Semiosis social: la conciencia de los límites

Fecha de publicación: Jun 29, 2012 11:40:29 PM

Segun nuestra posición en la semiosis social en cada momento, son los textos y discursos que somos capaces de escribir y pronunciar.

Esta posición cambia en el tiempo: hay textos azarosos que ingresan a nuestra conciencia sin buscarlos, que nos permiten sostener determinados discursos que con el paso del tiempo contradecimos, reforzamos o matizamos sobre la base de otras nuevas influencias, que adquirimos nuevamente por azar o como resultado de estudios académicos con variable rigor metodológico.

Así es que el discurso es flexible, y es según la elección y la posición inconciente que se ocupa en esa semiosis que se generan las condiciones de producción de las ideas, influidas también por condicionamientos no discursivos como los intereses económicos.

Esta semiosis social remite a un dibujo en red, donde cada discurso existe como resultado de la influencia de múltiples discursos previos, y es a su vez fuente de otros discursos que se enuncian con posteriorirdad.

La especialización en un campo consiste en adquirir un conjunto sistemático de condiciones de produccion, que procesados en un cierto sentido y con una determinada capacidad, dan la posibilidad de producen nuevos discursos.

Ver esto gráficamente ayuda a comprender la limitacion de miradas, y también la diferencia entre los discursos rigurosos de los no rigurosos o azarosos, enunciados sobre la base de textos desperdigados incorporados a las condiciones de produccion sin método ni sistema.

De esta forma, nos pronunciamos en distintos ámbitos en función de condiciones de producción más o menos abarcativas, cortadas por una u otra escuela de pensamiento, con textos más recientes o antiguos, de nuestra cutlura o de una ajena poco citada por la nuestra.

El estudio metódico abre nuevas llaves a condiciones de producción más amplias, que combinadas con la capacidad personal y experiencias enriquecedoras puede generar discursos rupturistas, polémicos o innovadores siempre limitados, pero enriquecedores del confuso y extenso mar de los pensamientos humanos.

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