sigo hasta Tamtetocht donde me quedo en casa de Hassan.

Me reciben su hermano Mohamed y sus padres. Buena gente, que ante mi insistencia de preguntar el precio, se empeñan en que me siente y tome un té. El precio no va a ser un problema.

Mohamed hace de perfecto anfitrión, acompañándome y encargándose que no me falte de nada. Luego por la noche cena entre amigos. Hassan también habla bastante español y me explica que se dedica a hacer excursiones con turistas en bici o trekking. Están reformando la casa para hacer de albergue.

He estado muy bien, sencillo pero suficiente, y de las conversaciones con Mohamed y Hassan he aprendido muchas cosas sobre Marruecos. Un sitio muy recomendable.

Correo electrónico de Hassain: ouchn_adrar@hotmail.fr

Teléfono: 00212666863630

Etapa 6 – Tamtetoucht – Gîte Tizi Tazazert

Desayuno y continuación de la ruta. Aquí por lo que voy viendo cada día hace sol.

Saliendo de Tamtetoucht, unos niños salen a ver si les doy algo, y al ver que no llevo nada, me despiden a pedradas. No logran alcanzarme, pero es un suceso bastante lamentable.

Unos 15 km de ligera bajada, y poco a poco me voy adentrando en las gargantas del Todrha. La parte final es un sitio único.

El día anterior estuve muy bien en casa de Hassain, pero atendiendo a la belleza del lugar, hubiera sido una buena opción seguir hasta uno de los albergues de las gargantas. También hubiera avanzado una hora más, que me hubiera ido muy bien para aligerar la etapa del día siguiente.

Hago parada en las gargantas, y aprovecho para ponerme crema, y tomar algo disfrutando del lugar.

Sigo hasta la pequeña ciudad de Tinghir. Supongo que es día de mercado y está todo muy animado. Doy una vuelta por las diferentes paradas, observando el ambiente que hay.

Podría haberme quedado a dormir, pero era muy pronto y sigo en dirección Nkob.

Unos pocos kilómetros por la carretera nacional y desvió por una pista. Llego a un pueblo donde hay una tienda para tomar una cocacola de medio litro bien fresca. El resto de la ruta va a ser por pista.

Empiezo a subir. Por la pista pasan algunos coches y motos, pero no hay ningún pueblo cerca. Hace mucho calor, y conforme voy subiendo me doy cuenta que con los dos bidones no tendré suficiente agua.

Paso por unos cultivos de regadío y consigo agua de riego, pero hace mucho calor y pronto volveré a estar igual. Para postre tengo un pinchazo que el tubeless no logra sellar y me toca poner una cámara.

Encuentro un bidón de 25 litros en la carretera dispuesto para poder beber en caso de necesidad, y vuelvo a llenar los bidones.

Sin duda es muy mala hora para afrontar una subida de unos 1000 metros. Casi no hay vegetación y me voy refugiando en los tubos de desagüe de la montaña que pasan por debajo de la carretera. Son de gran tamaño y puedo descansar a la sombra.

Van pasando las horas más calurosas y tengo agua, pero está muy caliente. En el camino hay alguna casa, o pueblos donde pedir agua fría. En uno de ellos saco agua de un pozo que está fresquísima.

Llego a un pueblo donde comprar alguna cosa y tomar algo fresco, incluso hay un albergue. Al poco de llegar hay una aglomeración de chavales entorno a la bicicleta. Seguramente no me van a quitar nada, pero no me arriesgo y en cuanto me tomo la cocacola, salgo de allí pitando.

Ya veo que no voy a llegar a Nkob, pero tengo información que a medio camino hay un albergue y mi intención es hacer noche allí.

Se encuentra en lo alto de las montañas, con unas vistas privilegiadas. Cuando llego, regateo con el precio y adelante.

Ceno con la familia de Ibrahim. Me sorprende que su mujer me acerca un artilugio metálico y una jarra con agua. No entiendo que tengo que hacer, hasta que me hacen el gesto de lavarme las manos. Sirven un plato grande de Tagine y la costumbre es comer todos del mismo plato. Veo que comen con las manos, ayudándose con el pan. Como dice el dicho: “Donde fueres haz lo que vieres”, así que no me corto y a cenar.

Etapa 7 – Gîte Tizi Tazazert – Nkob

Salgo camino de Nkob. Son 40 km mayoritariamente de bajada por pistas de montaña.

No supone gran esfuerzo, pero entre las paradas de fotos, ponerme crema y contemplar el paisaje, empleo algo más de 3 horas en llegar la Nkob. Es una pequeña ciudad con mucha gente que va y viene.

Tomo una cocacola en uno de los bares y contemplo el devenir de la gente. Tampoco hay mucho que ver, aparte de dar una vuelta y contemplar la animación que hay.

Hace bastante calor y voy a buscar un albergue. Llamo a la Kasbah Baha – Baha. Pregunto por el precio, pero el empleado insiste que primero tengo que verlo, así que me enseña el interior de la kasbah, los jardines y la piscina. El precio es algo superior a lo acostumbrado, pero ¿quién se resiste a un baño en la piscina con este calor infernal?

Cuesta 250 dírhams dormir y desayunar, que haciendo el cálculo salen unos 23 euros. Reflexionando veo que no es excesivamente caro, y que a veces voy regateando por 30 céntimos. Entiendo que el regateo que es típico, pero lo que me molesta es que por ser turista, intenten tomarme el pelo. como pasará en la cena.

Sobre la kasbah, está muy bien conservada, y alojándome aquí, la he podido ver por dentro.

Salgo a cenar a un restaurante. Ceno bien, pero pretenden cobrarme el doble de lo que indica la carta de precios, así que vuelvo a pedir la carta, saco las gafas y pongo las cosas en su sitio. Cuando salgo de viaje, me gusta establecer una relación de cordialidad con la gente del país, y resulta desagradable acabar la cena discutiendo por el precio, pero parece que esto es bastante habitual en Marruecos, aprovecharse de los turistas y conviene mirar siempre los precios antes de pedir nada.

Etapa 8 – Nkob – Zagora

La noche en la kasbah, ha sido calurosa. Desayuno temprano y salgo por la carretera en dirección Zagora. Los primeros 25 kilómetros discurren por una carretera principal, aunque a primera hora casi no encuentro ningún coche. Después un desvío y sigo por otra carretera de las que no pasa nadie. Son paisajes inmensos casi desérticos. Llego a un pueblo, que hay anunciado un albergue (bueno es saberlo). Me aprovisiono de agua y sigo adelante. Hoy llevo los dos bidones y una botella de litro y medio en la mochila, que aguanta mejor el fresco.

Sigue una pista, y comienzo a ver algún palmeral que contrasta con el paisaje semidesértico. Muy bonito.

Más adelante encuentro otro pueblo. Resulta interesante la silueta de las casas en el paisaje tan árido. No veo ninguna tienda, y como tengo agua sigo mi ruta.

Empieza a hacer calor y la pista sigue hasta unas montañas que se ven muy a lo lejos. Casi no hay ninguna sombra y el camino se hace interminable.

El calor aprieta y el agua de los bidones está muy caliente. En la pista encuentro un bidón de 25 litros que deben poner para caso de emergencia. Las condiciones sanitarias son dudosas, pero no está caliente, así que bebo unos buenos tragos.

Las montañas que se veían a lo lejos cada vez están más cerca y por suerte hay un pueblo donde comprar algo fresco. Me bebo un litro de naranjada sin pestañear y lleno la botella de la mochila.

Queda poco para Zagora, pero el calor es insoportable y voy parando en algunas sombras para beber y rehacerme. El palmeral es muy bonito, pero el sol cae a plomo, y solo pienso en llegar para refrescarme. La pista acaba en otro pueblo. Por suerte encuentro una tienda. La obsesión es beber algo fresco. Zagora ya está a 15 minutos.

A la entrada me encuentro un tipo en un 4x4 que me llama. Pensaba que quería preguntarme algo, le digo adiós y sigo. Ante la insistencia doy la vuelta y le digo que no hablo francés. No es problema, me pregunta de dónde soy y hasta me suelta algún dicho en catalán. Es un vendedor nato. Me convence para ir a dormir a un camping con “piscina” (la palabra mágica).

Llegando veo un termómetro que marca 61o C. Está al sol, justo por dónde voy todo el día.

El camping bien, pero queda muy lejos del centro de Zagora y la habitación es muy calurosa.

El tipo intenta venderme de todo, viaje en 4x4 al desierto, paseo en camello, dormir en haima, baratijas, aceite de argán, etc.

Todo y que le digo que no tengo intención de comprar nada, insiste en llevarme a su “Corte inglés”, en el centro de Zagora.

Cuando llegamos le digo al que lleva la tienda que solo he venido a dar una vuelta, que no quiero nada, pero no me lo quito de encima. Cualquier cosa que miro, me la enseña y me dice que es muy barata. Qué pesadez!

No compro nada, pero me invita a un té con menta.

Ya de vuelta en el camping empiezo a tener problemas intestinales. El calor, las aguas, (o el té del vendedor que no me ha vendido nada), me están pasando factura.

Día de descanso – Zagora

En el camping hace mucho calor y me voy a un hostal del centro de Zagora. Es bastante cutre, pero al ser de construcción creo que no será tan caluroso. No como casi nada, y tomo unos medicamentos que llevaba por si acaso.

En Zagora no se puede hacer gran cosa. El pueblo (pequeña ciudad) tiene una calle principal con mucho tránsito de gente, y de vehículos, pero poca cosa interesante. Muchos edificios en construcción, solares con piedras y en general bastante descuidado.

Doy una vuelta a primera hora de la mañana y luego me quedo descansando en la habitación hasta la tarde.

Etapa 9 - Zagora – Desierto – Zagora

Los problemas intestinales van a mejor gracias a los medicamentos que he traído, pero estoy a base de yogures y cocacola. La cocacola puede que no sea lo mejor, pero en ese momento es lo que me apetecía y me sentaba muy bien.

Salgo muy temprano hacia el desierto, concretamente la duna de Tifou. Apenas son 50 kilómetros entre ida y vuelta, pero estoy bastante flojo.

La ruta va por una carretera, que aunque principal, aparenta ser secundaria y con poco tráfico. El paisaje es desértico formado por inmensas llanuras pedregosas con poca vegetación.

Llego en bicicleta hasta la enorme duna. Camino un poco y me dedico a contemplar el paisaje y hacer algunas fotos. Es temprano y todavía se está bien.

A los cinco minutos veo un lugareño que viene hacia mí a ver si me convence para dar una vuelta en camello, pero lo único que quiero es estar un rato tranquilo.

De vuelta paso por algunos pueblos y ya encuentro alguna tienda abierta para comprar alguna bebida fresca. Cuando llego a Zagora, una ducha y a descansar hasta la tarde.

Estoy mejor pero sigo con yogures. Hace mucho calor y no me apetece ir hasta Merzouga, así que seguiré el plan B, volver a cruzar el Atlas pero pasando por Boulemane Dades, y ver las gargantas del Dades.

Mañana no estaré del todo recuperado y las dos primeras etapas del plan B van a ser también muy calurosas, así que se me ocurre hacer estas dos etapas en autocar.

Por la noche oigo unas palabras en catalán y conozco una pareja que estarán unos días por la zona. Vamos a tomar algo e intercambiamos impresiones sobre el viaje. Casi no me encuentro ningún turista y me alegra poder estar un rato hablando con ellos.

Por la noche otra ducha y a dormir. Creo que me ducho 7 ó 8 veces al día.

Etapa 10 – Zagora – Garganta del Dades

Me levanto temprano y voy a sacar los billetes. Hay que coger dos autocares, uno hasta Ouarzazate y otro hasta Boulemane Dades.

Hasta Ouarzazate, el autocar está lleno y la solución es coger un “Grand Taxi”, y allí el otro autocar que me confirman que hay plazas.

Voy a la parada y tengo que regatear para tener un precio razonable. Hay un encargado que me envía a un Mercedes que parece que había venido de la guerra. El parabrisas con 6 ó 7 chinazos y bastante resquebrajado y el estado general bastante lamentable. La bici, desmontando las ruedas, la cargamos en el portaequipajes, pero tengo que insistir bastante para que quede bien protegida.

La sorpresa es que nos vamos metiendo en el coche hasta ser 7 personas contando el conductor, en un coche de 5 plazas. Nadie dice nada, así que nos apretamos 2 delante y 4 detrás y salimos para hacer unos 150 km. En el camino pasamos por un control policial, pero ni siquiera nos paran.

El conductor va esquivando mulas, bicicletas, y adelantando sin respetar ninguna señal.

No sé decir si iba muy rápido, ya que no le funcionaba el cuentakilómetros.

Desde Ouarzazate voy hasta Boulemane Dades en un autocar de primera, con aire acondicionado y muy cómodo.

Llego pasado el mediodía y nada más bajar del autocar, ya tengo ofertas para hoteles, ruta a la garganta del Dades y lo que haga falta.

Con una notable diferencia de temperatura me pongo en marcha siguiendo mi ruta. Tanteo un poco los hostales que encuentro y opto por llegar casi a la garganta del Dades. La tarde está lluviosa y después de la ducha tengo un poco de frío (ya no me acordaba qué era eso).

Superados los problemas intestinales, vuelvo a la ensalada y el tagine reglamentario de cada día.

Etapa 11 – Garganta del Dades – Agoudal

Hoy sucede algo insólito, a primera hora de la mañana está lloviznando, y aprovecho para dormir un poco más.

Salgo con el día nublado y voy viendo las gargantas del Dades. Están bien, pero las del Todhra son más espectaculares

Voy subiendo por una carretera secundaria que pronto se convertirá en pista, siguiendo el trazado del río que ha ido formando sucesivos cañones.

Pasada la parte más espectacular de la garganta, ya no hay ningún albergue hasta Agdal, un buen sitio para almorzar. La temperatura es agradable, y de vez en cuando voy encontrando alguna fuente.

En el camino hay algunos pueblos, y en uno de ellos, unos niños, sin ningún adulto que los vea, me despiden a pedradas. Debería haber entrado en alguna de las casas que había y explicar a la familia el comportamiento de sus hijos, pero no quiero perder tiempo ni buscarme algún problema.

Para hoy tenía como final de ruta el albergue: Gîte D'Etape Ibhounba, pero está cerrado. Toca seguir unos 40 km más y 1.000 metros de desnivel hasta llegar a Agoudal por pista de montaña, que llega a los 2.900 metros.

Encuentro algunos rebaños de nómadas. En dos ocasiones veo algunos camellos pastando en la montaña. Cuando voy a hacerles una foto, a lo lejos oigo: NO, NO, NO! En principio no entiendo que se imagina el pastor que le voy a hacer al camello, pero enseguida advierto que lo tiene clarísimo, ya que me pide dinero por la foto. Vaya caradura!

Llego a Agoudal para hospedarme en el Albergue Afoud. No es que tenga mucho encanto, pero todo es correcto. Justo lo que necesito.

Ceno con los hermanos del que lleva el albergue y como algunas cosas que no había probado ningún día. Antes de la cena hacen una pequeña oración. Veo que en los pueblos la gente parece bastante religiosa. Todos dicen respetar el Ramadam.

Etapa 12 – Agoudal – Ilmilchil

Amanece un día soleado y frío. Salgo para Ilmilchil por una carretera secundaria que tira hacia abajo y se hace fácilmente. Unos 35 kilómetros. Un paseo!

En Ilmilchil es día de mercado y doy una vuelta para ver el ambiente y comprar alguna cosa. Hay de todo, incluido un amasijo de dátiles y moscas, que creo que fue un plato de la noche anterior.

Almuerzo unas pastas típicas bereberes y como de costumbre, una cocacola de medio litro.

El pueblo está muy animado, pero una vez que he dado una vuelta por el mercado y tomado algo en el bar, ya está todo visto. La intención es volver al albergue del lago Tismilt.

Como es pronto, hago una excursión al lago grande (5-10 km). No tiene pérdida, pero están haciendo obras en la pista y el camino está un poco feote.

Visto el lago pequeño que hay más vegetación, el otro no resulta nada excepcional, pero si hay tiempo, es una excursión obligada.

De vuelta al albergue me tomo la tarde de relax, paseando y haciendo fotos del lago.

Etapa 13 – Ilmilchil – Ksiba

Hoy es una ruta larga, por carreteras secundarias, que aunque tiene algunos repechos, en general hace bajada. Repito un tramo de la vez anterior y luego voy bajando siguiendo el curso del río. Son zonas rurales, sin ningún atractivo especial.

Hay pocos pueblos donde parar y tomar algo. Junto con el track hay unos waypoints con la ubicación de estos pueblos.

Voy encontrando más vegetación, bosques y algunas fuentes, aunque en el centro del día también hace calor.

Aprovecho la sombra de un árbol para echar una siesta. Pasa un chaval en bici, y al poco aparece con otro que trae la bici pinchada, así que me pongo con la bici de Mustapha, que tiene unos cuantos pinchazos. Ya arreglada, y pasada la hora de más calor, salgo a plantarle cara al último repecho del día, antes que vengan con más bicis para arreglar.

Bajando encuentro una zona recreativa. Hay mucho bosque y agua. El sitio es fresco, aunque está medio en obras y lleno de basura.

Antes de llegar a ksiba, me desvío a un pequeño pueblo para pasar la noche en la Gîte Saadia & Mustapha. Es un sitio tranquilo y recomendable.

Antes de cenar tengo una charla muy interesante con un hombre que es de Ilmilchil, pero ha estado estudiando en Europa, comparando algunos aspectos de las culturas marroquí y española.

Etapa 14 – Ksiba – Beni Mellal

Salgo a la hora de costumbre para completar la última etapa. En un principio tenía pensado ir a Kasba Tadla, pero me dicen que Beni Mellal es la capital de provincia y puede que tenga más servicios de autocares a Marrakech.

Llegando a Beni Mellal, las carreteras tienen más tráfico del acostumbrado. Me cuesta encontrar la estación de autobuses, pero una vez allí saco el billete y voy a dar una vuelta.

Sobre los autocares, hay un par de compañías importantes, CTM y Supratours. Los autocares son mejores y algo más caros.

Hay otras compañías secundarias. Los autocares son menos confortables y hacen más paradas. Me explican que incluso llegada la hora de salir, si el autocar no está razonablemente lleno esperan para ver si llega algún viajero más.

En la estación hay mucho alboroto, y hasta alguna discusión acalorada. Algunos conductores gritan el destino de su autocar con la finalidad de encontrar algún viajero más y completar el autocar.

Al llegar a Marrakech vuelvo al hostel y compruebo que la caja de la bicicleta y alguna cosa más sigue allí. Me ducho y descanso un poco hasta que cae la tarde y salgo a dar una vuelta por la medina, donde una legión de motos y bicicletas transitan por las callejuelas abarrotadas de gente, esquivando a los transeúntes.

Para cenar, pizza y helado, que estoy harto de la típica ensalada marroquí, tagine y melón.

Después de cenar me acerco a la plaza Jemma el fna que hay mucho ambiente de chiringuitos, donde de manera insistente intentan atraer a los turistas, de tal manera que se hace imposible pasear tranquilamente.

Hay muchos puestos de zumo de naranja, pastas marroquíes, venta ambulante, encantadores de serpientes y muchas otras cosas que captan la atención de los visitantes.

Las callejuelas de la medina son un auténtico laberinto y en la vuelta al albergue me pierdo otra vez. Suerte del gps que tengo un waypoint y después de una gran vuelta llego a mi destino.

Un detalle importante, que después de deambular perdido por estas callejuelas, algunas de ellas poco transitadas y con poca iluminación, no me han atracado.

Marrakech

En el albergue subo a la terraza y encuentro un grupo bastante animado. Hay mucha diversidad de procedencias, Eslovenia, Ámsterdam, Brasil, México, Alemania… Estamos un buen rato, cada uno explica alguna cosa y se hacen planes para el día siguiente.

Mi inglés es sólo para sobrevivir y en las conversaciones no pillo casi nada.

Al día siguiente no tengo claro si los planes eran individuales o del grupo, que de manera improvisada se ha formado. Finalmente salimos todos juntos. Resulta más divertido y más enriquecedor y también genera más confianza en un ambiente que en principio intimida un poco.

Es interesante comparar los diferentes matices de la lengua, en España decimos “conducir”, en México “manejar” y en Brasil “dirigir”. El calificativo para Marrakech coincide en los tres casos: “Como locos”.

Vamos callejeando, viendo los sitios de interés de la ciudad, los puestos de fruta, pastas, ropa, artesanía, etc., hasta la hora de comer. Después de comer hace bastante calor y apetece una siesta.

Por la tarde volvemos a salir y seguir viendo la medina hasta la hora de cenar.

Así estamos unos días, unos llegan, otros se van y en función de lo que queremos ver nos vamos juntando y salimos.

Otro día vamos a visitar el zoco y los curtidores.

Pasear por el zoco está bien, pero no se pueden ver los artículos con tranquilidad. En cuanto paras, tienes encima al vendedor que de manera machacona intenta vender sus productos. Ni decir si pides algún precio.

Preguntamos por la zona de los curtidores, y nos salió un guía voluntario, que después de explicarle por activa y por pasiva que no queríamos guía nos acompaña donde está su primo que le decimos lo mismo y no lleva al sitio insistiendo que él no quiere dinero. Allí nos recibe otro que sin pedir nada, y casi sin mediar palabra nos empieza a enseñar lo que hay en el recinto.

En realidad no tiene mucho que ver: Tinas de agua maloliente, pieles amontonadas, y mucha suciedad. Nos explica de manera bastante superficial el proceso de curtido, pero luego nos pise 5 euros a cada uno.

No estamos dispuestos a pagar tanto, acabando en una discusión bastante desagradable. El error es que antes que nada SIEMPRE hay que preguntar el precio de la ayuda, o servicio que nos vayan a prestar.

Otro feo detalle, que cuando le preguntas a alguien por alguna calle o lugar, te indica y como si él fuera hacia allí, sin que se lo pidas, te va acompañando ignorando que le digas que te ha quedado claro. Una vez en el sitio, pide una propina y siempre quieren más.

Después de comer lo más apropiado es la “siesta”, palabra que nos gusta a todos.

Por la noche vuelta a la plaza Jemma el fna, donde todos se disputan al turista. Es un constante psss, psss, Español? English? Y de todos los sitios saben alguna cosa simpática para caer bien y que entres o compres:

- Barcelona? Barça, Messi.

- Catalunya? Yo me llamo Mohamed Jordi!

- Tenemos gambas de Palamós!

Ya el último día, toca acabar de comprar alguna cosa y regatear para sacar un buen precio. Todo un juego de estrategia.

Llegada la hora, toca volver a preparar la caja de la bici y transporte al aeropuerto.

En mi caso he estado en Marrakech cuatro días. A cada cual le puede gustar más o menos, pero mi opinión es que con dos días hay más que suficiente para ver Marrakech. Luego están las excursiones.

Mejor llevar bien planificado lo que se quiere ver, pues no encontré ninguna oficina de información sobre la ciudad. No digo que no la haya, pero en los sitios más céntricos no la vi. Los palacetes, museos, etc., tienen horario de 9 a 15 horas.

El autobús turístico no merece mucho la pena, sobre todo si entre varias personas se puede coger un taxi, para ir a alguno de los pocos sitios que está lejos de la medina.

En general Marrakech me ha resultado agobiante por el acoso al que someten al turista. No se puede pasear con tranquilidad, sin que se acerque alguien y te intente vender alguna cosa.

También la sensación que siempre intentan cobrar de más, exigiendo propinas e inflando los precios.