UNA CARTA A PADRES SEPARADOS
Bienvenidos a este breve artículo, escribirlo no fue fácil, de verdad le pedí al Espíritu Santo
que escribiera estas líneas para que al leerlas pudieran identificarse y lo más importante
reflexionar, interiorizar y ¿por qué no?, cambiar, tomar acciones al reconocer que quizás
hay algo que no se está haciendo bien o que definitivamente está fuera del orden de Dios.
Un divorcio o una separación no es un proceso de vida fácil, existen tantas variables y
tantas dinámicas que entrar en detalle tomaría muchas líneas y al mismo tiempo sería
minimizar la realidad de cada familia y persona que finalmente tomó esta decisión: Violencia
intrafamiliar, infidelidades, economía, y un largo etc. Cada motivo es particular pero tiene
algo en común, el dolor, tristeza, sufrimiento y quizás resentimiento, la necesidad de
elaborar un duelo y la inminente búsqueda de superarlo y salir adelante con mayor fuerza.
Algunos pueden experimentar culpa e incluso sentimientos de venganza.
Ahora bien , cuando hay hijos en común, la situación puede tornarse más compleja para
algunas familias. Un corazón herido, la inmadurez espiritual y emocional e incluso algunos
síntomas de trastornos mentales pueden ser una bomba para que, en medio de un divorcio
o separación lo que puede ser una transición pacífica termine siendo en realidad una batalla
campal. Jeremías 17:9-10 dice “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y
perverso; ¿quién lo conocerá? Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón,
para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.”
Los hijos: Regalo, herencia maravillosa que Dios entregó a los padres. Muchos
matrimonios se mantienen unidos solo por los hijos, sin embargo, es importante entender
que nuestros hijos nos necesitan sanos, equilibrados y realmente en paz, no perfectos pero
si coherentes. Esto no es un mensaje para alentarte si estás pensando en divorciarte, todo
lo contrario, es realmente un llamado a reconsiderar , a perdonar y trabajar mutuamente
para avanzar y fortalecer los lazos matrimoniales , sin embargo, si ya el divorcio está dado
entonces este es un mensaje para cuidar su corazón y el corazón de sus hijos.
Comparto entonces unas líneas de un artículo muy interesante de Isabel Andrickson:
“Tengamos en cuenta tres principios que extraemos de Santiago 1:19: [Que cada uno seapronto para oír, tardo para hablar, tardo para la ira]:
. Sé pronto para oír.
En la vorágine del dolor e incertidumbre del divorcio, estemos alerta de no caer en la trampa
de asumir, interpretar, o imaginar qué preocupa o atemoriza a nuestros hijos. Evitemos el
error de tratar asuntos que quizá ellos todavía no están preparados para oír o que nisiquiera han pasado por sus mentes.
. Sé tardo para hab<lar.
Estar más dispuesta a escuchar que a hablar es un verdadero reto cuando lo único que
quieres y sientes que necesitas es desahogarte, que te escuchen a ti. ¡Pero no lo hagas con
tus hijos! En cambio, acude a tus amigas y hermanas en Cristo que puedan darte palabras de aliento, exhortación, y ánimo con la Palabra, según sea necesario.
. Sé lento para la ira.
En el original griego la palabra para ira es orgé, que significa pasión violenta y enojo. Ellas
son emociones que pueden brotar como parte del barullo del divorcio y se manifiestan en nuestras palabras.
Si hablamos con ira, eventualmente cosecharemos frutos amargos (Gá. 6:7, He.
12:15). Nuestros hijos, si nos dejamos llevar por la ira, formarán parte de las fatídicas
estadísticas sobre hijos de padres divorciados: deserción escolar, delincuencia,
drogas. Peor aún, pudieran pecar al ser tentados por nuestro propio enojo”.
Familias, siempre en común y para la eternidad, juntos o separados tendrán el enorme
privilegio y responsabilidad de criar, cuidar y guiar a sus hijos. Por favor, no caigan en el
error de la alienación parental, en conllevar a sus hijos al sufrimiento de la culpa y a
exacerbar el conflicto de lealtades en sus corazones. Obrar con inteligencia espiritual -
emocional y guiados por DIos es determinante pues no estarás bajo el dominio de la rabia,
frustración, dolor . Podrás tomar decisiones asertivas que beneficien a tus hijos y que
guarden tu corazón. Definitivamente muchas cosas humanamente hablando podrán salirse
del tu control pero crecer en carácter permitirá que puedas entender que el perdón no es
algo que se deba postergar, el orgullo si es algo que debes dejar atrás.«La soberbia de tu
corazón te ha engañado» (Abd 1:3) y finalmente reposar en la promesa de que a los que
aman a Dios todas las cosas les ayudan para bien. Romanos 8:28.
Si estás atravesando por un divorcio o separación dolorosa o no sabes cómo manejarlo con
tus hijos, no sientan temor de poder comunicar y buscar ayuda profesional y ministerial de
ser necesario, tu salud mental y la de los tuyos es una prioridad y es realmente importante
para Dios que así sea: “Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su bienestar y
no para su mal, a fin de darles un futuro lleno de esperanza. Yo, el Señor, lo afirmo”.
Jeremías 29:11.
Martha de la Hoz Mejia
Psicóloga - departamento de Bienestar educativo BIS.