Materiales para jóvenes


Sábado Santo

Reflexión del día: "¡Vete al infierno!"

Motivación

Hoy es el día sin Jesús. Si el jueves y el viernes le hemos acompañado en su enseñanza del amor y del servicio, en la comunión con su grupo de seguidores, en la obediencia a la voluntad del Padre en su vida, en la entrega de su vida hasta la muerte, hoy nos queda velar el sepulcro. Al alborear del domingo, resucitará.

Al caer la tarde, llegó un hombre rico, llamado José, natural de Arimatea, que también se había hecho discípulo de Jesús. Este José se presentó a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Pilato mandó que se lo entregaran. José tomó el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia y lo puso en un sepulcro nuevo que había hecho excavar en la roca. Rodó una piedra grande a la puerta del sepulcro y se fue. María Magdalena y la otra María estaban allí, sentadas frente al sepulcro”. (Evangelio de Mateo 27, 57-61).

Después de su muerte, un discípulo reclama el cuerpo de Jesús para darle sepultura como prescribe la ley judía (Dt 21, 22,23). José de Arimatea es el último de una serie de personajes que han sabido acompañar a Jesús en el trance de su pasión: la mujer de Betania (Mt 26, 6-13), la mujer de Pilato (Mt 27,19), los soldados (Mt 27,54), las mujeres (Mt 27, 55-56.61). Su actitud contrasta con la de los discípulos, que abandonaron a Jesús en la hora definitiva.

Dice nuestro credo:

Fue crucificado, muerto y sepultado. Descendió a los infiernos. Al tercer día, resucitó de entre los muertos.

Y tú, ¿qué puedes hacer hoy? Pues eso, velar el sepulcro e ir al infierno. ¿A qué? A dejar enterrado lo que en lo más profundo de tu corazón, te impide ser fiel a Jesús. Te propongo unos sencillos recursos para que pienses qué debes dejar enterrado y bien enterrado en el infierno, y empieces a disponer tu vida a la resurrección. Que también esta noche en tu vida resucite un TÚ NUEVO. No es necesario que uses todo. Lo que más te ayude en tu reflexión.

Propuesta 1: Imagen

Resucita Jesús. Resucita el AMOR, la VIDA en plenitud. Piensa qué hay en tu vida que debe quedar enterrado, sepultado. Jesús es el que te resucita a ti, el que te rescata. Piensa de qué debe rescatarte Jesús.

Hemos celebrado en estos días que estamos llamados a amar de verdad, y también que muchas veces no lo hacemos. Ambas cosas tienen su origen en nuestro interior. Porque en el fondo, todo lo que celebramos en la Pascua tiene una relación profunda con nuestro corazón, con sus deseos y con sus heridas, con sus inclinaciones y con sus defensas.

Pide a Dios que transforme tu corazón.

Desciende a tus propios infiernos, al lugar donde nacen tus traiciones, cobardías, injusticias, miserias, infidelidades a Dios, a ti mismo y a los demás…. El lugar donde Jesús te invita a dejar todas esas heridas profundas, todo ese lado oscuro, todo ese dolor que cargas en tu vida. Él se hace cargo de tu dolor, para que puedas salir de ahí resucitado.

Puedes ayudarle a preparar tu corazón para que, esta noche, toda nuestra vida resucite se convierta en una Vida nueva, plena, resucitada junto a Jesús.

Propuesta 2: Vídeo

Luggage (Rob Bell), con subtítulos

Mira el vídeo. Está en inglés, pero puedes ponerle los subtítulos en castellano.

Extraigo algunos párrafos para tu reflexión:

  • Es como si todos mis conocidos tuvieran heridas. Y algunas son pequeñas. Nada grave. De las que sales adelante. Pero muchas personas tienen heridas grandes, serias y muy profundas.
    ¿Cuáles son tus heridas en este momento? ¿Cuánto te duelen? ¿Dejas que Jesús las cure?

  • Queremos dejar eso atrás, pero… ¿cómo? ¿O te ha pasado que crees que ya pasó, que todo está bien, que está en el pasado, y de repente te encuentras con la persona, o te encuentras con algo que te recuerda a ello o lo que te hizo, y todo regresa peor que nunca? Y pensabas que lo habías superado pero ahora lo tienes más que antes y la herida es real y duele más que nunca. Y entonces pasa un día, o una semana, o diez años más, y se ha convertido en parte de ti. Es como si no pudieras quitártelo, no pudieras dejarlo atrás y entonces la venganza se vuelve nuestra única esperanza. Y no somos libres.
    ¿Qué andas cargando? ¿Cuánto te pesa? ¿Estás dispuesto a enterrarlo, a dejarlo en las manos de Jesús?

  • Entonces, la venganza es como decirle a Dios: “No confío en ti. De hecho, creo que yo puedo hacer tu trabajo mejor de lo que tú puedes”. Y estaba con unos amigos hablando sobre la idea de lo que es en realidad la venganza en los niveles espirituales más profundos y como una forma enferma de vivir.
    Pero la venganza no satisface, ¿verdad? ¿Alguna vez has puesto las cosas en orden o te has vengado y luego te sientes bien contigo mismo? Es que la venganza no funciona, ¿o sí?

  • Creo que por eso la libertad es tan central en las enseñanzas de Jesús. Como si en el corazón de su mensaje estuviera la declaración de que Dios nos ha perdonado de todos nuestros pecados. No usa nuestro pasado en nuestra contra. Porque ninguno tenemos las manos limpias, ¿o sí? Todos hemos hecho algo mal. Pero con Jesús no hay condenación, no hay una lista de cosas malas, no hay un juicio. Es como si la cruz nos dijera: “No uso el pasado en tu contra”. Jesús nos da la imagen de un Dios que está lleno de amor, de gracia, de misericordia, de perdón.
    ¿De qué necesitas ser perdonado por Jesús?

  • Perdonar es soltarlo, el liberarlo, es dejar el deseo de venganza. Pero, al fin de cuentas, perdonar a alguien es desear que le vaya bien. Tengo que esperar que el bien llegue a su vida. Porque si a algunos puedo desearles el bien y que les vaya bien y sigo deseando que los castiguen es porque aún no los he perdonado. Tal vez el verdadero sentido del perdón no son las otras personas. Cuando hablamos de liberar y de dejar pasar, tal vez el perdón es realmente sobre mí, y sobre ti, y sobre nosotros. Porque cuando perdono a alguien y lo dejo libre es como si en verdad me estuviera liberando a mí mismo. Cuando los perdono y ya no me deben nada, en realidad me estoy liberando a mí mismo. Si sigo cargando con todas esas cosas es una forma miserable de vivir.
    ¿Has vivido alguna vez esta experiencia de perdonar, que te libera a ti? ¿Necesitas perdonar algo o a alguien?

  • Y ahora comprende que puedes perdonar como ya has sido perdonado. Comprende que puedes darle a otros lo que te han dado a ti. Comprende que está en tu poder liberar a alguien y darte cuenta que eres tú. Y comprende que debes hacerlo hoy porque tal vez no tengas otra oportunidad.