EL “CONGRESO DEL SPUTNIK” DE 1957,

 UN HECHO EN LA CARRERA ESPACIAL QUE ACONTECIÓ EN ESPAÑA.

Este artículo fue publicado en la Revista "Rescate",  historia de la aeronáutica, en junio de 2016.

     La puesta en órbita del primer satélite artificial de la historia, el Sputnik 1, coincidió con la inmediata celebración en España del VIII Congreso de la International Astronautical Federation. Organizada en tal ocasión por la Agrupación Astronáutica Española y teniendo como presidente del comité de honor al Jefe del Estado de entonces, el Caudillo Franco, se celebró los días 6 al 12 de aquel octubre en el hotel La Rotonda y en el edificio del CSIC en Barcelona y sería conocido posteriormente en la historia de la conquista del espacio como “el congreso del Sputnik”.

    Aún hoy existe la duda de si los soviéticos lanzaron al espacio el ingenio intencionadamente dos días antes del Congreso. Es cierto que los rusos tenían la costumbre de dar a luz sus “logros socialistas” en fechas coincidiendo con aniversarios de su historia contemporánea: en Octubre del 57 se cumplía 40 años de la llegada de Lenin al poder. La cuestión es si eligieron el día 4 para levantar expectación en aquel histórico congreso que pasó a formar parte de la historia de la astronáutica española.  Fuese o no predeterminada la fecha, a los organizadores “les cayó del cielo” complicadas situaciones de última hora que supieron aprovechar con enorme éxito a juzgar por los resultados.

    Este tipo de congresos se comenzaron a celebrar en París en 1950 tras la creación de la IAF por entusiastas de varios países, siendo admirable, en plena etapa de la dictadura,  que España se encontrara entre ellas. En sucesivas ediciones  fueron adquiriendo notoriedad mundial por la importancia de sus asistentes. La FAI se fundó años antes de existir la conquista del espacio, y es que ya se pronosticaban las posibilidades de los viajes interplanetarios, y se esperaba precisamente para el año geofísico internacional de 1957, poner un satélite en órbita terrestre, eso sí, por parte de los Estados Unidos.  Ante la admiración y el temor de los países occidentales, nadie suponía que fuese precisamente la Unión Soviética en lograr la hazaña; para los estudiosos del espacio, fue el comienzo de nuevas posibilidades de descubrimientos, pero en el fondo de la política y la estrategia, en aquellos años de “guerra fría”, más bien  se  pensó en el dominio nuclear de Rusia.