Concurso de Oratoria 2022

Premio único en la categoría A

(Alumnos de la Escuela Secundaria)

DISCURSO SOBRE LA PERSEVERANCIA


Seguramente todos hemos tenido un sueño que hemos querido cumplir. Al principio de querer alcanzarlo estamos motivados, pero al pasar de los días nos damos cuenta de que no es un fruto inmediato, que requiere de esfuerzo, preparación y dedicación, así que poco a poco desistimos, hasta dejar de buscarlo. A mí me pasó.

Honorables miembros del jurado calificador, señor director, queridos profesores, estimados compañeros, padres de familia:

Tengo el honor de dirigirme a ustedes para hablares sobre la importante virtud de la PERSEVERANCIA.

He fallado una vez tras otra en mi vida, y por eso es que he triunfado”. ¿Les suenan estas palabras? Son nada más y nada menos que del jugador de basquetbol más importante de todos los tiempos: Michael Jordan, al declarar que su inicio en este deporte no fue el mejor, cuando al querer ingresar al equipo de su escuela fue rechazado, principalmente, por su estatura y porque, aunque dio todo su esfuerzo en las pruebas, no poseía la extraordinaria capacidad física que nosotros conocemos.

Así que, después de la gran desilusión, llegó una gran frustración, pero se dio cuenta de que lo que lo haría sobresalir sería: ¡no rendirse y seguir adelante, a pesar de tener todo en contra!… De hecho, la manera en la que él pudo entrar al equipo fue como el chico que llevaba en sus manos los uniformes de los jugadores. Lo que él quería era entrar de alguna manera al equipo, dando así una muestra de su humildad.

¿Qué lo hizo llegar hasta donde está ahora? Principalmente, creer en él mismo, saber que por algo se empieza, perseverar en su sueño, entrenar duro y aprender lo que le fuera enseñado por sus entrenadores.

Las personas hoy en día, en especial nosotros los jóvenes, pensamos que todo lo que queremos alcanzar ¡NO necesita de tanto esfuerzo!, porque tenemos todo a la mano y tan fácil de conseguir que no somos pacientes.

¿A algunos de ustedes les suena este comportamiento?... A mí sí. Estuve a punto de rendirme en este concurso, porque me di cuenta, al empezar a escribir mi discurso, que tenía mucho que investigar; que no bastaba con mi conocimiento hasta ese momento; que iba a tener que sacrificar mi tiempo libre; que —aparte de escribir mi discurso— tenía que aprender tal vez a dominar mis nervios; y hasta llegó a pasar por mi mente que tal vez, si no lo hacía como se esperaba, podría incluso recibir críticas, y eso me empezó a quitar el sueño.

Sin embargo, entendí que esta es mi oportunidad para aprender; que lo que llegue a suceder con mi presentación me dará la experiencia para que, en los siguientes años, me pueda ir mejor.

La virtud de la perseverancia es la capacidad de seguir adelante a pesar de enfrentar problemas, desinterés, aburrimiento, frustración o deseos de rendirse. Una persona perseverante siempre termina lo que ha empezado y no deja las cosas a medias.

De bebés tenemos el deseo de aprender, tanto que perseveramos hasta caminar, correr, jugar por nosotros mismos, ¡porque hay motivación! Conforme crecemos queremos lograr cosas más complejas y, entre más difícil es, más fácil desertamos.

Aquella clase de guitarra que dejamos porque ya empezó a complicarse; aquella tarea que nos emocionó en un principio, pero, como teníamos que dedicarle más tiempo, mejor la dejamos a medias; aquel deporte que nos gusta, pero, como no queremos entrenar lo suficiente, desertamos…

¿De seguro ya nos acordamos de algo, verdad?

Y así, vamos arrastrando ese pensamiento, hasta que nos volvemos adultos que se rinden demasiado rápido o que incluso ni lo intentan, siempre buscando la manera más fácil de hacer las cosas tomando atajos para llegar a finalizarlas, perdiendo el interés y abandonando cuando todo se pone difícil.

¿Se imaginan a una niña de catorce años queriendo ejercer su derecho a estudiar en un país como Pakistán? Es el caso de Malala Yousafzai.

¡Ella enfrentó un atentado contra su vida porque quería ejercer su derecho a la educación! Aun después de esto siguió con su sueño, inspirando a más mujeres a hacer lo mismo, y lo logró a los diecisiete años, al obtener el Premio Nobel de la Paz por luchar por el derecho de los niños a la educación.

¿Y qué habría sido de Thomas Alva Edison? Sin la ayuda de su madre, que lo enseñó a no rendirse —¡porque los padres también motivan!—, y aunque lo expulsaron de su escuela a los ocho años y tuvo que dedicarse a vender periódicos en la calle, leyó, se preparó y, después de muchos experimentos, logró inventar la bombilla eléctrica, que cambió al mundo.

O Walt Disney, a quien le dijeron que le faltaba creatividad cuando fue despedido de un periódico. Desesperado y sin dinero, se enfrentó a críticas y más fracasos, hasta que finalmente, tras nunca rendirse y sin dejar de creer en él, sus películas comenzaron a ser un éxito. ¡Y ahora sí! A ser admirado.

El éxito es muy valorado por todos nosotros. Pero, antes de llegar a este éxito, hay un camino recorrido, muchas veces con tropiezos, fracasos, con personas que te pueden desanimar. Sin embargo, como ejemplo tenemos a estos personajes, que no permitieron que esto las alejara de su sueño.

Ahora bien, me parece interesante mencionar que, en el año 2019, la Universidad de Pensilvania publicó un estudio que realizó durante casi dos décadas, en el que menciona que las personas perseverantes tienen un riesgo mucho menor de sufrir ataques de pánico, ansiedad y depresión. Esto nos lleva a tener mayor resiliencia ante cualquier problema.

Así que, ¿qué nos puede ayudar a ser perseverantes?

Levantándonos después de cada caída, motivándonos, siempre sabiendo distinguir entre lo importante y lo no importante que solo nos quita tiempo.

Además, nunca perder nuestro objetivo, más aún en los momentos difíciles, y ser positivos, porque todo va a estar bien.

Compañeros, ¡motivémonos! ¡Desarrollemos nuestros dones y virtudes, disfrutemos de cada etapa, triunfo o fracaso, aprovechemos al máximo las oportunidades que se nos presentan y tengamos muy presente que podemos lograr nuestros sueños!

¡No depende de suerte! Será nuestro esfuerzo el que nos dará la recompensa, no solo ofreciendo de nuestra parte lo ordinario, sino siempre dando el extra, para que entonces lo que hayamos dado se convierta en algo extraordinario.

¡Gracias!

Primer grado de secundaria

Escucha a Ximena pronunciar su discurso: