Concurso de Narrativa 2022

Tercer lugar en el género de ficción narrativa

de la categoría B

(Alumnos de la Escuela Preparatoria)

EL MISTERIOSO CANTAR DEL QUETZAL


Hermano, está bien. Solo te diré que no hay que ser tan obsesionado con los ruidos que crees escuchar, ya que es de mala suerte ser supersticioso.

Al terminar de decir estas palabras, ella te abrazó y, después de que te diera un cariñoso beso en la mejilla, decidió retirarse a su habitación, dándose la vuelta y marchándose.

Tú, creyendo con firmeza que lo que ella te había comentado era realmente la verdad y que solo tu imaginación o un sueño había jugado contigo, en ese preciso instante oíste de nueva cuenta aquel misterioso ruido que era similar al de un quetzal.

Una mañana del año 2004, al estar en tu iluminada y cálida casa, despertaste intrigado debido a un cantar que habías escuchado durante la noche y rápidamente decidiste compartir tu dilema con tu hermana, puesto que, en ese tiempo, su relación era semejante al verdadero amor que sus padres tenían.

Entraste a su tranquila habitación con una expresión en tus ojos que reflejaba duda. Mientras ella estaba revisando las redes sociales en su celular, la interrumpiste hablándole más preocupado que cuando tienes examen de matemáticas al día siguiente y no estudiaste lo suficiente para aprobarlo:

–Susana, ¿escuchaste el cantar de anoche? Creo que ese ruido es similar al canto de un quetzal, según lo que he investigado en internet.

Dejando a un lado su celular, tu bella hermana de piel morena, ojos marrones color canela, anteojos redondos, una gran inteligencia, pero con el coraje que el sargento presenta ante sus cadetes, te respondió:

–¿Te has vuelto loco? No he escuchado ningún ruido por las noches. Sólo sé que no sé nada de ese cantar. Además, ya te he dicho que aquí es difícil escuchar ruido alguno.

Y, bajo un silencio ensordecedor, se retiró, sembrándote la duda de si realmente ella tenía la razón.

Desesperado por demostrarle que ese sonido era real, continuaste consultando en tu computadora varias páginas de internet. En la tercera de ellas encontraste que el canto era similar al de un quetzal.

Durante varias noches y con la valentía elevada por los cielos, te desvelaste con la intención de encontrar el ave; sin embargo, al no tener éxito, tomaste la decisión de escuchar a tu hermana y dejar la búsqueda a un lado.

Una mañana, mientras ambos desayunaban tranquilamente, pensaste en lo que te había comentado unos días antes y decidiste disculparte de forma amable con ella:

–Creo que fui muy paranoico al haberte compartido mi opinión. ¿Podrías disculparme?

Ella te contestó, también con mucha amabilidad:

–Hermano, está bien. Solo te diré que no hay que ser tan obsesionado con los ruidos que crees escuchar, ya que es de mala suerte ser supersticioso.

Al terminar de decir estas palabras te abrazó y, después de que te diera un cariñoso beso en la mejilla, decidió retirarse a su habitación, dándose la vuelta y marchándose.

Tú, creyendo con firmeza que lo que ella te había comentado era realmente la verdad y que solo tu imaginación o un sueño había jugado contigo, en ese preciso instante oíste de nueva cuenta aquel misterioso ruido que era similar al de un quetzal.

"Gran agilidad para crear escenarios, excelente microcuento".

Daniela Villarreal Grave, integrante del Honorable Jurado Calificador


Sexto semestre de preparatoria