Materiales para jóvenes


Sábado Santo

Oración: “Buscados”

Sitúate en clave de oración

  • Hoy sábado el silencio inunda nuestra oración. Un silencio que viene del sepulcro donde Jesús ha sido enterrado, de la soledad del Calvario… Un silencio que estos días llena nuestras calles. Un silencio denso y espeso que no siempre es fácil sobrellevar…

  • Hoy es también un día para acercarse a Jesús con humildad, mirando nuestras heridas que por el son acogidas…

Haz silencio en tu interior…

Y en ese silencio mira tu herida, por donde se te va la vida, por donde has dañado a otros, la que te aleja de Dios… y también a la que Él se acerca desde su misericordia.

Oración para comenzar

“Espíritu Santo, misterio de una presencia, tú nos dices a cada uno: “¿Por qué inquietarte? Solo una cosa es necesaria: un corazón a la escucha para comprender que Dios te ama y siempre te perdona”

Composición de lugar

En esta mañana intenta visualizar un lugar que te inspire soledad y vacío. Intenta colocarte en ese lugar, siente, toca, escucha, incluso huele esa soledad, ese silencio que te rodea… Allí es donde Jesús va a encontrarte con su perdón y misericordia.

Escucha la Palabra: Os 6, 1-6

Venid, volvamos al Señor: él ha desgarrado, él nos curará; él ha herido, él nos vendará. En dos días nos dará la vida, al tercero nos levantará y en su presencia viviremos. Esforcémonos en conocer al Señor. Es cierta como la aurora su venida: vendrá a nosotros como viene la lluvia, como la lluvia de primavera que fecunda la tierra. ¿Cómo he de tratarte, Efraín? ¿Cómo he de tratarte, Judá? Vuestro amor es como nubecilla matinal, como el rocío que se esfuma presto. Por eso te hice pedazos; por medio de los profetas, te he matado con las palabras de mi boca, y mi justicia brota como la luz. Porque yo quiero amor, no sacrificios; conocimiento de Dios, y no holocaustos.

Interioriza/Medita

Reconoce ante el Señor todo lo que te aparta de Él y de los demás, todos esos gestos pequeños o grandes que van haciendo más pequeño tu amor… pero ante ello, reconoce la misericordia y el perdón de Dios. Siente como Él te levanta, una vez más y te atrae hacia Él, como quiere que estés a su lado… porque no es la muerte y el dolor quienes tienen la última palabra sino la Vida y la esperanza.

Oración final

Lo más importante no es:

Que yo te busque,
sino que tú me buscas en todos los caminos. (Gen 3, 9)

Que yo te llame por tu nombre,
sino que el mío está tatuado en la palma de tu mano. (Is 49, 16)

Que yo te grite cuando me faltan las palabras,
sino que tú gimes en mí con tu grito. (Rm 8, 26)

Que yo tenga proyectos para ti,
sino que tú me invitas a caminar contigo hacia el futuro. (Mc 1, 17)

Que yo te comprenda,
sino que tú me comprendas en mi último secreto. (1 Cor 13, 12)

Que yo hable de ti con sabiduría,
sino que tú vives en mi, y te expresas a tu manera. (2 Cor 4, 10)

Que yo te ame con todo mi corazón y todas mis fuerzas,
sino que tú me amas con todo tu corazón y todas tus fuerzas. (Jn 13, 1)

Que yo trate de animarme y planificar,
sino que tu fuego arde dentro de mis huesos. (Jer 20, 9)

Porque, ¿cómo podría yo buscarte, llamarte, amarte...
si tú, no me buscas, llamas y amas primero?

El silencio agradecido es mi última palabra,
y mi mejor manera de encontrarte.