Concurso de Narrativa 2022

Tercer lugar

de la categoría A

(Alumnos de la Escuela Secundaria)

LA TRAVESÍA DE UN ENCIERRO


Mis pensamientos se tuercen. Pienso en los segundos, minutos y horas que transcurren cada día viéndolo como una rutina, una aburrida rutina. “Ya no hay días buenos, solo días”. Esta frase se está volviendo peligrosamente recurrente. Pero el hecho de que no estoy solo me hace sobrellevarlo.

Actualmente la situación es muy importante y sorpresiva, puesto que nadie de las personas que conozco se había enfrentado a un acontecimiento tan extremo. Estoy hablando de que se haya impuesto una cuarentena mundial con un paro total en México; por ejemplo, en marzo, que comenzó la cuarentena en Baja California, los lugares, como los restaurantes, cerraron al público.

Al principio me sentí muy apantallado por el hecho de que mi primer grado de secundaria se vería interrumpido y, peor aún, mi segundo y, posiblemente, mi tercer ciclo se verían igualmente comprometidos. Me sentí un poco triste, porque no vería a mis amigos de la misma forma ya que comenzaran las clases en línea.

Las clases por internet empezaron inmediatamente el mes de marzo en el Instituto Salvatierra. Recuerdo que nos dijeron cómo funcionaría el ciclo entero. Además, nos indicaron las plataformas en las que trabajaríamos y los recursos que utilizaríamos. Abril fue todo un reto, dado que me tuve que acostumbrar y también tuve que aprender a usar a detalle varios programas, como Word o PowerPoint, y tener que resolver tareas en libros digitales.

Este tiempo me produjo un gran impacto, porque en el mes de mayo dejé de entrenar y, por ello, perdí condición, ya que los ánimos se desvanecieron por esto mismo. Como consecuencia, me notaron un poco decaído, y no solo mis amigos y mis papás, sino también mis profesores.

El mes siguiente, junio, se iba a cerrar mi primer grado escolar, por lo que ya estaba un poco acostumbrado y, sobre todo, un poco más cómodo. Terminé un ciclo muy sólido, pero con sensaciones agrias y un poco satisfactorias.

En julio fue mi cumpleaños y, a pesar de todo, me la pasé increíble. Al igual que al comienzo de la cuarentena, estuve un poco decaído, porque vi a mis amigos solamente en la caravana y para una foto, así que fue muy rápida y vaga la interacción. No obstante eso, mis vacaciones fueron asombrosas.

Pero en agosto comencé a ponerme en forma y a entrenar, aunque me costó mucho, porque no tenía condición y ahora debía adaptarme al entrenamiento. Eso es una de las cosas más difíciles que hay en la vida.

Adelantando un poco, esta semana de diciembre ha sido un poco dura y desesperante, y no solo por el hecho de que ya casi son las vacaciones, sino que me enteré de que una amiga tiene covid. No he salido mucho y no saldré hasta enero.

En todo este tiempo me he enfocado en entrenar mi cuerpo y entrenar basquetbol, porque creo que la clave para sobrellevar la cuarentena es mantenerse ocupado. También he intentado aprender a editar, pero no he investigado mucho.

En estos meses, aunque hay que tener una buena cara, se me han presentado cosas que no me gustan de la cuarentena, especialmente las clases en línea. Yo entiendo perfectamente que se necesiten reanudar las clases y comprendo que la situación no da para más opciones, pero no me agrada para nada la modalidad.

Sin embargo, no todo en esta cuarentena es malo, porque, gracias al tiempo encerrado, mi forma de pensar ha cambiado. He aprendido que el universo es tan grande y el tiempo tan corto como para preocuparse por cosas pequeñas. Otro aspecto que comprendí es que cada detalle, cada emoción, cada momento, hay que disfrutarlo sin importar qué, además de que puedo convivir un poco más con mis padres y con mi hermano.

No obstante, creo que fue un alivio, pues el logro medioambiental mejoró mucho y creo que nos hizo más agradecidos con lo que tenemos y más conscientes de algunas cosas, como la higiene.

Todo este tiempo me hizo madurar y darme cuenta de algunos aspectos de la vida. Logré darme cuenta de que todo se tiene que disfrutar.

Espero que este caos termine, espero que pueda aprovechar mi tiempo en la secundaria y lo que conlleva. Tengo la esperanza de que el próximo año va a ser maravilloso y compensará este.

"Un texto ameno que lleva a un excelente cierre".

Daniela Villarreal Grave, integrante del Honorable Jurado Calificador


Tercer grado de secundaria