DÍA MUNDIAL DEL TEATRO

CELEBRACIÓN DEL DÍA MUNDIAL DEL TEATRO EN EL COLEGIO MARAVILLAS

Habían pintado con tiza una especie de escenario en el suelo. Una mujer vocifeaba con un megáfono que dejasen espacio delante para los más pequeños. "Por los clavos de Cristo" gritaba. Alguien entendió "por los pavos de Cristo". Y por fin apareció el grupo de la ESO. Las suplicantes. Fueron colocándose en aquel escenario improvisado vestidos de negro. Y empezaron a suplicar. Suplicaron mi atención, suplicaron mi emoción, como dolientes. Y solo con su respiración, con sus manos, con sus caras. Consiguieron que todo lo que me rodeaba se disipase como la niebla en verano, los adolescentes que hablaban a mi alrededor, los chiquillos de primera fila, el viento que movía sus cabellos. En la clara mañana sólo había lugar para sus súplicas. Cuando abandonaron el escenario ocuparon su lugar el grupo de los pequeños. Con dos largos palos, con el chándal del colegio. Con las coletas hechas de cualquier manera. Y empezaron a hablar. Como los dioses del Olimpo. Copiando los gestos serios de los mayores. Y la mañana volvió a difuminarse. Y el teatro se hizo grande, inmenso, porque solo el teatro es capaz de transportarnos de esta manera. Celebraban el día mundial del teatro, y en 10 minutos consiguieron que todo el día valiese la pena. Esa es su grandeza. Gracias chicos.

Rocío Espejo