“Matanza” se llamaba exclusivamente a la de los cerdos, porque aunque también se mataba algún ternero. ovejas o aves a lo largo del año, no existían las tradiciones que había en torno a la muerte del cerdo. Ese día los chiquillos de la casa hacían fiesta, se decía popularmente. “En la matanza del marrano y la muerte de la abuela, los chicos no van a la escuela”. Se invitaba a las familias y amigos para ayudar a matar el cerdo. La matanza no tenía una fecha fija para su celebración, su época comenzaba mediado el mes de noviembre y podía alargarse hasta el mes de febrero, pero el momento ideal de hacerla era a partir del 8 de diciembre. Desde esta fecha hasta Reyes es cuando más cerdos se sacrificaban, ya que el frío y las heladas eran propios para la conservación y curación de los embutidos. En muchas casas se mataban hasta dos cerdos en este tiempo, aprovechando los fines de semana con el fin de no quitar de trabajar a los hombres de la casa. La matanza junto a la vendimia, eran actos sociales en los que se reunían las familias o vecinos para ayudarse mutuamente. Cuando se iba a hacer matanza se comunicaba al resto de la familia y todos aquellos que podían, estaban a primera hora en la casa. Desde los primeros momentos las labores se repartían entre hombres y mujeres. Los hombres sacrificaban al animal y las mujeres se quedaban en la cocina preparando cosas como freír la cebolla, cocer el arroz, preparar las especies y pelar los ajos. De todas las mujeres, sólo una o dos iban con los hombres a recoger la sangre de los animales. La tarde anterior en muchas casas se hacía lo que se llamaba “llorar el cochino”, cortando varios kilos de cebolla y preparando las cantidades de especies necesarias para la posterior elaboración de las morcillas, chorizos y adobados para los posteriores días de matanza.
Publicado por Amigos de Castroverde de Cerrato el 21 de octubre de 2011 a las 1:00pm