Los textos de las lecturas

Diario de lectura

LAS BATALLAS EN EL DESIERTO


10 de octubre de 2022

El día de hoy inicié con la lectura de la novela Las batallas en el desierto, de José Emilio Pacheco. Fue un regalo de mi nana, junto a otro libro que probablemente leeré más adelante.

Leí cuatro capítulos, los cuales me dieron un contexto de la época en que estaba ambientada la historia. En el primero, enumeraba los programas de radio, las marcas de coches, los conflictos y las canciones de moda. Fue el año de la poliomielitis, la fiebre aftosa y la mexicanización de diversos términos en inglés, todo durante el período presidencial de Miguel Alemán.

En el segundo capítulo, el protagonista y narrador presentó a cuatro nuevos personajes: Jim, nacido en San Francisco; Toru, procedente de un campo de concentración japonés; Peralta, becado que vivía en la colonia Doctores, y Rosales, de la misma condición que Peralta. Por su parte, explicó que él residía en la colonia Roma, donde se encontraba el “Hombre del Costal”, el famoso robachicos.

También habló sobre sus juegos en los recreos de la escuela: se dividían en dos bandos y jugaban a la guerra de Israel contra la Liga Árabe. Comenzaban “las batallas del desierto”, que fueron llamadas así debido al patio donde se libraban: de tierra y polvo de tezontle, sin árboles, sin plantas, con un pasadizo subterráneo construido en épocas de la guerra cristera.

La familia del protagonista era católica; incluso le prohibían reunirse con ciertas personas, como Jorge (mi tocayo), por ser hijo de un general que combatió a los cristeros.

El tercer capítulo me pareció poco relevante. El narrador solo expuso la situación familiar de Jim (era hijo de un funcionario millonario cercano al presidente Alemán) y especificó más sobre sus propias actividades al salir de la escuela. El cuarto capítulo fue muy parecido al anterior, con la diferencia de que agregó datos importantes: él tenía muchos hermanos, su madre se mostraba sumamente conservadora y su padre pasaba por un mal momento, pues su fábrica de jabones estaba enfrentando dificultades frente a la competencia estadounidense.

Me gustó cómo inició el libro, pero analizar y obtener datos importantes para agregarlos a este diario fue difícil. Me pareció muy interesante que todo lo que mencionaba la novela era relacionado con la guerra por parte del protagonista, quien demostró estar totalmente en contra de cualquier acto bélico. Creo que la forma en que expresaba sus ideas era muy madura, considerando que probablemente se trataba de un estudiante de secundario.

11 de octubre de 2022

Hoy leí cuatro capítulos, igual que ayer. El quinto capítulo del libro me tomó por sorpresa. El narrador fue a casa de Jim, donde probó los Flyers Sandwiches, jugó con todos los juguetes que el padre de su amigo le había traído a este desde Estados Unidos. Finalmente, conoció a la madre de Jim, Mariana. El protagonista se enamoró de ella, pero, considerando la gran diferencia de edad que existía entre ambos, se trataba de un romance imposible. El sexto capítulo fue de solo cinco páginas, todas sobre el narrador, que aprovechaba cualquier oportunidad para ver a la mamá de su amigo.

En el séptimo capítulo, Carlos (finalmente se reveló el nombre del protagonista) hizo lo impensable: escapó de la escuela y le confesó su amor a Mariana. Sorpresivamente, en lugar de enojarse o acusarlo con sus padres, ella se portó comprensivamente y le explicó por qué nunca habría nada entre ellos. Lo despidió con un beso y el protagonista salió de la casa, bastante confuso. Sin embargo, fue descubierto por Jim y el profesor Mondragón.

En el octavo capítulo, Carlos enfrentó las consecuencias. Acusado de ser un monstruo corrompido, fue llevado a una iglesia, donde se confesó ante el padre Ferrán, para después comulgar y ser conducido a un consultorio psiquiátrico. Lo interrogaron, le realizaron diversas pruebas y lo juzgaron como un niño sobreprotegido, y después como un joven sin afecto familiar.

El libro me enganchó totalmente. La forma en que se desarrolla la historia, cómo Carlos pasó de ser el hijo ejemplar de la familia a un pervertido que tenía problemas. Me provocó mucha tristeza la narración de los exámenes médicos parece que nunca habían visto a alguien enamorado.

12 de octubre de 2022

Hoy terminé los últimos cuatro capítulos. Los capítulos 11 y el 12 narraban un trasfondo de la familia. La personalidad de la madre se descubrió completamente: demostró ser una persona totalmente irracional, cegada por su fe, que buscaba culpables en lugar de entender el problema. Héctor, el hermano de Carlos, era un absoluto loco, que forcejeaba con mujeres, principalmente sirvientas, de ahí que sintiera simpatía por el protagonista, pues le había quitado su puesto como la oveja negra tras el incidente con Mariana. También, la hermana de Carlos, Isabel; había tenido un noviazgo con un exactor infantil, borracho y maloliente. Ella lo idolatraba, pues consideraba que era su única oportunidad de besar a un artista de cine. Pero, al no haber conseguido trabajo y hundido en el alcoholismo, Esteban (el novio) se suicidó.

Finalmente, Carlos fue enviado a una nueva escuela; sin embargo, no podía dejar de pensar en Mariana.

Capítulo 12. El padre del protagonista había vendido su fábrica y se convirtió en gerente de una empresa norteamericana. Sus hermanas estudiaban en Texas y su hermano Héctor, en Chicago. Cierto día Carlos iba en un autobús cuando miró a Rosales vendiendo chicles. Fue con él y lo invitó a comer. Ahí, su excompañero empezó a explicarle todo lo que había ocurrido en la escuela tras el incidente de Mariana y la desaparición del protagonista. Entonces, Rosales contó lo peor de la historia…

Mariana había muerto. Acompañó al padre de Jim (que resultó no ser su verdadero padre) a un evento en la colonia Las Lomas. Ahí, realizó comentarios sobre el gobierno, que molestaron a su acompañante. Este la abofeteó y la insultó frente a todos. Mariana regresó a casa y se suicidó. Al día siguiente fue encontrada bañada en sangre. Jim se mudó a San Francisco.

Carlos se dirigió al edificio donde vivía Mariana: sobornó al portero, interrogó a los residentes, investigó por todos los medios, pero no encontró nada. Regresó a casa y, después de unos días, se estableció en Nueva York.

La escuela fue demolida, el edificio de Mariana también; la colonia Roma, la casa de Carlos, todo fue demolido. De aquel México y de aquel suceso no quedó ningún recuerdo.

¡Me encantó! El desenlace fue bastante impactante y la incertidumbre en la que el autor nos dejó es de alguna forma dolorosa, pues nunca sabremos si realmente pasó todo eso o fue una historia inventada por el chico vendedor de chicles. ¡Excelente libro!