Concurso de Poesía y Texto Dramático 2022

(Alumnos de la Escuela Preparatoria)


Premio único en el nivel de AVANZADOS del género de guion teatral

PERSONAJES

GUADALUPE: Es la protagonista, ama de llaves de la hacienda de los Guzmán. Mujer de 48 años, blanca, delgada, de pelo chino y café. Siempre usa tacones para verse más alta.

PATRÓN GUZMÁN: Es el dueño de la hacienda. Hombre de sesenta años, complexión media, moreno, de cabello lacio.

XIMENA: Es la primogénita del dueño de la hacienda y de su difunta primera esposa. Mujer de 28 años, complexión media, morena clara, de cabello rubio, lacio.

SALVADOR: Es el mayordomo, de la mayor lealtad a la familia Guzmán. Hombre serio de 58 años, complexión media, blanco, de cabello lacio. Viste muy formal.

EMPLEADO 1: Un ayudante del mayordomo. Hombre de treinta años, complexión robusta, de cabello oscuro.

EMPLEADO 2: Un ayudante del mayordomo. Hombre de 33 años, complexión delgada, rubio y de ojos azules.

(GUADALUPE vestirá blusa azul, falda larga del mismo color y tacones. El PATRÓN GUZMÁN, camisa blanca con botones, pantalón café, botas negras, sombrero de copa ancha y anteojos. XIMENA, blusa morada de manga corta, falda larga de tela del mismo color, zapatos negros y reloj de pulsera. SALVADOR, gorro, traje gris con corbata, pantalón negro y botas oscuras. El EMPLEADO 1 y el EMPLEADO 2, pantalón y camisa de manta color blanco y huaraches cafés).

ESCENA 1

Una pared de cartón y una puerta café, una mesa de plástico, un muñeco con peluca colocado detrás de la pared, que representa el cuerpo de una mujer llamada María, forman la escenografía.

GUADALUPE entra por el lado derecho del escenario, colocándose a un lado de la puerta. El PATRÓN GUZMÁN entra por el lado izquierdo, posicionándose lejos de la puerta.

GUADALUPE: (Risueña) ¡María, la cena ya está lista! ¿Te la llevo a tu habitación?... ¡María…! ¿Me escuchas…? ¡Contesta…!

PATRÓN GUZMÁN: (Confundido) ¿No contesta?

GUADALUPE: (Preocupada): No… ¡qué extraño!

PATRÓN GUZMAN: (Alterado): ¡Ve a su cuarto a ver qué sucede, por favor!

GUADALUPE: (Esperanzada, camina lentamente hacia la puerta, la abre y ve a María acostada) ¿María, por qué no respondes? ¿Acaso no escuchaste que ya está lista la cena…?

PATRÓN GUZMÁN: (Aliviado) ¿Sí está ahí?

GUADALUPE: (Aterrada, observa a María) ¡Aaaah!

PATRÓN GUZMÁN: (Asustado) ¿Qué pasa?

GUADALUPE: (Impactada) ¡María está ensangrentada!

PATRÓN GUZMÁN: (Aterrado, entra a la habitación) ¡¿Qué?!

GUADALUPE: (Descontrolada, grita) ¡Está muerta! ¡María está muerta!

PATRÓN GUZMÁN: (Desconsolado, abraza el cuerpo de María) ¡No, María! ¡Reacciona, por favor!

GUADALUPE: (Impotente y triste) Ya no hay nada que hacer. Ya ha fallecido.

PATRÓN GUZMAN: (Deprimido) Es increíble… ¿Por qué le tuvo que pasar esto a mi niña…? Era tan joven… tan solo 25 años… ¡¿Pero qué clase de infortunio es este?!

GUADALUPE: (Pensativa) ¿Quién sería capaz de hacerle esto a María?

PATRÓN GUZMÁN: (Cabizbajo) Obviamente solo un desquiciado... Era una mujer ejemplar. ¡Tan dulce, bella, feliz, inteligente y dedicada a proteger a sus seres queridos…! Para colmo, estaba por casarse… ¡Ya no podré tener los nietos que he anhelado toda mi vida!

GUADALUPE: (Respirando rápidamente) Tranquilícese, señor Guzmán. Por favor. (Pone sus manos sobre los hombros del Patrón Guzmán).

PATRÓN GUZMÁN: (Enojado) ¡¿Cómo quieres que me calme?! ¡Acabo de perder a mi hija…! Ya solo me queda Ximena, pero ella ni siquiera se casó… ¡Jamás tendré los nietos que tanto he esperado…! Se supone que, a esta alejada hacienda, escondida en una pradera, tan distante del bullicio de la ciudad de Guanajuato, no debería llegar nadie del exterior. ¡Por eso se construyó aquí, para mayor seguridad! ¡Quien sea el desgraciado que vino solo para llevarse a mi hija de este mundo, lo va a pagar caro!

GUADALUPE: (Sorprendida, se queda mirando alrededor del cuerpo de María) Señor Guzmán, ¿ya vio eso que está ahí tirado?

SEÑOR GUZMÁN: (Furioso) ¡¿Qué cosa dices?!

GUADALUPE: (Curiosa) Eso que está a un lado de su hija... Es un cuchillo. Un cuchillo de bronce. (Señala el cuchillo con el dedo índice de la mano derecha).

PATRÓN GUZMÁN: (Desconcertado): ¡No lo toques, Guadalupe! Llamaré a las autoridades.

GUADALUPE: (Con voz pausada). Señor, mire con atención. ¿No le parece raro que María lleve puesta su pulsera de oro? También su costoso bolso sigue sobre el tocador. (Fija su mirada sobre el bolso).

PATRÓN GUZMÁN: (Asombrado) Quiere decir que la persona que la mató no se robó nada… ¿Entonces…? ¿Alguien vino con la pura intención de matarla?

GUADALUPE: (Extrañada) Así parece ser... Alguien tenía una razón muy poderosa como para arriesgarse a entrar a la hacienda y asesinarla… ¿O tal vez fue una persona de la misma hacienda? (Frunce el ceño).

PATRÓN GUZMÁN: (Confundido) ¿Insinúas que uno de nuestros empleados fue quien mató a mi hija?

GUADALUPE: (Confundida, habla desesperada) Uno de los empleados, o cualquier persona de la hacienda.

PATRÓN GUZMÁN: (Triste) Quisiera saber quién es el demonio que lo hizo. Pero imaginarme encontrándolo no me hace sentir mejor... Me quitó lo más importante de mi vida. ¡Eso no lo puede devolver con su propia y deplorable vida!

GUADALUPE: (Más calmada) Perdón, señor Guzmán. Pero me siento mal al no poder hacer nada por usted. Yo cuidé a María desde que era muy pequeña, fue una luz para mí. Necesito resolver el crimen. Cuando tuve que salir de mi pueblo para ganarme la vida y entré a trabajar a esta hacienda, me sentí feliz de estar con ustedes. Después de que fallecieron mis padres todo mi mundo fue María. Me he acostumbrado a regalarle a la gente una parte de mí. Así que, si puedo honrar la memoria de su hija descubriendo quién es el culpable, lo haré.

PATRÓN GUZMÁN: (Resignado) Haga lo que prefiera; pero en los tiempos que vivimos, en medio de una revolución en nuestro país, créame que el gobierno no le va a ayudar mucho a resolver el caso. Don Porfirio ya no nos puede ayudar.

GUADALUPE: (Positiva) Con todo respeto, señor, no creo necesitar la ayuda de nadie. Sé que usted también quiere a su hija Ximena, pero creo que, considerando lo que pasó con María, no le va a importar que le diga una cosa.

PATRÓN GUZMÁN: (Asustado) ¿Qué sucede…? ¡Vamos, dime! No importa.

GUADALUPE: (Suspira y habla rápidamente) ¿No estaba usted a punto de escribir su testamento? Ximena ya lo sabía. Ella siempre ha envidiado a María por ser su hija consentida y tiene una vida esperando su atención, señor. ¿Quién más en esta hacienda tendría tanto interés en matar a María?

PATRÓN GUZMÁN: (Decepcionado) ¿Pero cómo…? ¿Ximena sería capaz de eso…?

GUADALUPE: (Incómoda) Perdón, señor Guzmán, no quería ofenderlo.

PATRÓN GUZMÁN: (Amable) No se preocupe, Guadalupe. Pensándolo bien, no me parece una idea tan descabellada.

GUADALUPE: (Esperanzada) Bueno, ¿me daría permiso de interrogar a los empleados el día de mañana, en busca de pistas?

PATRÓN GUZMÁN: Sí, Guadalupe. Por favor esmérese.

GUADALUPE: (Agradecida) Gracias, señor.

GUADALUPE sale del escenario. Momentos después sale también el PATRÓN GUZMÁN.

ESCENA 2

Una pared grande y blanca de madera y una mesa de madera que abarca la mitad del escenario formarán la escenografía.

GUADALUPE entra por el lado izquierdo del escenario y se queda frente a la mesa. El EMPLEADO 1 y el EMPLEADO 2 entran por el lado derecho, colocándose lejos de la mesa, cerca de la pared.

GUADALUPE: (Motivada) Buenas tardes, muchachos. ¿Cómo les va?

EMPLEADO 1: (Muy atento) Bien. ¿Y a usted?

EMPLEADO 2: (Contento) Nos ha ido bien. El trabajo no ha estado tan pesado el día de hoy.

GUADALUPE: (Confundida) ¿Y por qué esas caras largas, entonces?

EMPLEADO 2: (Triste) Perdón, señorita, pero ya nos enteramos.

EMPLEADO 1: (Respetuoso) Queremos darle nuestro más sentido pésame. Sabemos que ustedes dos eran muy unidas.

EMPLEADO 2: (Preocupado) ¡Hasta da escalofríos pensar en cómo pudo haber ocurrido una atrocidad así!

GUADALUPE: (Sorprendida) ¡¿Cómo fue que se enteraron?!

EMPLEADO 1: (Habla exhaustivamente) Ayer los gritos desde la habitación de María y el escándalo en los cuartos eran demasiado fuertes. No pudimos evitar darnos cuenta y la noticia se expandió muy rápido por los corredores de los empleados.

GUADALUPE: (Calmada) Bueno, por un lado. Eso hace las cosas más sencillas.

EMPLEADO 2 : (Pensativo) ¿A qué se refiere, señorita?

GUADALUPE: (Con tono explicativo) La verdad es que el patrón y yo queremos llegar al fondo del asunto y saber quién mató a María. Además, la sospecha de que puede haber un asesino entre nosotros no es algo para tomarse a la ligera. Si alguien que vive en la hacienda mató a María, tenemos que descubrirlo lo más pronto posible y echarlo.

EMPLEADO 1: (Preocupado) Concuerdo. Es muy peligroso que el asesino siga rondando por los pasillos como si nada. ¿Qué tal si vuelve a actuar?

GUADALUPE: (Emotiva) Como sea. Lo que quería decirles es que vine a hacerles unas cuantas preguntas a los empleados en busca de pistas. Así que, si ya están enterados de la situación, pueden pensar mejor en cualquier cosa sospechosa que hayan visto la noche de ayer.

EMPLEADO 2: (Decepcionado) Perdóneme, señorita, pero lamento decirle que no sé nada más que los chismes que circularon ayer.

GUADALUPE: (Esperanzada) ¿Y no notaste un comportamiento extraño en algún miembro del personal durante los últimos días?

EMPLEADO 2 : (Serio) No, creo que no.

GUADALUPE: (Insistente) ¿Tampoco alguna conducta inusual de alguien de la familia del patrón? Recuerda que cualquier cosa sirve.

EMPLEADO 2: (Impactado) ¿De alguien de la familia del patrón?

GUADALUPE: (Incómoda) Así es.

EMPLEADO 2: (Decidido) No, lo siento mucho.

GUADALUPE: (Calmada) No te preocupes, gracias de todas formas. (Voltea a ver el Empleado 1 y abre la boca para preguntarle algo).

EMPLEADO 1: (Habla antes de que Guadalupe pueda decir cualquier cosa) Yo tampoco he sabido nada, señorita... Es una pena, pero creo que tenemos que irnos a continuar con el trabajo que se nos asignó.

GUADALUPE: (Extrañada) ¿No decían que casi no tenían trabajo hoy?

EMPLEADO 1: (Con un tono silencioso, incómodo). Sí… digo, la carga es menor; pero tampoco podemos distraernos tanto.

EMPLEADO 2: (Confundido) Bueno, supongo que también regresaré.

GUADALUPE: (Seria) Gracias por su tiempo. Adiós.

EMPLEADO 2: (Camina hacia el extremo derecho del escenario) Por nada.

EMPLEADO 1: (Camina también hacia el extremo derecho del escenario, pero no sale) Amigo, ahora te alcanzo. Solo déjame ir por una maleta que se me olvidó atrás.

EMPLEADO 2: Está bien, te espero allá.

El EMPLEADO 2 sale.

Oscurecimiento total.

ESCENA 3

GUADALUPE está en el mismo sitio que en la escena anterior. El EMPLEADO 1 entra por el lado derecho, colocándose cerca de ella. XIMENA entra por el lado izquierdo y se mantiene lejos de ambos, viendo hacia otro lado. Han pasado unos minutos desde la escena anterior.

EMPLEADO 1: (Voltea a ver a Guadalupe) Hola, señorita.

GUADALUPE: (Voltea a ver al Empleado 1) ¡Ah! Usted es el de hace un momento. ¿Ha venido a hablar conmigo otra vez?

EMPLEADO 1: (Decidido) Para eso vine.

GUADALUPE: (Dudosa) ¿Y por qué estaba actuando tan extraño cuando le pregunté si sabía algo del caso?

EMPLEADO 1: (Positivo) Justo de eso le quería platicar... Mire, la verdad es que sí sé algo; pero no se lo quise decir hace rato, para que mi compañero no oyera. Si él o alguien más llegara a saber que yo dije lo que le quiero decir, sería fatal para mí. Los chismes vuelan en este lugar y no quiero perder mi empleo, o algo peor.

GUADALUPE: (Animosa) Pues no te preocupes. Te prometo que seré una tumba. Soy una de las personas a las que más le importa hallar la verdad tras el lamentable suceso de ayer. Así que no voy a permitir que se sepa una información que dé lugar a que el asesino tenga tiempo de defenderse; mucho menos de volver a atacar a alguien más para salvarse.

EMPLEADO 1: (Sorprendido) Muchas gracias, señorita. Mi sospecha es la siguiente… (Nota que Ximena está cerca y la señala con un movimiento de cabeza). Mire, ¿ve a Ximena?

GUADALUPE: (Nerviosa, mira de reojo a Ximena) Sí, la estoy mirando.

EMPLEADO 1: (Impresionado) ¡Qué coincidencia! Justo de ella estaba a punto de hablarle... ¿Se da cuenta de que no se ve triste por la muerte de su hermana? ¿Cómo es posible que pueda estar así de tranquila?

GUADALUPE: (Desconcertada) Sí, también me parece bastante inusual.

EMPLEADO 1: (Con tono explicativo) Pero eso no es todo. El día de ayer, unos compañeros y yo vimos a Ximena llorando y gritando cerca del río. Inmediatamente llegó Salvador, se sentó junto a ella y nos ordenó a todos que nos retiráramos. Todos se fueron, pero yo no aguanté la curiosidad y me quedé escondido observando. Escuché que Ximena le dijo a Salvador que seguramente su padre le daría toda la herencia a María. Estaba desconsolada y lo abrazó, contándole lo triste que se sentía porque su padre siempre le reprochaba el no haberse casado. Dijo que, como María pronto se casaría, seguramente le daría muchos nietos y que eso era lo que más deseaba el patrón. Salvador la escuchaba pensativo mientras acariciaba su cabellera.

GUADALUPE: (Intentando calmarse) Ya veo... Sí suena muy sospechoso... Parece que Ximena tenía una gran razón para desearle la muerte.

XIMENA: (Se acerca a Guadalupe y al Empleado 1, cordial, pero con expresión triste) Hola, buenas tardes.

GUADALUPE: (Nerviosa) Buenas tardes.

EMPLEADO 1: (Nervioso) Buenas tardes.

GUADALUPE: (Disimulando) ¡Dios les dé fortaleza y paz! ¡No sabe cuánto me duele y cuánto la compadezco!

XIMENA: (Seria) Muchas gracias, Guadalupe, se aprecia. (Camina y se posiciona lejos de los demás personajes).

EMPLEADO 1: (A Guadalupe) Su comportamiento no se ve muy real, parece que disimula.

GUADALUPE: (Intrigada) Pienso lo mismo.

XIMENA sale del escenario.

EMPLEADO 1: (Despidiéndose) Bueno, me retiro. Con su permiso.

GUADALUPE: Muchas gracias por todo.

Sale el EMPLEADO 1 por el lado derecho. Instantes después, sale GUADALUPE por el lado opuesto.

Oscurecimiento total.

ESCENA 4

Un cuadro de cartón color café colgado del techo. Unas sillas y un rectángulo azul con rayas blancas pintado en la pared, que simula una ventana hacia la oficina del patrón. Un tapete de color amarillo claro alrededor del escenario.

GUADALUPE y el PATRÓN GUZMÁN entran por el lado izquierdo del escenario, conversando. A la vez, SALVADOR entra por el lado derecho y se mantiene muy alejado de ambos. Ha pasado un día desde la anterior escena.

GUADALUPE: (Amable) Buenos días, señor. ¿Cómo se siente?

PATRÓN GUZMÁN: (Melancólico) Ya que ha sido el funeral me he desahogado un poco, pero el dolor sigue siendo muy fuerte. (Se detiene y exhala).

GUADALUPE: (Emocionada) Estuve hablando con los empleados y me dieron información relevante.

PATRÓN GUZMÁN: (Curioso) ¿Qué le dijeron…? ¿Alguien vio algo sospechoso o tiene una idea de quién pudo haber matado a María?

GUADALUPE: (Optimista) Sí. Uno de los empleados también cree que fue Ximena. Dice que la noche anterior al asesinato de María vio a Ximena llorando en el río y a Salvador consolándola. Dice haberla oído quejarse de que usted le daría toda la herencia a María por ser su hija preferida y ser la madre de sus futuros nietos. (Ve hacia arriba, incómoda).

PATRÓN GUZMÁN: (Enojado) ¡Ay, Salvador, siempre tratándola tan bien! A veces siento que Ximena lo considera como su verdadero padre. Siempre que tiene problemas recurre a él. Para ella ha sido mucho más que un simple mayordomo… ¡Pero qué exagerada es Ximena! ¿Por qué quiere tanta atención? Es obvio que, si María estaba por casarse, iba a interesarme más en ella y en su matrimonio por un tiempo; y si ella no tiene hijos es su culpa.

GUADALUPE: (Incómoda) Perdón por tener que entrometerme en asuntos que no me incumben. (Se toca la cara).

PATRÓN GUZMÁN: (Amable) No importa, Guadalupe. Sé que lo hace por la investigación.

GUADALUPE: (Emotiva) ¿Y por qué no le pregunta a Salvador acerca de Ximena? Le puede contar todo lo que le dijo y tal vez sepa cosas que lo hagan pensar lo mismo que nosotros estamos pensando. Así confirmaríamos nuestras sospechas.

PATRÓN GUZMÁN: (Desconcertado) Eso haré. No sé cómo no se me había ocurrido antes. (Voltea a ver a todos lados, en busca de Salvador) Parece que Salvador no está... De hecho, ahora que lo pienso, tampoco estuvo en el funeral… Eso es rarísimo.

GUADALUPE: (Sorprendida) ¡Sí! Siendo que es como un familiar de Ximena, ¿cómo es que no la acompañó en el funeral de su hermana?

PATRÓN GUZMÁN: (Extrañado) ¡No lo puedo creer…! Además, tampoco lo vi por la hacienda el día que mataron a mi hija.

GUADALUPE: (Extrañada) ¡Pero si él siempre ha estado en el corredor a esa hora, preparando su elegante traje para el día siguiente! ¡Es tan responsable y atento…! ¿Cómo es que no llegó en toda la noche?

PATRÓN GUZMÁN: (Muy extrañado) No lo sé, pero… (Pensativo, se queda perplejo).

GUADALUPE: (Perturbada) ¡No quiero ni pensarlo…! ¿Usted cree que Ximena haya hecho todo sola? Digo, si para él Ximena era como la hija que nunca tuvo, ¿sería capaz de hacer lo que fuera por verla feliz…? ¿Hasta una locura como esa?

PATRÓN GUZMÁN: (Decepcionado) No lo sé, pero no creo que sea coincidencia el hecho de que no lo hayamos visto en ninguna de las dos ocasiones.

SALVADOR se acerca al PATRÓN GUZMÁN y a GUADALUPE.

SALVADOR: Buenos días… Les quiero desear fortaleza y pronta recuperación.

PATRÓN GUZMÁN: (Nervioso) Gracias, Salvador… (Lo mira fijamente a los ojos) ¿Por qué no fuiste al funeral?

SALVADOR: (Con voz temerosa) Perdóneme, señor, pero tuve un terrible dolor de cabeza que no me dejó ni levantarme de mi cama… Es una pena.

PATRÓN GUZMÁN: (Con voz convincente) ¡Ah, no hay problema! Solo quería preguntar.

SALVADOR: (Serio) Entiendo, señor… Los dejo para que sigan hablando.

GUADALUPE: (Nerviosa) Hasta luego.

PATRÓN GUZMÁN: (Serio) Adiós.

SALVADOR se aleja caminando lentamente hacia un extremo del escenario, pero sin salir de él.

GUADALUPE: (Convencida) Se miraba muy asustado. Él debe ser el culpable.

PATRÓN GUZMÁN: (Con voz aliviada) ¡Ya decía yo! Seguramente Ximena solamente le contó sus miedos a no heredar nada y Salvador decidió matar a María para que todo le tocara a Ximena… ¡Es un loco! Bajo ese temple tan serio se escondía una mente que nunca conocimos.

GUADALUPE: (Sorprendida) Caras vemos. Corazones no sabemos.

PATRÓN GUZMÁN: (Sorprendido, ve a Salvador que camina hacia el extremo derecho del escenario) ¿Por qué Salvador está saliendo de la hacienda?

SALVADOR sale.

GUADALUPE: (Emocionada) No lo sé… Voy a seguirlo, a ver a dónde se dirige.

GUADALUPE sale por el extremo derecho. Tras unos momentos también sale el PATRÓN GUZMÁN, por el izquierdo.

ESCENA 5

Un tapete color azul que simula ser un río. Una maqueta de árbol frente al tapete y una pared de cartón forman la escenografía.

SALVADOR entra por el lado derecho del escenario y se acuesta detrás de la maqueta de árbol. Entra GUADALUPE por el mismo lado. Después, el PATRÓN GUZMÁN y XIMENA entran por el lado izquierdo.

GUADALUPE: (Histérica) ¡Salvador! ¡Salvador…! ¿Dónde estás…? Quiero preguntarte algo. (Ve a Salvador y grita desesperadamente) ¡Aaaah!

PATRÓN GUZMÁN: (Impactado, se acerca presuroso) ¡¿Qué sucede?!

GUADALUPE: (Perpleja) ¡Salvador está tirado a la orilla del río, con un cuchillo de bronce, igual al cuchillo con el que asesinaron a María…! ¡Salvador se suicidó! (Empieza a llorar)

PATRÓN GUZMÁN: (Anonadado) ¡¿Qué?!

XIMENA: (Desconsolada, mira a Salvador en el suelo) ¡Nooo, Salvador! (Llora fervientemente).

PATRÓN GUZMÁN: (Más calmado) Entonces siempre fue él… ¡Salvador mató a María!

XIMENA: (Enojada) ¿Pero por qué tuvo que suicidarse…? ¡Salvador…! ¡¿Por qué lo hiciste…?! ¡Regresa…!

GUADALUPE: (Confundida) ¡Todo esto es una tragedia! ¡Una pesadilla de la que quisiera despertar! ¡Desearía que jamás hubiera pasado, pero ya no se puede hacer nada...! Señor Guzmán, esta no fue la más heroica de las soluciones; ni siquiera fue una solución. Sin embargo, el asesino de su hija está muerto, tal como usted quería… Mi mente puede descansar un poco más tranquila, sabiendo que el asesinato de María no se quedó impune. Siento que he honrado la memoria de su hija... Espero que a usted también le sirva de algo.

PATRÓN GUZMÁN: (Aliviado) Por supuesto que sí, Guadalupe. ¡Ahora mismo Salvador se debe estar pudriendo en el infierno, tanto por haber matado a mi hija como por haber tenido la cobardía de suicidarse! Sé que tendrá un castigo justo para la persona que fue.

GUADALUPE: (Contenta) ¡No sabe cuánto me alegro de escuchar eso de usted, señor Guzmán! La muerte de María no será fácil de olvidar, pero por lo menos le hemos dado una conclusión justa.

PATRÓN GUZMÁN: (Sonriendo) ¡Muy bien, Guadalupe, la felicito por su trabajo! Le ha traído paz a mi familia.

GUADALUPE: (Sonriendo) Bueno, por fin podré descansar un poco... Me retiro. (Camina hacia un extremo del escenario y se coloca detrás de la pared de cartón).

XIMENA: (Se limpia la cara con las manos) Ya se fue.

PATRÓN GUZMÁN: (Estresado) Si tan solo María no se hubiera enamorado de un negro, no tendría por qué haber muerto.

XIMENA: (Con voz irónica) ¿Ahora estás molesto conmigo por haberte dicho que mi hermana estaba embarazada? ¿Preferirías que nunca te hubiera comentado nada al respecto?

PATRÓN GUZMÁN: (Grita furioso) ¡Claro que no! Solo me da rabia... ¡Nunca hubiera aceptado el tener unos nietos mulatos! Preferí ver muerta a mi hija.

XIMENA: (Jubilosa) ¿Y dónde está el pago que me prometiste por acabar con la vida de mi hermana y la del único hombre que me quiso?

PATRÓN GUZMÁN: (Calmado) Ya firmé el testamento. Te quedarás con toda la herencia.


TELÓN

Tercer semestre

"Es una obra teatral muy bien escrita, creativa, aunque con temática fuerte. Toca temas muy actuales y pertinentes, como el racismo, el utilitarismo, el engaño, etc. Maneja muy bien el suspenso, logra atrapar la atención del lector(a) y lo hace con un buen vocabulario. Inclusive la propuesta escenográfica resulta muy apropiada y bien pensada, ya que con pocos recursos logra evocar los espacios que la obra requiere. Se ve que hay talento en este autor. Ojalá que continúe cultivando esta vocación".

Dra. Estela Salomé Solís Gutiérrez, integrante del Honorable Jurado Calificador