ANEXOS:
Comunicado de Radio Moscú a las 23:30 horas del 4 de octubre.
Hoy se ha efectuado en la URSS el lanzamiento eficaz del primer satélite artificial. Surge de los primeros informes que el cohete portador ha conferido al satélite la indispensable velocidad orbital de 8000 m/s. En el momento actual, el satélite describe trayectorias elípticas alrededor de la Tierra y es posible observar su revolución en el momento de la salida y puesta de Sol con ayuda de sencillos instrumentos ópticos.
En el curso del año Geofísico Internacional, la URSS encargará otro satélite de tamaño y peso superiores al que fue lanzado hoy. El equipo que estos aparatos llevarán permitirá la realización de un amplio programa de investigaciones científicas. Estos satélites abrirán el camino a los viajes interplanetarios y todo indica que nuestros contemporáneos serán testigos de los sueños más audaces de la humanidad.
Comunicado agencia TASS.
El primer satélite artificial del mundo ha sido lanzado satisfactoriamente en la Unión Soviética el 4 de octubre. En estos momentos se encuentra rodeando la Tierra a lo largo de su trayectoria elíptica a una altura aproximada de 900 kms.
El satélite tiene forma esférica, su diámetro es de 58 cm., pesa 83,6 Kg y lleva acoplado en su interior un transmisor de radio. El satélite da una revolución completa en una hora y 35 minutos. Su órbita está inclinada un ángulo de 65 grados en el plano ecuatorial. Los transmisores de radio emiten continuamente señales con una frecuencia de 20,005 Mhz. Y 40,002 Mhz. la cual asegura su recepción por radioaficionados.
Los cálculos han demostrado que debido a la tremenda velocidad de satélite, al final de su existencia se incendiará cuando entre en contacto con las capas más densas de la atmósfera.
La Unión soviética se propone enviar varios satélites artificiales mayores durante el año Geofísico Internacional. Serán más pesados y servirán para llevar a cabo un extenso programa de investigación científica. Los satélites artificiales de la Tierra allanarán el camino para los viajes interplanetarios y parece que la actual generación podrá presenciar como son hechos realidad los sueños más ambiciosos del hombre.
Las primeras inesperadas aplicaciones de la era espacial gracias al Sputnik 1.
Es curioso como la anterior URSS lanzaba sus primeros ingenios y sin embargo, por causalidad, los norteamericanos descubrían gracias a ellos las primeras aplicaciones prácticas.
Un grupo americano ideaba un sistema por efecto Doppler para analizar con precisión su órbita, al variar la frecuencia con el movimiento se hallaba la velocidad. Un investigador canadiense que se unió al grupo pensó que si desde la Tierra se puede descubrir la órbita de un satélite y también si se recibe su señal, cualquier navegante podría apreciar su velocidad relativa… se había creado la base para los satélites de navegación como los actuales GPS; esto fue tan anecdótico y casual que se llegó a publicar una novela.
Lo que nadie se dio cuenta aquel 4 de octubre es que en realidad se pusieron en órbita tres satélites: el Sputnik, su cubierta protectora y la tercera etapa del cohete que lo inyectó en órbita. Observando los tres objetos se dieron cuenta de que la etapa antedicha adelantó al propio Sputnik. La razón fue que la etapa tenía mayor masa y su altura fue disminuyendo produciendo un aumento de su velocidad orbital, todo ello debido al rozamiento que se producía con la atmósfera a 990 Kms de altura; se había puesto las bases para la investigación de la alta atmósfera.
Los científicos pudieron observar las variaciones de la órbita del Sputnik 1, causadas por las propias variaciones de la gravedad terrestre y el achatamiento de los polos. Inconscientemente se dio con un sistema eficaz para el estudio geofísico de la Tierra.
Y que decir de los cinturones de radiación alrededor de la Tierra o de Van Allen, que los rusos no pudieron intuir con sus registros y serían los norteamericanos los primeros en llegar a la conclusión de su existencia que confirmaría su primer satélite, el Explorer.. Los rusos tampoco se dieron cuenta, por las irregularidades de la órbita del satélite, de que la Tierra no es esférica, sino de forma de pera que si observaron los norteamericanos.
CURIOSIDADES:
El redactor científico de New York Herald Tribune, Earl Ubell, exigió el derribo del satélite ya que estaba invadiendo territorio norteamericano (naturalmente hoy en día es muy difícil derribar un satélite y en aquella época era imposible).
La delegación rusa asistente en Barcelona, se hospedó anteriormente en Madrid, el mismo día cuatro de octubre, estupefactos, observaban como la gente gritaba de repente la palabra rusa "Sputnik"; no sabían el porqué y alarmados se pusieron en comunicación con la embajada.
Entre las respuestas americanas estaba la del prestigioso ingeniero Willy Ley de lanzar un proyectil hacia la Luna con magnesio que brillara tanto para poder verlo desde la Tierra para que fuese un hecho más espectacular que el éxito ruso.
En la EXPO de 1958 celebrada en Bruxelas, el stand ruso regalaba amplia documentación respecto al Sputnik pero era requisado en la frontera española; para la dictadura de Franco era material propagandístico y peligroso.
Se cree que la caída del Sputnik fue acelerada por el choque con un micro meteorito, concretamente del enjambre de las Ursididas.
La primera póliza de seguros contra cualquier daño ocurrido por caída de un satélite u otro objeto espacial se firmaría en 1957 por Richard Feeley que pagó a Lloyds de Londres 10,75 dólares por tres pólizas de 10000 dólares.
El lanzamiento del Sputnik influyó en nuestro lenguaje, “ir como un Sputnik” se sigue utilizando aún hoy en día. También surgieron otras expresiones menos agradables que por fortuna no perduraron en la memoria colectiva: según cuenta una nota de La Vanguardia, se originó una bronca de tráfico en Barcelona porque un taxista llamó “cabeza de satélite” a un motorista que más o menos temerariamente se colaba entre los vehículos.
A raíz del lanzamiento del Sputnik se multiplicó por la prensa las noticias de avistamiento de platillos volantes u otro tipo de nave interplanetaria, los testimonios varías desde luces extrañas, aterrizajes de naves en forma de puro e incluso artefactos con tripulantes que hablaban alemán.
La publicidad encontró tras el Sputnik una gran fuente de inspiración, incluso hasta hoy; ver las fotos del 57.
Las naves rusas eran tan grandes que podían albergar animales abordo, en concreto perros, los primeros satélites americanos eran tan pequeños que tenían que conformarse con enviar únicamente células…
En los años 50 surgieron una multitud de aficionados a los cohetes caseros en Estados Unidos y más de un aficionado a lanzarlos desde el jardín se veía sorprendido por las autoridades locales que pensaban haber visto restos de satélites o cohetes rusos caídos en el territorio.
En Norteamérica, poco después de conocerse la noticia del Sputnik, cientos de personas llamaron al Museo de Historia Natural para pedir explicaciones respecto al satélite rojo, porque creían que se les caerían del cielo una bomba de hidrógeno.
¿Quieren más curiosidades y más serias? Nos vamos ahora a dos que surgieron con el lanzamiento del segundo Sputnik tripulado por la perra Laika:
Un hombre telefonearía a una embajada de Estados Unidos para ofrecerse voluntario como tripulante del futuro primer satélite tripulado norteamericano; argumentaba que estaba más cualificado que un perro ruso.
Durante unas horas en Santiago de Chile se creía que había descendido en la ciudad la perra Laika. En la “Gran Avenida” de Santiago vieron descender en paracaídas a un can que todos los presentes identificaban como a Laika; pronto se comprobaría que no era una perra sino un perro y que todo era un montaje muy logrado de un gracioso que originó una verdadera psicosis en la ciudad.