La antena sería construida en Alemania a finales de los años 60 por la empresa Rohde & Schwarz GmbH, prestigiosa compañía de instrumentación electrónica con sede central en Munich, si bien está presente en numerosos países. Fue fundada en 1933 por Lothar Rohde y Hermann Schwarz tras construir en Europa el primer aparato de medida de alta frecuencia con tecnología cerámica. En 1949, la empresa conseguiría otro hito al construir en Europa el primer transmisor de VHF en FM, posteriormente ampliaría su oferta de productos destinados tanto a la instrumentación y control de comunicaciones como a antenas de alta frecuencia, sistemas terrestres de satélites, etc.
El diseño de esta antena estaba ideado para la recepción de la telemetría de los satélites, un sistema de antena que la empresa constructora antedicha fue mejorando a lo largo de la década de los 70 para convertirla en antena transmisora a mayor frecuencia, con otra unidad local y con seis elementos yagui, tal como funcionaría en Darmstadt, la central de la ESA. A finales de los años setenta, otra compañía norteamericana de Maryland, desarrollaría los preamplificadores al vacío, capaces de mitigar el ruido térmico y que funcionan precisamente a las frecuencias que a nosotros nos interesaban. Como sabemos, la antena ha funcionado hasta el año 2002 en la estación de Villafranca del Castillo para los satélites de la ESA, en concreto los Marecs, puesto que transmitían telemetría en canales de VHF.
Como se puede leer en los apartados “Introducción” y “Uniovi”, en la Sociedad Astronómica Asturiana Omega nos dedicamos al estudio de los satélites, y con la antena de la ESA podríamos haber mejorado y ampliado enormemente los trabajos al respecto, por otra parte, tanto desde el Monte Deva como desde el Campus Universitario, podría haber sido de utilidad para la divulgación de la ciencias y tecnología del espacio, la experimentación en las comunicaciones y las imágenes de la Tierra desde el espacio, la investigación meteorológica, la divulgación de las ciencias naturales así como posiblemente ser útil para la protección civil y en determinadas ocasiones, para efectuar comunicaciones en directo con los astronautas de la Estación Espacial. No obstante, en estos últimos años la tecnología doméstica en comunicaciones experimentó un gran avance y hay otras formas de desarrollar tales actividades.
Finalmente, la antena y sus equipos y documentación sería donada por parte de Omega a la Universidad de Oviedo, personalmente a D. Juan Angel Martínez Esteban, quien desde el principio se sintió admirado por la idea y fue el gran impulsor que llevaría la antena a ser instalada en el Departamento de electricidad, Torre 4 del Campus de Viesques. Aunque existió una lógica demora de trámites (La Nueva España volvió a informar de tales retrasos), en el año 2006 se realizaría la obra civil y a finales de octubre, con ayuda de una grúa, varios voluntarios participamos en su instalación, tanto profesores en activo como jubilados, estudiantes, y varios del grupo “Omega”. Se tenía pensado ubicar en el edificio anexo un museo de la radio, y la antena podía haber sido excelente complemento así como poder realizar comunicaciones con la Estación Espacial, o de recibir señales de la primera sonda lunar china, no obstante, la instalación eléctrica y de comunicaciones no se llegaría a efectuar, el proyecto del museo quedó en el olvido y así, la antena quedaría expuesta únicamente como una estructura de arqueología industrial acompañando a otros diseminados por el Campus de Viesques. No obstante, gracias a esta antena, varios estudiantes pudieron realizar los trabajos fines de carrera con éxito, lo que nos lleva a los implicados a expresar nuestra admiración y a confirmar que al final, todo lo que se hizo, mereció la pena.
Quiero agradecer a todas las personas que se han interesado por el proyecto y por el trabajo que han desempeñado y en especial a dos personas entusiasmadas por esta idea y que ya no están entre nosotros, Ramón Sanfeliz y José Colinas.
Para ver el desarrollo del montaje de la antena en Gijón: