MATEMATICAS PARA LA VIDA
La presencia de las matemáticas en nuestra vida es innegable. Cada vez que decidimos practicar algún deporte, preparar algún platillo, ir de compras, jugar con nuestros hijos o plantar una planta, estamos entrando en relación con conceptos básicos de esta ciencia; de allí la importancia de reflexionar acerca de la forma como se desarrollan los procesos de enseñanza y aprendizaje en la etapa de educación inicial de nuestros niños y niñas, pues es en este momento donde se construyen los cimientos que sostendrán los aprendizajes que construirán a lo largo de su vida.
Antiguamente se consideraba que los estudiantes no contaban con conocimientos matemáticos previos y que la única forma de aprender era a través de la implementación de técnicas memorísticas; posteriormente y con la aparición de las investigaciones de Piaget, Bruner, Mialaret, y demás autores, se descubrió que antes de empezar el proceso de escolarización (formal o informal) los niños y niñas ya cuentan con conocimientos previos acerca del número, la geometría y la medición; estos conocimientos son producto de la interacción que ellos tienen con el entorno y de la estimulación que reciben en cada uno de sus hogares.
En este momento seguramente te estarás preguntando: ¿Cuál es la mejor forma de brindarle este tipo de experiencias y estímulos a nuestros niños? Y la respuesta es sencilla, a través del JUEGO.
El juego es considerado como una de las actividades rectoras en la primera infancia, pues por medio de estas los infantes logran relacionarse con los otros y con el espacio que habitan, y de esta manera construir aprendizajes para la vida. Además de favorecer la construcción de vínculos afectivos, el juego es una poderosa herramienta que incentiva en los niños y niñas el desarrollo de la atención, la memoria activa, la ubicación espacial, entre otras; es decir que la primera forma en que los niños comienzan a “estudiar” es a través del juego.
Existen diferentes tipos de juegos que nos pueden acercar a los infantes al desarrollo del pensamiento matemático, entre estos tenemos:
Juegos de ejercicios (MOTORES): el foco de este tipo de juego es la ejecución de movimientos corporales (“ejercicios”) simples, donde los infantes deben copiar o repetir determinadas acciones. Este tipo de juegos pueden realizarse con el apoyo de objetos o sin ellos.
Juego simbólico: se incentiva a los infantes a utilizar su imaginación para crear diferentes situaciones donde ellos podrán convertirse en diferentes personajes o cambiarle sentido a los objetos o espacios.
Juegos de construcción: para desarrollar este tipo de juego, se requiere la presencia de diferentes tipos de piezas (legos, cubos, material reciclado, entre otras) con las cuales los niños y niñas puedan elaborar representaciones concretas a partir de la combinación de cada una de ellas.
Al jugar, ya sea de forma libre o dirigida, los infantes realizan un proceso de abstracción de información, base fundamental para la construcción y comprensión de los conceptos matemáticos. Inicialmente los niños y niñas para entrar en relación y utilizar estos conceptos requerirán de la presencia de los objetos concretos (es decir, los elementos utilizados en el juego), posteriormente y en la medida en que avancen en su proceso de maduración serán capaces de realizar operaciones mentales y utilizar dichos conceptos de forma abstracta.
En la medida en que comencemos a considerar a las matemáticas como parte fundamental de nuestra vida, lograremos gestionar espacios significativos donde la cotidianidad y el juego se convertirán en mediadores significativos en el proceso de enseñanza-aprendizaje de nuestros niños.