Quietud. Lentitud. Tranquilidad.

Fecha de publicación: Feb 28, 2019 11:45:27 AM

Escribir y mirar la pantalla son sinónimos de trabajo en una oficina. Pero nada menos que eso.

En circunstancias de control, con una sociedad de la vigilancia en aumento, ciertas situaciones laborales dejan de tener posibilidad de existir. Los espacios que antes las permitían se reducen, las fisuras se achican, las grietas ya no permiten permanecer en ellas. Solo se puede, a veces, transitarlas brevemente, sin detenerse.

La quietud activa-un-sensor-que-enciende-una-alarma-que-alerta-a-un-supervisor-que-informa-a-un-superior para hablar con el quieto o simplemente despedirlo. Y a bajo costo.

La quietud. La lentitud. La tranquilidad. 

Nada más prohibido en el mundo del trabajo de millones de seres humanos adultos. Nada más prohibido en nada menos que casi todo el tiempo de sus vidas no dedicadas a dormir o cumplir con las funciones vitales y reproductivas.

Quietud. Lentitud. Tranquilidad. Lujos que los animales solo pueden darse a veces, al igual que los seres humanos. A no ser que tipeen sin sentido sobre una pantalla rodeada de alarmas -por ahora- ciegas.