El juego consistia en lo siguiente:
Dos niños/as colocados de pie, espalda contra espalda, cogidos y entrelazados por los codos. Uno de los niños eleva al compañero, sin soltarse, flexionando el cuerpo hacia adelante, manteniendo el equilibrio, cosa que luego repetirá el otro, simulando el movimiento de una campana. en esa posición se establece el siguiente diálogo:
- ¿Dónde estas?
- En carretas.
- ¿Qué has comido?
- Cebolletas.
- ¿Te ha sabido bien?
- Como la miel.
- ¿Te ha sabido mal?
- Como la sal.
- Ponte caballito que voy a montar.
Luego, cambian de posición, volviéndose a establecer el mismo diálogo.
(ANÉCDOTA: Como las calles del pueblo no estaban asfaltadas, y todo eran cantos y piedras, una hermana mía jugando al juego en cuestión, perdió el equilibrio, pegándose un leñazo importante, y llevándose de recuerdo para toda su vida la marca de la brecha que aún tiene en la barbilla. no se si la pusieron o no puntos, pero el castañazo fue para ello...., cuando se la olvidó el golpe, siguió jugando...... supongo....)
Publicado por raquel alonso redondo el 23 de enero de 2012 a las 11:17pm