Bardenas Reales de Navarra en btt

FEBRERO 2.017

Se trata de un Parque Natural declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO, situado al Sureste de Navarra, próximo a Tudela. Es un paisaje semidesértico que a pesar de su apariencia desnuda e inhóspita, esconde grandes valores naturales. La erosión de sus suelos de arcillas, yesos y areniscas ha esculpido caprichosas formas creando un mundo de apariencia casi lunar poblado de barrancos, mesetas planas y cerros solitarios.

Para disfrutar de la visita es conveniente hacer una buena planificación:

  • Como cualquier salida, es ideal buscar días soleados con buena visibilidad.

  • Es importante que no haya llovido como mínimo en la última semana, pues hay zonas de acumulación de barro que sería imposible transitar.

  • De finales de febrero hasta septiembre u octubre (no son fechas exactas) hay zonas restringidas para la protección de las aves en época de nidificación.

  • En el Parque hay una zona de prácticas de tiro de la aviación, que pueden implicar alguna restricción.

  • Evitar días muy calurosos o con viento fuerte (Cierzo).

Dadas las dimensiones del Parque, la bicicleta es el transporte ideal para recorrer los diferentes parajes, pero hay que prestar atención al recorrido ya que hay zonas prohibidas. Se puede consultar en el Centro de Información.

En la página web http://www.bardenasreales.es en el apartado de “Turismo i servicios” podemos encontrar las rutas autorizadas. También en https://ca.wikiloc.com/wikiloc/user.do?id=186785

En el Centro de Información facilitan un mapa con las pistas autorizadas que unen las diferentes zonas. Aunque insisten que únicamente se puede circular por las pistas señalizadas, en el caso de las bicicletas se puede ir por cualquier pista, a excepción de las que acceden a zonas protegidas. Así, el acceso a la zona del Pisquerra y Rallón (lo más bonito) está prohibido aunque si no es periodo de nidificación (marzo a septiembre) y el grupo no es numeroso, es posible que no digan nada.

Un día puede ser suficiente, pero como he tenido que hacer muchos kilómetros para venir, he aprovechado todo el fin de semana para rutear por la zona.

Primer día

Llego en coche hasta el Centro de Información. Antes de empezar la ruta voy hasta el mirador de Los Aguilares, desde donde se divisa una buena panorámica de la Bardena Blanca.

El siguiente destino es la Ermita de la Virgen del Yugo, que está en el recorrido de la ruta nº 4: Lanzaduria. Hay un albergue donde hago una parada.

Hace un día soleado, con una visibilidad excepcional. Puedo contemplar el Moncayo y hacia el otro lado el Pirineo.

Voy dando la vuelta hasta llegar hasta el Camino del Ferial, que lleva al embalse del mismo nombre y que es la ruta nº 2: Embalse del Ferial.

Voy circulando por pistas de uso agrícola atravesando grandes extensiones de campos, muchos de ellos sembrados. El día es radiante, y aunque estos parajes no tienen nada de especial, voy disfrutando del paseo.

En el camino me sorprenden los estridentes graznidos de una bandada de aves, un espectáculo que ofrece la naturaleza.

Después de dar la vuelta al embalse, sigo por la Cañada del Lentiscar. La pista se hace hasta monótona hasta que se llega a un mirador, con una buena visión de la Blanca Alta.

Sigue la Bajada de las Yeguas, y la Cañada de Cornialto. Es una zona bastante salvaje, semidesértica, con pequeños barrancos producto de la erosión en un suelo arcilloso. Acabo en la pista principal que llega a la ruta nº 3: Vuelta al Polígono. Se pueden contemplar muchos promontorios con la erosión característica de estos terrenos. Es un paisaje muy bonito. A la izquierda quedan los cerros o cabezos Rallón y Pisquerra.

En esta zona encuentro algo de tráfico de vehículos, que al pasar elevan una molesta polvareda.

Se llega al Cabezo de Castildetierra, símbolo de las Bardenas Reales que aparece en todos los folletos.

Segundo día

Como el día anterior, salgo del Centro de Información. En todo el trayecto no hay ningún sitio donde aprovisionarse de agua.

Sigo la pista asfaltada que llega hasta el Cuartel Militar, para enlazar con la ruta nº 3: Vuelta al Polígono, que rodea toda la zona militar donde hacen prácticas de tiro los aviones.

La panorámica es bonita, y voy encontrando rincones atractivos como el Embalse de Zapata, que en realidad es una pequeña laguna.

Del Polígono me dirijo hasta la siguiente ruta nº 5: La Nasa – Plana de Sagasti. Se encuentra en una meseta, desde donde hay buenas vistas a la Bardena Blanca. De esta ruta, poco que explicar, grandes extensiones de campos sembrados, algún rincón interesante, pero poca cosa más. En el track anoto un waypoint para acortar la ruta.

Después recorrer la ruta nº 5, continúo la Vuelta al Polígono hasta llegar a la Cañada de los Roncaleses. En teoría no se puede pasar, pero veo un par de ciclistas que dicen haber estado esa misma mañana, además de muchas roderas de bici. Al no ser periodo de nidificación –según me dijeron algunos vecinos del pueblo– no me iban a decir nada, como así fue.

Sigo la cañada atravesando una zona espectacular. Un poco antes de llegar a un collado hay un desvío para subir al Rallón. La subida no tiene ningún problema y las fotos que he visto son una pasada, pero está prohibido.

Pasando el collado, los paisajes son preciosos. Aunque mi ruta sigue la cañada, me desvío hasta la famosa bajada del Paso de los Ciervos. No es excesivamente difícil, pero también está prohibida.

Llama la atención estas prohibiciones, para no erosionar o molestar a las aves, y no muy lejos, los aviones producen un estruendo ensordecedor, haciendo prácticas de tiro, a veces con munición y bombas reales.

Esta zona es de lo mejor, por eso al principio digo que vale la pena venir en los meses que el paso está “tolerado”, pues más adelante incluso ponen unos carteles avisando de la prohibición.

Continúo por la Cañada de los Roncaleses hasta El Paso, donde está el Monumento al Pastor. Desde aquí voy hasta otra meseta y otro punto panorámico: La Punta Estroza. Más adelante visito otro lugar interesante: El Castillo de Peñaflor.

La ruta del segundo día ronda los 100 kilómetros, pero marcho con la satisfacción de haber visto lo mejor de las Bardenas Reales.