La Alpine Bike nº 1 es una ruta para bicicletas de montaña que atraviesa Suiza de Este a Oeste. Está explicada en está página: http://bikeland.myswitzerland.com/en/routes/route-01.html
Comienza en Scuol y para llegar hasta este pueblo, has varias opciones:
En tren desde Memmingen y Munich (los aeropuertos más usuales). El trayecto es bastante largo, y supongo que costoso ya que los trenes en Suiza y Alemania son bastante caros.
Desde estos aeropuertos, ir en tren hasta Oberstdorf o Garmisch-Partenkirchen, y empezar aquí la ruta:
Oberstdorf – Scuol: (Tres etapas) La hice en otra ocasión y además de recomendable, coincide con el planteamiento de la Alpine Bike. http://ca.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=9721105
Garmisch – Scuol: (Dos etapas) Según comentarios, es muy suave, tipo carril bici con poco desnivel. http://ca.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=576414
Mi opción: Volar a Munich e ir hasta Innsbruck (Austria) en tren, donde he comenzado la ruta. La idea es pasar por el Tirol, llegar a Italia y unas etapas más adelante en Livigno enlazar con la Alpine Bike nº 1. Estas etapas hasta llegar a Livigno, son más agrestes y más duras.
Etapa 1 Innsbruck -Ellbögen
Etapa 2 Ellbögen - Colle Isarco
Etapa 3 Colle Isarco - Moso in Pasiria
Etapa 4 Moso in Pasiria - Prato Allo Stelvio
Etapa 5 Prato Allo Stelvio - Passo Stelvio
Etapa 6 Passo Stelvio - Saint Moritz
Etapa 7 Saint Moritz - Savognin
Etapa 8 Savognin - Glaspass
Etapa 9 Glaspass - Lumbrein
Etapa 10 Lumbrein - Disentis
Etapa 11 Disentis - Hospental (Andermatt)
Etapa 12 Hospental - Färnigen
Etapa 13 Färnigen - Innertkirchen
Etapa 14 Innertkirchen - Grosse Scheidegg
Etapa 15 Grosse Scheidegg - Interlaken
Etapa 16 Interlaken - Höchst (Adelboden)
Etapa 17 Höchst - Saanen
Etapa 18 Saanen - Leysin
Etapa 19 Leysin - Aigle - Montreux
En Innsbruck al medio día hacía mucho calor, ideal para ir a comer sin prisas y tomar una cerveza bien fría, pero no tenía tiempo y me he conformado con dar una vuelta por el centro.
Saliendo de la ciudad he visto una senda que se adentraba en un bosque muy fresco y aunque el track no iba por aquí parecía muy posible que volviera a enlazar y no me he podido resistir. He dado algo más de vuelta y más subida, pero ha sido una zona muy bonita.
Casi todo discurre por carretera, que aunque secundaria, había algo de tráfico, puede que por ser uno de julio y viernes tarde.
Sobre las seis de la tarde he visto un hostal que me ha llamado la atención. El precio estaba bien y me he quedado. Era pronto, y solo había hecho unos 17 km pero en fin de semana y sin reserva, no he querido arriesgarme a seguir. http://www.gasthofneuwirt.at/
He continuado por carretera, con tráfico variable. La zona es bonita, aunque al otro lado del valle pasa la carretera principal y la autopista interestatal, que afea un poco el paisaje y el rumor del tráfico le quita naturalidad. Sobre el km 12 en Mauern arranca una pista que sube sin piedad, y se empiezan a ver paisajes más vírgenes. Se puede decir que comienza la verdadera salida btt. Incluso podría ser una opción venir hasta aquí en tren, en lugar de bajar en Innsbruck.
Todo es ciclable, hasta la última subida, sobre el km 35, que la pista toma una inclinación considerable y obliga a ir haciendo descansos o directamente empujar. Llegando a una granja, lo que sigue es una verdadera pared. Se intuye un sendero pero prácticamente es ir subiendo monte arriba como se pueda. En el perfil del track se ve perfectamente. Ya en la parte más alta un kilómetro de sendero de mal hacer y finalmente bajada por pista hasta Colle Isarco. Justo me da tiempo de registrarme en el hostal, comprar algunas cosas en el super y a los cinco minutos empieza a llover.
Amanece un día soleado y salgo hacia Vipiteno por un carril bici que evita la carretera. Siguen unos kilómetros con poco tráfico. Voy atravesando valles muy verdes y pueblos muy bonitos. En uno de estos pueblos encuentro un grupo de ciclistas mirando un mapa. Nos saludamos y hablamos un poco. Vamos a hacer la misma ruta e iremos coincidiendo varias veces. Se llega a un antiguo pueblo minero que ahora es un reclamo turístico. A partir de aquí comienza lo bueno. Ya por pista, una subida fortísima que por suerte luego se modera. Llego hasta la Malga Lazzago, un refugio donde aprovecho para tomar un capuchino muy a gusto. La decoración de madera y ambientado con música típica del Tirol.
Sigue un porteo de dos horas por una subida brutal, todavía peor que la del día anterior. Se ha ido nublando, pero al llegar a la parte más alta hay premio. Al otro lado de la montaña está despejado y hay unas vistas espléndidas.
Al principio toca bajar un poco a pie, pero lo que sigue se puede hacer todo montado, primero sendero hasta el refugio de Monteneve (http://schneeberg.org/italiano/rifugio/) y después pistas, algo de carretera y otro sendero que deja en Moos in Passeier.
El primer pueblo de destinación es Plan. Subo por unas pistas asfaltadas que dan acceso a las casas y granjas diseminadas por la montaña, evitando la carretera principal.
En Plan comienza una pista que lleva hasta el final del valle di Passiria, donde hay una malga que hacen comidas. Hay que llenar el bidón e hidratarse, que en la subida no recuerdo ninguna fuente. Allí encuentro un grupo de ciclistas que harán la misma ruta que yo.
Hay que superar un paso a 2900 m. y para ello hay un desnivel de 900 metros que inevitablemente hay que hacer andando. Al principio es un sendero que se empuja bien la bici, pero los últimos 300 metros han sido épicos. Hay mucha nieve y tenemos que portear las bicicletas como podemos con mucho esfuerzo y cuidado de no resbalar.
En la parte más alta se encuentra el Refugio Petrarca. Hace unos años una avalancha de nieve lo dejó en estado ruinoso y lo han tenido que derribar. Ahora hay un refugio provisional. En Plan, un cartel indicaba que está cerrado. Supongo que no pueden decir que está en funcionamiento, pero estuvimos tomando unas cervezas con los compañeros, y en caso necesario se puede pernoctar.
La parte alta está cubierta por las nubes. Se aprecia la grandiosidad de las montañas que nos rodean, aunque fue una pena no poder disfrutar plenamente de las vistas, pero la montaña es así.
Al principio en la bajada también hay nieve y hay que bajar un trozo a pie, pero después de lo que nos ha costado la subida, bajar no tiene complicación. Cuando se acaba la nieve continúa un camino algo técnico pero que se baja sin demasiada dificultad. Sigue una gran bajada por pistas y carretera hasta el valle del Adige.
Quedan casi 40 km por un carril bici que discurre en gran parte paralelo al río Adige. Es bastante llano, pero siempre pica hacia arriba. Al principio se me hace extraño rodar tan fácil después de las dificultades que hemos pasado. Voy atravesando campos inmensos de manzanos y algunos pueblos, hasta llegar a Prato Allo Stelvio. En estos pueblos hay supermercados.
Llegué sobre las 8 de la tarde y el hostal que tenía de referencia estaba completo, así que busqué una casa particular que ofrecía Bed and Breakfast. Fue el único día que me alojé en una casa particular. Todo bien, pero la mujer era muy detallista y tenía todo muy cuidado haciéndome sentir algo incómodo.
Una anécdota: Me ofreció una cerveza. Qué amable!, pensé, pero al día siguiente en la nota me cargó 4 euros.
La etapa de hoy consiste en subir al Passo dello Stelvio de casi 2800 metros de altitud.
La gracia es que la ruta va bordeando la montaña para evitar en lo posible la carretera.
Antes de salir es preciso aprovisionarse bien de agua, ya que la primera fuente tarda en aparecer.
La etapa anterior fue muy dura y hoy no estaba del todo recuperado. Es una etapa con un desnivel importante, por lo menos las pendientes que encuentro son bastante asequibles.
Comienzo bordeando la montaña, disfrutando de frondosos bosques y vistas al valle del Adige. Voy combinando pistas de tierra y asfaltadas para finalmente acabar en un sendero con cierta dificultad, con el añadido que es muy aéreo y acojona un poco. Lo he bajado, pero algunos tramos los he tenido que hacer andando.
Finalmente se llega a la carretera. Se sube bien, pero después de cada curva, se ve todo lo que queda y desmoraliza un poco. He encontrado bastante tráfico de coches que bajaban. Al parecer había una concentración de coches tuneados de la manera más estrambótica posible. Más que molestarme por el tráfico me han ido distrayendo pues eran realmente originales.
Ya en el puerto, me he dirigido al Refugio Garibaldi, que está en una pequeña colina. Ya casi estaba llegando, que unos que bajaban me han dicho que el check-in acababa a las 6 de la tarde, y eran las 6,30. He ido al Hostal Tibet: http://www.tibet-stelvio.com/index_it.html y todo muy bien.
Otro día espléndido con bellos paisajes. El track que llevaba empezaba un poco más arriba del Refugio Garibaldi, pero no tenía ninguna referencia de si era ciclable. Ante la duda y la pereza de subir casi 100 metros para nada he seguido por la carretera, viendo que más adelante se volvía a cruzar con el track, que tiene pocos puntos y me llega a confundir. Más abajo parece que va por un camino con pinta de ser más de senderistas que de bicis y dudo.
Sigo bajando y bajando en un dulce deslizar por el asfalto casi sin tráfico, con la fresca y con fantásticos paisajes. En una parada veo una alternativa para volver al track, dándome cuenta que voy a bajar más de lo previsto y luego me va a tocar subirlo.
Por fin el desvío que me devolverá al track, una pista que sube fuerte unos cinco kilómetros. Un poco más y llego al lago de Cancano y di San Giacomo di Fraele, no especialmente vistosos pues tenían poca agua y con un aspecto fangoso. Llegando al final del lago, el tramo hasta Livigno es muy bonito. Lo recordaba de una transalpina anterior.
En Livigno enlazo con la Alpine Bike que está muy bien indicada. Unos pocos kilómetros y llega el último puerto del día. Sube por pista muy empinada, en el límite de lo que se puede subir pedaleando. Si fuera un tramo corto se podría hacer montado, pero son cuatro kilómetros que los he tenido que subir andando. Por lo menos se empuja bien.
Herramientas a disposición de ciclistas, de acceso libre. Que poco durarían en España!
La bajada, muy empinada, pero bajando la tija y poniéndole ganas, se baja del tirón, y después pistas de tierra entre frondosos bosques hasta el valle de la Alta Engadina del Cantón de los Grisones, ya en Suiza.
Hasta Saint Moritz, poco más de 20 km por carril bici atravesando campos verdes y bonitos pueblos y al final bosque, que hacen entretenido el trayecto. Me alojo en el Albergue de Juventud, sin duda lo más económico que se puede encontrar en un pueblo tan elitista como Saint Moritz.
He dado una vuelta por el pueblo y he seguido las indicaciones de la Alpine bike, que tira más hacia la montaña. Esta ruta ya la hice en otra ocasión, y como bosques ya voy viendo cada día, cuando me ha parecido me he desviado hacia el lago, donde pedalear tranquilamente por la orilla, es una verdadera delicia.
Ya en Maloja, bajo hasta Casaccia por carretera. De subida, el tráfico puede ser un incordio, pero la bajada se hace en un plis-plas. Hay unas indicaciones antes de llegar, para desviarse hacia un camino, pero parece poco ciclable. Ya tenía pensado ir hasta Casaccia para tomar un capuchino en el hostal la Stampa. Este hostal tiene la posibilidad de dormir en dormitorio compartido, con un precio asequible, pero queda muy cerca de Sant Moritz para hacer una etapa.
Sigo por una pista que sube sin problemas hasta los 1800 metros. Luego tocar empujar por un sendero con muchas piedras.
Ya arriba, todo pistas hasta llegar a Bivio donde hay alojamientos y supermercado.
Como era pronto he seguido hasta Savogin. En esta zona los hoteles son muy caros >70 francos habitación y desayuno. Duermo en el Hotel Danilo. El desayuno muy bien. En Savogin hay supermercado, pero cuidado que cierran sobre las 6.
Salgo en dirección a Tiefencastel por carriles que evitan la carretera. Desde Mon bajo por un sendero que acaba casi en el pueblo. Sigo por carriles hasta unos pueblos de la ladera de enfrente y luego pos pistas hasta llegar Thusis. En la entrada hoy un Migros (supermercado). Es el momento de comprar, pues ya no hay ningún super más.
La subida a Glaspass se hace por carriles y pistas que dan acceso a pequeñas poblaciones, casas y granjas que hay en todas las laderas evitando la carretera principal, que tampoco tiene ningún tráfico ya que acaba allí.
Es el tiempo de la recolección de la hierba de las laderas. Es una tarea dura. Tienen todo muy mecanizado, pero cuando la inclinación es muy fuerte, tienen que segar con una especie de mulas mecánicas, y arrastrar hacia abajo la hierba seca con rastrillos o sopladores. Hay unos camiones preparados para recoger la hierba de las laderas, que se pasan el día haciendo viajes hacia los secaderos, o lugares de almacenamiento.
En la subida encuentro un hostal (http://www.gasthaus-alpina.ch/zimmer.html#einzelzimmer) que no debía tener clientes y hacía una oferta muy buena, pero mi intención es pernoctar en Glaspass (1846 m)
En el hostal Berggasthause Beverin (http://www.edfra.de/BEVERIN_COM/index.php), el entorno es muy tranquilo, solo se oye el tintineo de las campanillas de unas vacas que pastan en esas laderas, Dispone de una terraza, ideal para tomar algo y contemplar el paisaje. Una pega: No tiene wifi gratuito. El desayuno me dijeron a las 8, pero a las 7,30 ya se podía entrar. Esto me ha pasado en varios sitios que me dicen una hora, pero antes ya está disponible.
No tienen habitaciones compartidas (Dormitory), por lo que antes de llegar sería bueno poder llamar para comprobar si tienen disponibilidad, ya que si está todo ocupado, las únicas alternativas serian seguir hasta Safien Platz (que hay pocos alojamientos), o retroceder.
El día está algo nublado y el paisaje se percibe algo apagado.
Empiezo a bajar por carriles y luego por un sendero que al principio es muy tratable pero más adelante se complica en exceso y hay que bajarse para hacerlo caminando. Acaba en Safien Platz, donde vuelve a subir para hacer el puerto del día, el Tomülpass de 2450 m. Primero pista suave hasta el fondo del valle donde empieza una subida fuerte por pista que hasta los 2100 metros. Después caminando hasta los 2450 m. El camino está bien para empujar.
La bajada, primero por trialera y sendero. Algún tramo complicado, pero se puede hacer casi todo montado. Finalmente pista hasta Vals, un pueblo muy bonito y cuidado. Me ha llamado la atención que los tejados están hechos con losas de piedra. Hay supermercado y bastantes hoteles.
He seguido hasta Lumbrein, primero por carretera y después por pistas y carriles asfaltados. Son unos 24 km con mucho sube – baja . En Lumbrein hay un hotel y una pensión más económica. En el camino no hay ningún sitio donde hospedarse.
He comenzado subiendo por los carriles de una ladera hasta un paso situado a 2100 m. Todo y que era temprano, el día es caluroso y al estar la ladera orientada a la solana he pasado calor.
La bajada, por pistas sin complicaciones. Ya en el fondo del valle, sobre los 800 metros y el centro del día no había manera de hacer más de un kilómetro sin parar en alguna sombra o en alguna de las innumerables fuentes que he ido encontrando. El camino por el valle es por pistas con pequeños sube – baja hasta llegar a Disentis.
Los hoteles del centro del pueblo son carísimos. Subiendo un kilómetro por la carretera hay un hostel mucho más económico: http://www.nangijala.ch/hostel/#hostel-1 que además tiene cocina, nevera y utensilios para cocinar.
Decididamente, hay otra mentalidad. Herramientas y recambios en el garaje del hostel, sin ningún control y con el vaso con dinero de quien ha cogido alguna cosa.
El desayuno es opcional y por 10 CHF preparan una bolsa con todo lo que incluye un desayuno continental, pero poca cantidad. Para no complicarse la vida está bien, pero otra opción es comprar algo en el super que hay un poco más abajo.
Hay que salir del pueblo para volver al track, que comienza en un sendero con bastante pendiente. Así en frío parece que se me fueran a partir las piernas. Un poco más adelante se suaviza. El track discurre por la ladera de la umbría para ir subiendo por el valle sin utilizar la carretera. Son caminos bonitos, con bosques, viendo en la otra ladera el tren, que me recuerda las tradicionales maquetas de Suiza con el tren atravesando las montañas.
Hoy el día está tapado y al transitar por la umbría no he pasado el calor del día anterior.
Llegando a Tschamut hay que continuar unos 3 km por carretera, para luego desviarse por una pista que sube hasta el Refugio Maighels, donde tenía intención de pasar la noche. Cargar agua en el pueblo, que en la subida aparte de algún riachuelo no hay ninguna fuente.
La señora del refugio ha sido muy honesta y me ha avisado que al día siguiente había previsión de lluvia. En ese caso mejor la lluvia a 1000 m que a 2300, así que he salido hacia Andermatt sin perder tiempo pues al final de la tarde se esperaba lluvia.
Algo más adelante del refugio el camino deja de ser ciclable y hay que empujar un rato hasta el Pass Maighels a 2421 m., pero sin demasiada dificultad. Paisajes de alta montaña, lástima que el día estaba nublado.
En el camino de bajada, hasta llegar a la pista, hay partes que las he bajado montado y otras más complicadas que las he tenido que hacer caminando. Justo llegar a la pista ha empezado a chispear. Suerte que la bajada es rápida y he podido escapar de la lluvia, viendo como a mis espaldas el valle iba quedando cubierto por la niebla.
En Andermatt ha empezado a llover y me he refugiado en la oficina de información, que aunque fuera de horario, tiene un espacio cerrado, caliente y con wifi gratis. Cuando ha aclarado he ido por carril bici hasta Hospental, un pueblo a 3 km donde hay un Albergue de Juventud muy recomendable.
La previsión marcaba lluvia, pero por la mañana no llovía. Únicamente algo de niebla, incluso algún amago de salir el sol.
He vuelto hacia Andermatt para seguir el track. Es una pequeña ciudad con mucho ambiente. Hospental no es tan grande pero hay como diez hoteles.
La salida de Andermatt es por carretera, pero rápidamente aparece un desvío para evitarla ya que tiene mucho tránsito y algunos túneles. Es un tramo de unos 7 km no del todo solucionado, pues además de unas obras hay tramos con escaleras que hay que hacer andando.
En Wassen empieza la subida a Sustenpass por una pista que se sube bien. Se va imponiendo la niebla y empieza a lloviznar. Está claro que la previsión de lluvia era acertada y viendo que el valle se tapaba totalmente me he quedado en el Hotel Edelweis, que providencialmente he encontrado en el camino.
En unas horas veo que he acertado la decisión ya que el día no mejora. Las nieblas y la lluvia se van alternando y más arriba hubiera sido peor (Sustenpass – 2200 m).
El entorno del hotel no es ni siquiera un pueblo, sólo hay cuatro casas y una pequeña ermita que en 15 minutos está todo visto, además que el día no permite salir a pasear. Soy el único huésped del hotel y sin internet ni nada que hacer me estoy aburriendo bastante, echando cabezadas, mirando si me quedaba alguna cosa por mirar de las opciones del móvil y escribiendo estás líneas.
El día está algo mejor que ayer. Hay nieblas, pero se puede ver algo del valle y no llueve.
Después del desayuno, no muy abundante ni variado, salgo en dirección a Sustenpass. De momento se sube bien aunque hay zonas con hierba que lastra más que la tierra. Sobre la bolsa delantera llevo una hoja con el perfil del track de cada día y ya veo dónde voy a tener que subir andando. Al principio de las zetas no es que haya una pendiente excesiva, pero la hierba lastra una barbaridad. Ya casi arriba veo que el track se cruza con la carretera y sigo por ella.
La cima está toda cubierta por una niebla espesa que ni siquiera me permite ver el hostal (http://www.sustenpass-hospiz.ch/) donde tenía intención de parar y tomar un café. Al estar indicado encuentro el camino. Es un sitio acogedor y curioso con muchos detalles que llaman la atención (y wifi). La niebla no se va a levantar, ni hoy ni mañana. Fuera hace un frío que pela y en el hostal no dejan de tirar leña al fuego. Me preparo para bajar con todo lo que tengo, mallot, chaqueta windstopper y chubasquero, y más bien tengo frío.
Con esta perspectiva de mal tiempo bajo hasta Innertkirchen , donde tengo localizado un alojamiento económico.
La ruta baja por un sendero que me imagino tipo trialera, que con piedras húmedas y niebla, mejor empezar a bajar por carretera. Más adelante el track se desvía de la carretera para continuar por un sedero, muy sencillo y disfrutón. Así por senderos y pistas llego hasta Innertkirchen.
Me alojo en el Hotel Urweider (http://www.urweider.ch/), en habitación compartida, aunque en realidad estoy solo.
La previsión es de lluvia para el día siguiente. Así fue y me obligó a permanecer un día más en el hotel. Innertkirchen es un pueblo pequeño y en algún momento que ha aclarado he podido salir al supermercado, a la oficina de información, donde he encontrado unos españoles y hemos estado un rato hablando, o a chafardear en una tienda de bicicletas.
En el hotel hay wifi y me ha sido útil para mirar la previsión del tiempo, buscar algún alojamiento para las siguientes etapas, y enviar whatsapps a la familia y amigos.
Tras pasar un día sin salir por la lluvia, la previsión parece que mejora y después del desayuno salgo en dirección a Meiringen. Hay que subir un repechón y un poco más adelante ya llego al pueblo, que en realidad es una pequeña ciudad.
La subida hasta Grosse Scheidegg (1962 m) se hace por una pista asfaltada que cómodamente sube hasta el paso (Bergpass). http://www.grosse-scheidegg.ch/
Voy por bosques frescos y húmedos de estos días de lluvia. Las laderas están llenas de pequeños riachuelos y alguna cascada donde el agua baja impetuosamente. Encuentro un gran hotel (Roseline) que en caso de mal tiempo es una opción a tener en cuenta, y por chafardear pregunto el precio. Hablan español y han sido muy amables, aun sabiendo que mi intención era seguir, me han invitado a entrar un rato y calentarme.
En la mitad de la subida, aunque eclipsadas por la niebla, se empiezan a ver las grandes montañas que dominan el valle. En el paso hace bastante frío. De hecho, al mediodía todavía queda nieve del día anterior en las mesas de la terraza.
La niebla poco a poco va desapareciendo y se van viendo mejor las montañas que nos rodean: Wetterhorn (3.962 m), Eiger (3970 m), Schwarzhorn (2928 m), Mettenberg (3.104 m), Joungfrau (4.089 m) Mönch (4.107 m).
Hoy he hecho pocos kilómetros. Llevo unos días ralentizando las etapas, esperando que llegue el buen tiempo y poder contemplar los paisajes con toda su belleza.
Por fin ha amanecido un día totalmente despejado. Ha valido la pena haber ralentizado las etapas de lluvia, pues ésta es una de las etapas más bonitas y con niebla hubiese perdido mucho encanto. Las vistas son espectaculares.
A primera hora de la mañana me han despertado unos gritos de ánimo a unos corredores. Hoy se celebra en la zona la Eiger Ultra Trail (https://www.eigerultratrail.ch/en/), una carrera de 101 km y 6700 metros de desnivel.
En la salida he coincidido un rato con los corredores y luego he ido bajando hasta Grindelwald por una pista asfaltada que va serpenteando por la ladera. Grindelwald, además de ser un centro turístico de primer orden, hay mucha expectación con la Ultra Trail. He visto un dorsal con el número 4500, lo que da idea de la magnitud de la carrera.
En la subida a Kleine Scheidegg he coincidido Massimo, un ciclista italiano que hemos ido conversando haciendo más amena la subida. Mayoritariamente es pista asfaltada sin mucho desnivel, hasta el último kilómetro, que con una pendiente considerable y el suelo de grava, hemos tenido que hacerla andando.
Todo muy bonito. He hecho muchas fotos.
Sigue una gran bajada por pistas hasta Wengen y Lauterbrunnen y finalmente unos 15 km, ya con poca gracia que discurren paralelos al río hasta llegar a Interlaken, una pequeña ciudad muy turística, con gran cantidad de hoteles y actividades de todo tipo, donde se pueden ver personas de todas las etnias.
Hay varios albergues con precios asequibles y hace un par de días intenté reservar, pero la ocupación era completa. Al llegar, probé en Backpackers Villa (http://www.villa.ch/) y tenían una plaza. Fue pura suerte, pues a los cinco minutos colgaban en la puerta el cartel de “completo”. El albergue está muy bien, las instalaciones son perfectas, incluso tiene cocina equipada para prepararse la cena.
Ha hecho un día excelente y la ciudad es ideal para ir en bicicleta. Los lagos no quedan cerca del centro. He ido hasta el que queda al este de la ciudad, que en bici son 15 minutos. Me pasé un buen rato viendo aterrizar los parapentes y deltas que tienen un campo inmenso en el centro del pueblo.
Sigue el buen tiempo. El día, perfecto.
Se sale de Interlaken por pistas muy tranquilas, y luego para bordear el lago hay que salir inevitablemente a la carretera. Me ha llamado la atención la gran cantidad de ciclistas que hacen rutas por la zona. Bicicletas de montaña, de cicloturismo, eléctricas..., y personas de todas las edades.
Los primeros 20 km, aunque van sucediendo vistas bonitas del lago, transcurren por zonas bastante urbanizadas con algo de tráfico. Después empieza a mejorar y aunque siguen siendo pistas asfaltadas, voy atravesando zonas con bosques y paisajes más campestres.
Podría haber llegado tranquilamente a Adelboden, pero he preferido quedarme en este hostal: http://www.gasthaus-hoechst.ch/ que tenía anotado como económico. Después de lavar la bici, la ropa y la ducha, he salido a hacer unas fotos y me he quedado un rato en la terraza, con unas buenas vistas al valle de Adelboden y una cordillera con montañas.
La jornada anterior fue impresionante, lo que hace que la etapa de hoy quede bastante eclipsada, más cuando ha tenido poco interés desde el punto de vista de la mountain bike.
Todavía con la fresca he salido hacia Adelboden, donde comienza la primera subida importante del día hasta Hahnenmoospass (1950 m). Se sube por pista asfaltada sin ningún tráfico, pues la utilizan para bajar unas bici – patinetes, que aprovechando el telecabina, van subiendo y bajando.
He pasado un rato en el paso, tomando café y contemplando el vuelo de unos aviones teledirigidos. El día es radiante. Se pueden ver un grupo de montañas que todavía conservan nieve y unas laderas con un verde resplandeciente.
La bajada se realiza por pistas de tierra hasta Lenk, un pequeño pueblo, muy cuidado y con flores por todos los lados.
De Lenk a Zweisimmen, otro tramo de trámite donde la pista va bajando unos 15 km junto al río, con poco aliciente. Después comienza una subida no demasiado larga, pero que como es la hora de más calor me ha echo sudar. Es aquello: De sombra a sombra y paro porque ya toca.
Voy viendo otra vez como los agricultores se afanan en recoger la cosecha de hierba de las laderas. También paso por varios pueblos con bastante ambiente hasta llegar a Saanem. La etapa ha sido casi toda por asfalto. Aunque los paisajes siguen siendo bonitos, la sensación es que han quedado atrás las grandes montañas de etapas anteriores.
Me alojo en el Albergue de Juventud, y cuando hace menos calor he podido salir a dar una vuelta por el pueblo.
Para salir de Saanem hay que hacer un kilómetro por la carretera. Unos kilómetros más adelante voy viendo que ha cambiado la tónica de los días anteriores. El track va por pistas de tierra y se va introduciendo algún sendero y alguna subida dura que hay que bajarse de la bici.
Llego a Chateau d’Oex. En esta zona, el idioma predominante es el francés. Es la hora del almuerzo, así que paré en una boulangerie a tomar un café olé.
Sigue una pista bastante empinada que llega a los 1600 m. Bajando un poco ya puedo ver el lago Hongrin. El track baja hasta el lago para continuar hasta Les Mosses.
La primera intención, algo improvisada, era quedarme en algún sitio que pudiera encontrar y al día siguiente hacer la etapa final. Viendo el lago tan bonito pensé que habría algún hostal donde alojarme y poder darme un baño, pero no hay nada.
En Les Mosses hay un par de hoteles, pero al día siguiente pasaba el Tour y estaba todo completo. La última opción es seguir hasta Leysin. Tampoco me supone ninguna contrariedad pues voy bien de tiempo, no estoy demasiado cansado y lo que haga hoy lo tendré hecho mañana.
En la entrada de Leysin encuentro un hotel en la línea de lo que busco. http://www.hotel-belair-leysin.ch/
Hoy el recorrido ha sido más variado, con pistas de montaña y senderos. Casi todo ciclable, pero en algunos casos, sea por la pendiente, la hierba que lastra mucho o irregularidades del terreno por las pisadas de animales en el barro, he tenido que hacer tramos caminando.
Último día con tiempo inmejorable. Me he levantado con la sensación de tenerlo todo hecho. Queda llegar hasta Aigle, el destino final de la Alpine Bike, y luego llanear hasta Montreux.
La bajada hasta Aigle, un poco de todo. Destacar un sendero que hay que tener cuidado. En algunos sitios es muy estrecho, y muy aéreo, pues la ladera tiene una inclinación considerable. La mitad la he hecho montado y donde he visto más peligro, andando.
Maravillosas vistas del valle del Rhône (o Ródano) y de lo que me ha parecido el macizo del Montblanc.
Después de almorzar he salido a buscar la ruta del Rhône. No resulta complicado pues está todo muy bien indicado. Es la ruta azul nº 2. Es un carril bici que va bajando paralelo al río, aburrido al principio, pero llegando al lago Léman se hace más interesante.
La ruta nº 2 bordea el lago, pero al ver que va por el interior de los pueblos la he dejado para seguir otra ruta de patinadores (eso pone), que va justo por la orilla, por lo que se podría decir un paseo “marítimo”, mucho más bonito y agradable.
Me alojo en el Albergue de Juventud.
Montreux es una pequeña ciudad muy turística por estar en la orilla del lago. Hay edificios ostentosos, buenos hoteles y todo tipo de tiendas. Tiene un gran paseo que bordea el lago que entre otras cosas, destaca por estar ambientado con motivos musicales. Preguntando al Sr. Google, hace 50 años que se celebra anualmente un gran festival de Jazz. http://www.montreuxjazz.com/
En cualquier sitio es posible darse un baño, pero al final del paseo (dirección Lausana) hay una zona verde con algunos árboles y una entrada de arena al lago, donde me he estado bañando.
Creo que ha sido un buen final. Ruta relajada, paseo tranquilo por la orilla del lago, baño, y cerveza para celebrar que todo ha ido bien. Ni siquiera un pinchazo!
Último día. Después del desayuno, me he dirigido a la estación de tren para ir a Ginebra. He sacado el billete hasta la parada del Aeropuerto. Es posible bajar en Ginebra, estar unas horas y volver con el mismo billete para completar el trayecto.
Dos horas dan poco de sí, pero en bicicleta son bastante aprovechables.
He ido a dar una vuelta por el puerto y ver la fuente (Jet d'Eau), he paseado por el barrio antiguo y la Catedral de Saint-Pierre.
Me he acercado al Jardín Botánico y otros parques, pero no permiten entrar en bici.
Finalmente he estado en el exterior de la sede de Naciones Unidas.
Ya en el aeropuerto, tal como me habían informado, es posible comprar una caja de cartón para la bicicleta. Vale 20 CHF, pero es un servicio completo, una vez tienes la bici dentro, el empleado la acaba de cerrar con precinto. Incluso disponen de herramientas por si alguien las necesitara para desmontar pedales o manillar.
Llegué al aeropuerto con mucho tiempo para poder solucionar cualquier contratiempo, y tuve alguno: El check-in lo hice unos días antes, vía aplicación de móvil. Todo bien. Procuré no quedarme sin batería. Ya en el mostrador mostré la pantalla con la tarjeta de embarque, pero de la bicicleta no salía nada y la pregunta era si estaba pagada la facturación. Suponía que escaneando el código de la tarjeta de embarque debían salir todos los datos de la reserva. Tras insistir, una llamada de teléfono lo solucionó todo, pero pasé unos momentos de tensión.
Otra anécdota: Un poco más tarde, en el mostrador donde se solicitan las cajas para la bicicleta, vi otro ciclista sudando tinta para desmontar los pedales (que es obligatorio).
Me ofrecí a echarle una mano, pero no fuimos capaces de aflojar ninguno de los pedales con la llave allen del multiherramientas. Los pedales tenían la particularidad que era posible roscarlos con la llave allen y también con una llave fija. Pedimos una, pero era demasiado gruesa. Quedaba la alternativa de desmontar el pedalier. El inconveniente que este modelo Sram precisa una llave allen bastante grande y acostumbra a ir bien apretado.
En estas, que aparece el empleado con una llave fija adecuada para desenroscar los pedales, con un mango de medio metro, que sin ninguna dificultad solucionamos el problema.
(Los pedales tienen la particularidad que el izquierdo rosca al revés. Para sacarlos bien, al ponerlos hay que untar algo de grasa en la rosca y no apretarlos mucho, pues con el pedaleo tienden a apretarse ellos solos).