Las cabañuelas

Elena publicó el 16 de agosto de 2009 a las 10:18am:

Las cabañuelas eran una forma que tenían los campesinos de predecir el tiempo que iba a hacer durante todo el año, esto consistía en observar las variaciones atmósfericas en determinados días del año por las fases de la luna, el movimiento de las nubes, la duración del viento, observando las mareas, etc,...

Las cabañuelas representan una tradición popular según la cual mediante los doce primeros días de agosto puede hacerse un pronóstico de los doce meses del año siguiente.

En agosto está el secreto de los doce meses completos

Cabañuelas:

Si el día de la Caridad hay calor quiere decir que el año va a ser bueno.

Si durante los días de Santiago y de Santa Ana hay calores, quiere decir que el año será bueno.

Si en septiembre, al ser luna nueva, sopla viento del Sur o del Oeste, buen año, si sopla del Este o Nordeste, malo.

Si llueve en la luna nueva de Octubre, lloverá durante todo el invierno.

Si llueve el día 4 ó el 8 de diciembre, quiere decir que el año será bueno, si llueve en los dos días será muy bueno.

Cuando el día de San Miguel llueve, ese año (agrícola) va a tener un mal invierno.

Si el día de San Mateo hay cielo cubierto, habrá invierno (lluvias), si está claro, no hay seguridad de que lo haya.

Cuando en los días de Semana Santa está la mar con tormentas es porque el verano siguiente estará igual.

Si el día de las Mercedes (24 de septiembre) está el día lloviznoso, año malo, si está seco año bueno

Jaime Escudero comentó el 19 de agosto de 2009 a las 8:41pm:

Según parece, la palabra "cabañuelas" proviene de la festividad judía de los Tabernáculos. En un documento de 1450 de Toledo se menciona que los judíos colgaban cuarenta cabañuelas en su barrio en memoria de los años que pasó el pueblo judío vagando por el desierto del Sinaí. Como en esta festividad judía se realizan ritos referentes a la predicción meteorológica, el término de cabañuelas adoptó en castellano ese significado.

Por otro lado, la palabra "témporas" tiene la misma raíz latina que "tiempo".

Elena comentó el 9 de mayo de 2012 a las 12:44pm

Las cabañuelas suelen tener bastante acierto en sus pronósticos, aquí van las predicciones para lo que queda de año, ya veremos, si acierta:

El amanecer de abril resultará lluvioso. La primera parte de la Semana Santa se prevé “suave” y la segunda, “con nieve”. Del 10 al 20, ambiente tranquilo, para acabar “con muchas lluvias y frío”. Mayo irrumpirá tiritando, “con frío y heladas hasta el día 6”. Del 8 al 16, los protagonistas serán las precipitaciones, “abundantes”, y el granizo. Para el 20 entra el calor, provocando la primera tormenta hacia el 24. El mes morirá caliente.

Pero quedarán todavía estertores del frío, en junio. Hasta el día 7. Después, lluvias continuas hasta el 20. Y del 23 al 28, la primera ola de calor. Como consecuencia lógica de la subida de temperaturas llegarán las tan temidas tormentas, con granizo.

Julio será, casi hasta su ecuador, tranquilo. Del 14 al 22 caerá agua. A partir del 25, la segunda ola de calor, duradera hasta fines de mes, y aún más allá. Los termómetros marcarán altas temperaturas hasta el 13 de agosto. Las tormentas refrescarán el ambiente a partir del día de la Virgen. Y agosto partirá dejando calor, aunque con tendencia descendente.

Poco cambiará la situación en la bienvenida a septiembre, con inicio tranquilo, aunque con leves escarchas. Del 12 al 20, alguna tormenta con granizo. Y del 21 al 30, en el ‘veranillo de San Miguel’, la tercera y última ola de calor de 2012. Así, con mucho calor, brotará octubre. Del 15 al 20, “lluvia y aire”. Y muy tempranera se presentará la primera nevada otoñal, a finales de octubre.

El refrán “para los Santos, la nieve en los altos” se cumplirá esta vez. En el llano, las precipitaciones serán de lluvia. Un aire fuerte recorrerá la provincia a mediados de mes. Y al final, temperatura suave, con sol de día y nieblas nocturnas.

El último mes, diciembre, traerá bajo el brazo “sol de día, nieblas por la noche y heladas”. Del 12 al 20, “lluvias copiosas”. Y, por Navidad, nevadas. “Si Dios quiere, acabaremos el año pisando nieve”.