El pregón es un acto de promulgación en voz alta de un asunto de interés para el público y, particularmente, el acto con el que se inicia una celebración.
El origen del pregón fue el anuncio de servicios y productos al público. Era una herramienta necesaria entre los comerciantes ambulantes, que así anunciaban su paso y la mercancía de la que disponían.
Según me cuentan mis fuentes la función del pregón correspondía principalmente al alguacil, que también era zapatero, allá por los años 50. Muchas veces el alguacil, cuando estaba ocupado con otros menesteres, "delegaba" el pregón a los mozos del pueblo.
La persona que “pedía” el pregón, era la que pagaba, por ejemplo: los fruteros, los vendedores de calzado, los vendedores de colchones…etc. Normalmente se pagaba una peseta por pregón, y los pregoneros memorizaban lo que tenían que anunciar, aunque en ocasiones llevaban una nota de papel escrita para recordar todos los artículos y sus precios.
Varios miembros de mi familia, fueron pregoneros en su día, mi padre, en una ocasión a los 12 años de edad, recuerda haber gritado el pregón a Los Leras, que eran unos pescaderos. También recuerdo a mi tía Consuelo y mi primo Abel “cantando el pregón”, a mí me entusiasmaba oírles, pensaba que era todo un arte vocear de esa manera. En Castroverde aprendí y escuché por primera vez en mi vida, que existía un oficio llamado "pregonero".
Los pregones han vuelto a escucharse con la gracia y el ingenio de siempre, pero con el aire inequívoco que les da la modernidad de este siglo para algunos tan postmoderno. Y aunque han ganado la calle nuevamente y son conocidos, bien valdría la pena buscar una definición para ellos. A pesar de esto, los pregones no han sido estudiados lo suficiente, aún cuando son una fuente para conocer el desarrollo social de un país.
Publicado por Montse Gómez Alonso el 27 de abril de 2012 a las 3:29pm