Los inviernos en Castroverde eran fríos y secos.
Recuerdo que para calentar la casa nuestras madres y abuelas tenían que trabajar duro.
Por la mañana temprano, una de las primeras cosas que se hacía en las casas era calentar la estufa, en muchos pueblos conocida como la gloria. La gloria se calentaba con todo tipo de cosas viejas: zapatillas rotas, papeles, cartones los manojos de las viñas, etc.
La habitación donde estaba la gloria era una bendición, pero el resto de la casa estaba congelada.. En la cocina, que era donde estaba la famosa chapa bilbaina también había que calentarla, está a su vez servía para hacer la comida. Para calentar la chapa bilbaina normalmente se echaba carbón, cáscaras de nueces y avellanas, (lo que ahora se denomina biomasa, que está tan de moda y es tan costoso), aquello se ponía al rojo vivo , con lo cual ya tenías la cocina calentita y lista para hacer el cocido...¡lo peor era limpiar aquellos tiznones!...nuestras madres usaban el asperón...... era como una piedra arenosa que conseguía dejar la chapa limpia y brillante como la plata, claro todo a base de frotar y frotar.......
Lo peor de todo era la hora de meterse en la cama... con esas habitaciones congeladas y esas sábanas heladas.... pero nuestras madres y abuelas tenían la solución perfecta ¡EL LADRILLO! ¿En que consistía?. En todas las casas había uno o varios ladrillos macizos que se metía en la gloria, cuando estaban bien calentitos se enrollaban en un paño o sábana vieja y se introducía entre las sábanas. la cama quedaba calentita al instante, y lo que es mejor, el calor duraba hasta la hora de levantarse por la mañana.(hoy en día se usa la cerámica o el barro para poner calefacción por el suelo, se denomina calor refrectante, y es tan caro como la biomasa). Y así con mucho trabajo nuestros mayores conseguían "confort" en cada casa.
Publicado por raquel alonso redondo el 27 de febrero de 2013 a las 11:59pm