Pasión y constancia.
Resumen autobiográfico del autor.
Aníbal Vega. Düsseldorf, Alemania, 21 de julio de 1964, aunque de familia originaria de Llanes y siempre afincado en Gijón.
Todo comenzó gracias a la televisión, pertenezco a la generación de los baby boomers y la televisión fue lo que más nos influyó en la infancia. De Alemania, me retornaron junto a tan innovador electrodoméstico, marca Nordmende, en mueble, patas y persianas de madera, sí efectivamente, tenía persianas para proteger la pantalla y naturalmente, la imágenes, que hoy nos parecerían borrones, eran en blanco y negro y encima para ver sólo un canal, el oficial. Entorno a un 21 de julio de 1964 precisamente se inauguraba los nuevos estudios de Televisión Española en Prado del Rey, en dónde se rodaron inolvidables programas infantiles españoles o desde donde se transmitían influyentes series de ciencia ficción. Aún hoy me llama la atención el nivel de creatividad de sus trabajadores, sin mas efectos especiales que decorados artesanales en madera y cartón; desgraciadamente, a los trabajadores que dedicaron muchos años a la televisión les pasaría la factura del amianto, elemento habitual en las instalaciones. El director de tan grandes programas y que llegó a ser Director general de TVE en 1969 fue Adolfo Suárez, el primer Presidente de la democracia.
Pero no sólo estaba absorto de lo que esa pantalla mostraba, también porqué lo mostraba. Un buen día descubrí que tenía tapa de cartón trasera con unos dibujos extraños (esquemas eléctricos, claro). Esta tapa se podía quitar, jo, lo que tenía dentro, luces y cables, pero de los hermanos Malasombra o de Mariano Medina (ya, ya llegaremos a la meteorología) ni rastro, aquí hay truco. Tardé su tiempo en atreverme en meterme más en el chisme hasta que un grandioso día saqué toda la estructura interna que soportaba las lámparas, creo que siguiendo a una bronca monumental que cesó cuando lo monté de nuevo ¡funcionando!. No obstante, estas televisiones solían fallar y en estos casos había que llamar al señor técnico que venía con un maletín negro a cambiar lámparas y a soldar. Un oficio ya desaparecido... pero no hace tanto tiempo. Ostras, eso era lo que quería ser de mañana, un técnico en... una palabra mágica, electrónica.
Sí, fue los estudios que realizaría años más tarde llegando a trabajar en empresas relacionadas con el tema y una de ellas fue Olivetti, en su día ejemplo de compañía europea, si bien decayó con rapidez al no adaptarse a los tiempos, (aunque aún hoy hay productos de la marca destinados a la banca). Fue curioso ir a buques que llegaban a El Musel y a navieras, en aquellos años numerosas, para revisar teletipos; hoy en día uno de estos télex está expuesto en un museo naval en Galicia. Y es que llegué a conocer no una sino varias revoluciones tecnológicas, como el surgimiento y decaída del fax o... la desaparición repentina de las máquinas de escribir. Años y años funcionando en empresas y particulares, academias de mecanografía, redacciones de periódicos... para desaparecer fugazmente a principios de los años 90. Bueno, una la tengo de recuerdo y es curioso enseñarla a los niños porque les llama la atención, es una “lettera”, el mismo modelo que usaron los periodistas del caso watergate. Por otra parte, también me tocó revisar unas máquinas de escribir muy, muy machacadas, una mecánica y otra último modelo electrónica con pantalla y todo, se trataba de las máquinas de Corín Tellado, la escritora tenía su despacho de trabajo en una finca a las afueras de Gijón, terreno hoy desaparecido a causa de la expansión urbanística. Corín machacaba su máquina mecánica con sus escritos que un familiar volvía a pasar a limpio gracias a la máquina electrónica. ¿de máquina de escribir a máquina de escribir?, será a un ordenador. Ya, si te preguntas esto es que eres de la generación post-milenials, los PC aún no estaban difundidos y si querías uno, podías tenerlo por 1 millón de pesetas con la extraordinaria memoria de 20 megas de disco duro.
Otro aspecto influyente de la televisión fueron los programas infantiles y las series de ciencia ficción, por decir una, la mas influyente de todas para mí, “Perdidos en el Espacio” (Lost in Space). Con el paso de los años -y años- y gracias a las redes sociales, llegué a contactar con su protagonista, la británica afincada en California Ángela Cartwright, hoy jubilada y dedicada a organizar viajes a Austria porque, Ángela es aún recordada en todo el mundo por ser una de las niñas que protagonizaron la película “Sonrisas y Lágrimas”, que de vez en cuando, sobre todo en fechas señaladas, se sigue poniendo en una u otra cadena pública o privada. “Hi, Angela, que ponen de nuevo tu peli hoy en España”. Aunque parece que no se acostumbra a oírse con otra voz, doblada al castellano por la maestra de la interpretación Marta Angelat Grau. Es curioso que su hermana, Verónica Cartwright, también protagonizó otra película de éxito de espacio -y de terror-, Alien el octavo pasajero.
Y otro aspecto de la televisión y ya tardaba en mencionarlo... fue seguir la carrera del espacio. En aquellos años, la competición entre Estados Unidos y la Unión Soviética provocó un gran entusiasmo popular, aunque solo nos marcaría a unos pocos que fuimos los que seguimos con el tema. En la actualidad, se está preparando nuevamente el retorno a la Luna pero no es lo mismo, la mayoría de la gente ni siquiera sabe lo que nos viene en el plazo de pocos años, quizás por la ingente cantidad de información que recibimos a diario y por tal cantidad de medios para recibirla, el más importante, el que llevamos en el bolsillo, información que no se puede llegar a digerir; el programa Artemis, al contrario que Apolo, es sólo una noticia más que pasa desapercibida.
De las calles asfaltadas de la región de Düsseldorf llegué a un país subdesarrollado (bueno, lo dejaremos en “vías de desarrollo” que era lo que ponían los libros de EGB) en dónde mujeres totalmente de negro salían a los prados cercanos, entre charcos de agua y materiales de obras en construcción para dar con un gran palo a la lana de los colchones. Parece una secuencia de la película “1 franco 14 pesetas” dirigida y protagonizada por otro retornado, en este caso de Suiza, Carlos Iglesias. Pero la infancia se pasaba feliz en la calle, entorno al barrrio de el Llano, el barrio donde nació Santiago Carrillo. En una ocasión un chico se nos acercó despavorido... pero que nos está diciendo, a ver? “Hemos llegado a Marte” ¿?. Se refería a las sondas Viking, que aterrizaron con éxito en Marte. Con el paso de los años, y dale con el paso de los años, conocí al director científico del proyecto, no, no era un americano de la NASA, era Joan Oró, reconocido científico mundial de la bioquímica. Y es que los norteamericanos no sólo se nutrieron de los científicos de la guerra mundial como von Braun para su programa espacial sino de todas las mentes brillantes del mundo occidental y entre ellos había catalanes, madrileños, gallegos... también asturianos. Con el paso de los años, vaya pesado, llegaría a contactar con varios y ahora mismo recuerdo a Luis Ruiz de Gopegui.
Me adelanté un poco. No, no me olvidé del proyecto espacial Apolo, como no, nací un 21 de julio, y en la hora europea fue la fecha que el hombre pisó la Luna, (en América era aún día 20). Ese mismo día cumplía 5 años y delante de la televisión Nordmende y de madrugada se le habían corrido las persianas para ver unas manchas blancas sobre borrones negros, Armstrong descendiendo del “Águila”. Entre unos cuantos artículos que fui publicando con el paso... de los años, está el trabajo de los españoles -y norteamericanos- en las estaciones de seguimiento NASA-INTA de Madrid, Fresnedillas y Robledo de Chavela, estaciones que también visitaría. La NASA, no se dice, es también española, aún hoy parece que a la gente se le cae la baba al decir... NASA, pero es hora de desmitificarla, es una gran agencia pero hay otras instituciones igual o más importantes. Desde Fresnedillas y Robledo de Chavela se recibirían las señales y las imágenes desde la Luna para posteriormente pasarlas al mundo mediante un sistema de comunicaciones muy complejo para la época basado en cable submarino. Fresnedillas ya fue desmantelada, pero cerca hay un museo dedicado al espacio y además muy activo en divulgación gracias a “astronauta Lili”. En el momento de escribir estas líneas nos dejaría para siempre, tan sólo unos días después de visitar Asturias, -región originaria de la familia- uno de los ingenieros de aquellas estaciones, Carlos González Pintado.
Además de la televisión, me influyó de sobremanera una serie de libros de temática astronáutica de los años 60 y 70. Son los clásicos, los mejores, en dónde te lo enseñan casi todo. Los libros actuales, con grandes fotografías, no aportan nada, los fundamentos de la mecánica orbital y como funcionan los satélites hay que buscarlos en los libros que hoy con suerte, se encontrarían en tiendas del libro antiguo. Además, sus autores suelen ser los pioneros fundadores de la Federación Internacional de Astronáutica. Tengo que mencionar a D. Pedro Mateu Sancho, nombre que aparecerá de nuevo más abajo. D. Pedro fue representante español en los congresos internacionales, incluso fue a los países del este no sin incidentes (estamos aún en tiempos de la dictadura) y de esta forma, España sería uno de los pocos países fundadores de la Federación Internacional de Astronáutica. Además Pedro Mateu Sancho es pionero en la investigación de la Antártida, le llegué a conocer en persona -y fue como estar junto a un ídolo-, en su despacho de arquitectura de Barcelona, ciudad en la que realizó, junto a su hijo, trabajos arquitectónicos singulares. En el momento de escribir estas líneas y pese a la edad, sigue mas o menos activo.
Mas tarde sería la era de la gran ilusión del transbordador espacial. Recuerdo su primer vuelo, el 12 de abril de 1981 unos dos meses después del suceso del 23F en España... sí, un país lanzando transbordadores y en otro con riesgos de golpe de estado... Al menos en España las calles ya estaban asfaltadas, pero la verdadera modernidad vendría unos años mas tarde con la entrada en el Mercado Común Europeo, hoy Unión Europea. El transbordador espacial no me pilló desprevenido, estuve siguiendo su desarrollo en revistas así como la selección de las primeras tripulaciones como Sally Ride, la primera mujer astronauta norteamericana, las mismas revistas que publicaban cosas descabelladas como el caso Manises, un equivalente español al caso Roswell en USA. Años mas tarde, conocería a uno de los pilotos que estuvo destinado en Manises coincidiendo con aquel suceso... y la verdad, me rompió los esquemas en la forma de ver algunas cosas...
Y llegó la caída del muro de Berlín y la reunificación. Increíble, en los años 60 y sobre todo a causa de la crisis de los misiles en Cuba, en Alemania se avituallaban los sótanos con todo lo necesario porque se temía una entrada en masa de tanques rusos a la zona occidental y si, “invasión” hubo, pero de ciudadanos de la RDA, país que desaparecería. Recuerdo la película “Good Bye Lenin!”, de un protagonista que se dedicaba a reparar televisiones y lanzaba cohetes en un club juvenil en la RDA y que le pilló la caída del muro y me sentí muy identificado. A esos cohetes se les denomina modelismo espacial... si, si, ya llegaré en breve a este tema... Bueno y la caída de la Unión Soviética y los países del este conllevó un cambio en la carrera espacial. Durante los años anteriores, la Unión Soviética desarrolló máquinas espaciales majestuosas como un poderoso cohete, el “Energía”, un transbordador espacial el “Burán”, etc, pero la economía colapsó y casi todo quedó oxidándose junto a sus instalaciones, digo casi, porque se salvaron innovadores motores cohetes de ciclo completo -que en USA no creían que se podían realizar-, y que acabaron siendo usados por las emergentes empresas privadas espaciales de EE.UU. También USA y Europa tendría que negociar con la nueva administración del espacio rusa para poder utilizar las Soyuz y así acceder a la estación espacial. Bueno, me salté un punto, antes de la ISS estaba en funcionamiento la Mir, (y antes de esta las Salyut y la Skylab...) que coincidió con el auge y la caída soviética, al cosmonauta Serguei Krikaliov le coincidió el cambio de nacionalidad a bordo, subió como soviético y bajó como ruso. Después, con la colaboración mutua, a la Mir llegarían varias misiones del transbordador espacial, fue algo que nos acostumbramos muy rápido pero en realidad, hasta entonces era inverosímil que transbordadores espaciales norteamericanos se acoplasen a una gran estación espacial rusa. Desde el observatorio astronómico en el monte Deva llegamos a ver varias veces ambas naves surcar el cielo antes y después de los acoplamientos, también pudimos grabar en vídeo las últimas pasadas de la Mir antes de su destrucción en la atmósfera.
Acabo de mencionar el observatorio astronómico de Deva y aquí entro en un hecho significativo, mi actividad espacial se haría muy activa con el ingreso en la Sociedad Astronómica Asturiana en 1989. Los orígenes de “Omega” están en una primera reunión de entusiastas en una cafetería entorno al día 23 de febrero de 1981... efectivamente, nuevamente sale la fecha del 23F. Fueron años muy confusos, el final de la transición política y el declive de la gran industria con el cierre de los grandes astilleros de la naval no del todo pacífica. Recuerdo que por mis actividades, me coincidió estar con Ana Belén, musa de la transición,y Víctor Manuel, y un grupo numeroso de alborotadores casi tiran abajo todo un escenario en el ayuntamiento. Por cierto, Ana Belén es un seudónimo, su verdadero nombre es María del Pilar. La mentalidad general a principios de los años 80 también estaba bastante anticuada... ver a alguien con un telescopio por la calle era como ver a alguien con un lanzagranadas, de hecho, Sociedad Astronómica Asturiana iba a llamarse Asociación Astronómica Asturiana, pero sus iniciales coincidían con la “triple A”, famoso grupo terrorista, y se descartó de inmediato la denominación. Por fortuna todo fue cambiando, pero fue gracias al esfuerzo de un grupo de entusiastas que se dejaron la piel en la divulgación popular con el boca a boca y los medios de comunicación (Internet aún no existía...). Grandes proyectos se realizarían en “Omega”, y numeraré en los que más implicado he estado. Se comenzaría a recibir imágenes meteorológicas de satélites con modestos y artesanales equipos de recepción de radio a base de decodificadores que hoy nos parecerían chatarra y sólo para recibir imágenes en blanco y negro de nubes, mar y tierra, pero suficiente para observar la meteorología del Cantábrico de forma privilegiada con respecto a los demás mortales. Se tubo que estudiar la meteorología aunque en el grupo había grandes expertos, -al igual que observadores solares, reconocidos a nivel nacional-, y llegué a rescatar del olvido trabajos de fin de carrera de... Mariano Medina que precisamente se especializó en la meteorología marina del Cantábrico antes de entrar en TVE. Paralelamente a la recepción de satélites surgió la informática, ver un primer PC era aún novedad, pero fueron surgieron nuevos equipos más accesibles, los “clónicos”, en los que podíamos seguir en tiempo real la posición de los satélites, algo que parecería sin importancia en la actualidad, pero en aquellos años era “magia”, eso sí, en programas MS-DOS y sin internet; para la actualización de los datos keplerianos -que encima había que introducirlos manualmente-, teníamos que estar detrás de los radioaficionados que los conseguían vía repetidor. Otra gran actividad desarrollada fue... el modelismo espacial. Durante unos años en Asturias fuimos referentes en España, -de hecho, salíamos en revistas-, hacíamos cohetes y les poníamos cámaras fotográficas a bordo para lanzarlos a 300 o 400 metros. La primera imagen aérea desde un cohete de modelismo de aficionado en España la realizamos nosotros en la ría de Villaviciosa, un hecho que hoy en día no parece gran cosa, pero era principios de los 90 (del siglo pasado) y no había drones ni se les esperaba, tampoco había cámaras digitales, eran electromecánicas y de película, y por supuesto, lo digo de nuevo, no había internet. De hecho, el proyecto de un cohete planeador, y que se llegó a analizar en el túnel de viento de la Universidad de Oviedo, se canceló por que no tenía sentido realizarlo con la aparición de los drones. Además la nueva legislación surgida con ellos complicó el tema del modelismo espacial al sobrepasar con crecer las alturas permitidas y por la nueva regulación de los espacios aéreos. Por otra parte, ya no se volvería a lanzar un cohete desde el parón del COVID-19, ya no se consiguió formar un grupo de personas, ni reuniones para lanzamientos al menos en Asturias. En el momento de escribir esta líneas, los cohetes están en cajas al igual que sus propulsores e ignitores y con tal parón ya se duda de su funcionamiento óptimo no obstante, son utilizados para realizar exposiciones públicas. El historial de lanzamientos efectuados, los reportajes fotográficas, las imágenes aéreas, etc, está todo catalogado, digitalizado y accesible en internet al igual que los experimentos de radio con los satélites y demás artículos históricos de la astronáutica española que fui publicando. Tengo que mencionar que el modelismo espacial es también disciplina deportiva de alto rendimiento y que España hubo -y hay- grandes campeones a nivel mundial. En los años 70 destacó un grupo de modelismo espacial en Madrid y sus integrantes, también tuvieron su aventuras para ir a campeonatos a los países del este (ya sabéis porqué). Desde el punto de vista no competitivo o experimental, surgió el Club Modelismo SpainRocketry en Lérida, reconocido a nivel internacional.
En Omega tengo que destacar dos grandes hitos por sus implicaciones posteriores. En 1996 nos tocó organizar el congreso nacional de Astronomía. Los congresos nacionales de astronomía fue idea de... D. Pedro Mateu Sancho, que organizaría el primero en la Agrupación Aster de Barcelona y desde entonces fue costumbre que cada dos años una asociación astronómica organizase el congreso a nivel nacional... o mejor dicho estatal que tiene truco. En 1994 se organizó en Lérida y fue en donde se comenzaría a denominarse congreso estatal, al que asistí para presentar la candidadura de Gijón para el congreso siguiente del 1996, candidatura aprobada por unanimidad, si bien tuve que decir que el presupuesto del que disponíamos era pero que muy aceptable y en realidad, aún era inexistente. Para realizar el congreso de 1996, se formó un comité organizador entorno al Recinto Ferial hoy denominado Luis Adaro, y entre otras tareas, decidí confeccionar un necesario directorio de asociaciones. En los últimos años habían surgido numerosas asociaciones astronómicas, unas cuantas las visitaría en sus respectivas sedes, era un caos nacional y sí, el directorio se realizó y fue un referente... unos pocos meses porque algo surgió en 1996... internet. ¡¡ Ya tenemos internet !!, era como el grito de “tierra, tierra” de Rodrigo de Triana en la carabela de Colón. El directorio, con el trabajo que originó, quedó fugazmente desfasado, la información estaba basada en códigos postales y direcciones personales de los presidentes de asociaciones... había que hacer otro con direcciones de correo electrónico y páginas web que surgieron de forma arrolladora. En una de las reuniones del Comité Organizador surgió un posibilidad que en aquel tiempo parecía inverosímil... ¡regalar teléfonos móviles a los asistentes!. La idea no llegó a tiempo, pero tan sólo unos meses más tarde, surgiría la gran expansión del teléfono celular que haría achatarrar a los “buscas” y además, los bancos los regalaban con sólo hacer el contrato de uso con una operadora, eran aquellos del tipo “zapato”, sólo para llamadas o como mucho SMS, y antena extensible, (también tengo uno de recuerdo para enseñar a los niños). Otro hecho significativo de aquel congreso y del que se habló pero que mucho, incluso años más tarde, fue la fundación de una federación de asociaciones astronómicas, tema que se convirtió en pesadilla, no hubo forma de contentar a nadie e incluso muchas asociaciones estaban enfrentadas entre sí por diversos motivos y esto continuó cuatro años y dos congresos nacionales, huy, estatales, más. Pero resulta que al cabo de los años, el tema resucitó, comenzó a cuajar y la federación se creó y aunque Omega no participaría en la fundación, se uniría poco tiempo más tarde, es la FAAE. Durante un par de años me otorgaron representar a Asturias, aunque más bien de forma simbólica, por el trabajo que desarrollé en su día al respecto. En estos momentos, las asociaciones integradas están organizando el gran eclipse total de Sol, de repercusión global, que acontecerá en España el 12 de octubre de 2026; en Asturias, no se produjo uno “total” desde 1912 y habrá que esperar 154 años para poder ver otro ¿?... por tanto, este hecho será histórico.
Y hablando de eclipses... tengo que recordar el eclipse parcial, pero que muy parcial, que aconteció en 1999. Fue total en Francia, razón por la que la mayoría de socios y junta directiva de Omega se desplazó al país vecino quedando unos pocos en Gijón a mandos del observatorio en el monte Deva, a las afueras, y otro grupo en la ciudad, en la Feria Internacional de Muestras. Literalmente el cielo, la gente y los medios de comunicación nos calló encima convirtiéndose en un episodio muy mediático, pero así todo, fue una aventura apasionante que resultó muy bien... de milagro. Entre las anécdotas, puedo contar que nos apareció por la puerta la unidad de TVE de Informe Semanal, vaya, mi programa favorito, que retransmitieron el acontecimiento tanto a España como al mundo por el canal internacional. Eso sí, en la ciudad poca gente nos vería “en la 1”, ya que en el momento de transmitirlo coincidó la gran noche de los fuegos artificiales en la ciudad, y todo el mundo estaba en la calle... Sí, nos vieron por televisión en todo el país, incluso en toda Asia... pero no nos vieron en la ciudad ¿?. Bueno, el eclipse desde Deva también salió pero que muy bien en un programa especial en la de aquella popular televisión local gracias al gran trabajo realizado por Irene Alonso del Río. Por un par de días sentimos que éramos el centro del mundo, pero la fama es muy, muy pasajera, y pronto el mundo te olvida. Después llegarían más aventuras como la de traer a Gijón una antena dada de baja en la estación de seguimiento de la ESA en Villafranca del Castillo como premio a los trabajos realizados en el campo de los satélites y que en la actualidad está instalada en el campus universitario de Viesques tapada por arbustos.
Hoy se recuerda con nostalgia aquellos años románticos y muchos tomos abarcaría imprimir todo lo realizado pero como esto es un resumen y ya me estoy pasando, sólo mencionar que tanto trabajo ha tenido su recompensa y en el año 2021 el Ayuntamiento de Gijón, por unanimidad, -sí, todos los grupos políticos incluyendo Vox-, decidirían otorgarnos la medalla de plata de la ciudad en acto público que se desarrolló en el emblemático Teatro de Jovellanos, con aforo completo, aunque tomando las oportunas medidas a causa del COVID-19.
Ya bien adentrados en el siglo XXI y tras parecer que todo quedaba estancado y que todo era lo mismo, comenzaron a surgir grandes, grandes novedades y había que estar muy al día para aprovechar las nuevas oportunidades que tan rápido surgían. Ahora sí que hay chismes digitales y a precios competitivos con los que se podían hacer muchas cosas novedosas, ya comenté los drones, (con los cuales entré en la historia de la ciudad por ser el primero en obtener la certificación de vuelo de los mismos), pero para mí, lo más importante fueron las placas arduino, las esp32, las raspberry, la programación en phyton o los satélites vía satnogs, sistema que por cierto, también fui el primero en instalar en la región. Pero la mayor innovación de todas fue la impresión 3D. El gran invento de la impresión 3D me llegó casi a las puertas de la jubilación y su influencia fue tan importante como la televisión en la infancia. Personalmente resumiría la impresión 3D como “no únicamente puedes diseñar e imprimir en 3D tus necesidades, también tus sueños”, jo, que bien me quedó este eslogan, pero es que: ¿problemas con la fontanería de casa?, imprimes tubos adaptadores, ¿que se rompe algún componente en el viejo Renault?, ya le hice varias piezas. ¿que hasta ahora no se podían hacer piezas para telescopios o antenas?, solucionado. Llegué a hacer, con colaboración, copias de personas, aunque esto si que fue laborioso... Al sufrido Janel Cuesta, reconocido deportista y escritor, ex-presidente del Grupo Covadonga, le hicimos al menos 100 fotografías en una mañana para imprimirle en 3D tras varios procesos informáticos; quedó bien y fue un logro. Por desgracia, no llegamos a hacer lo mismo con Enrique Castro “Quini”, se nos fué para siempre de forma repentina unos días antes. Me acuerdo de Quini por coincidir habitualmente en el café Los Cisnes tras su regreso del F. C. Barcelona, fue gloria del futbol en España, pero en su vida pasó por sucesos que no deseaba a nadie y creo que nunca se recuperó de los mismos.
Pero hay un tema que resultó ser un éxito y no fue tan difícil de realizar: imprimir réplicas 3D de satélites. Por ejemplo, réplicas a escala de todos los satélites que fue teniendo España. Se convirtió en un trabajo original en todo el país y que me llevó a hacer exposiciones sucesivas por el interés surgido. Y es que nadie sabe, si siquiera en la industria del sector, cuántos satélites va teniendo España desde el primero, digamos que cada especialista “controla únicamente sus satélites en concreto, pero no los de los demás”. Ahora puedo mostrar todo esto en su conjunto tanto a los departamentos de innovación en empresas como al gran público. El primer satélite español correspondió al Intasat, lanzado en noviembre de 1974, el segundo, 20 años más tarde, correspondió al primer Hispasat el cual por cierto, tiene su “firma” Dña. Mari Paz Fernández Felgueroso, quien fue alcaldesa de Gijón y que por aquel entonces asumía el cargo de Secretaria General de Telecomunicaciones, de hecho, cuando nos encontramos por la calle es lo que recordamos... A partir del Hispasat, los satélites españoles se multiplicaron por el auge de los picosats en las entidades públicas, empresas privadas, universidades y hasta radioaficionados.
También puedo mostrar en 3D las posibilidades futuras del espacio y así adelantarnos a los acontecimientos, por ejemplo, otra especialización expositiva fue imprimir las futuras naves espaciales tripuladas (bueno, varias de ellas eran prototipos cuando comencé, ahora ya son operativas). Por ejemplo los cohetes de Space X, el SLS y los vehículos Orión que en el plazo de pocos años llevará de nuevo seres humanos a la Luna, así como sus homólogas chinas. Paralelo a este apartado, están las actividades en microgravedad, y en el futuro cercano, las pymes asturianas, -que no hay que perder el tren en este campo-, podrá enviar paquetes de desarrollo a las estaciones espaciales; las exposiciones muestran también estas posibilidades.
Y si antes hablé de la Sociedad Astronómica Asturiana, ahora toca hablar de otra gran asociación gracias a la cual se desarrolló la labor de difusión antedicha. Círculo Aeronáutico Jesús Fernández Duro lleva el nombre de uno de los grandes pioneros de la aeronáutica en España, de la familia Duro que tanto influyó en las cuencas mineras asturianas. En Círculo Aeronáutico se organizaban las semanas de la aeronáutica y del espacio, sí del espacio, en tiempos de la fundación de Omega éramos los únicos en temática espacial, pero fueron surgiendo otras, universitarias, privadas, de divulgación, de actividades extraescolares... y naturalmente en todas me han involucrado... En Círculo Aeronáutico y entre sus integrantes e invitados, -por lo general militares de alto rango del Ejército del Aire, hoy Ejército del Aire y del Espacio-, siempre lo decían, el futuro está en el espacio. Por tanto no fue difícil esta nueva conexión tanto entre asociaciones como a nivel particular, que tan fructíferos resultados dio. La primera demostración de satélites impresos en 3D, que correspondían con unos pocos satélites españoles llevados en una caja de zapatos, dió a la luz gracias a la presentación de los mismos por parte de Círculo Aeronáutico en la Feria de la Energía en 2019. La exposición es ahora extensa, se llevan realizando 19, requiere bastante espacio expositivo y aunque se complicó el tema logístico, han sido vistas por cientos de personas, nacionales y extranjeros, así como diferentes autoridades. Y hay que destacar las que se realizan con motivo del Festival Aéreo Internacional de Gijón (hoy Fiesta del Cielo de Gijón ) que se celebra año tras año..., a ver si adivinan la fecha..., si, en ¡ 21 de julio !.