Contaremos cómo las galaxias tienen un origen cuántico. Es decir, éstas se forman en los pozos de potencial gravitacional minúsculos generados durante una época muy temprana de la historia del universo como fluctuaciones cuánticas microscópicas. En esa época, caracterizada por energías más altas que las accesibles a experimentos terrestres, el universo se expandió a un ritmo vertiginoso e hizo que esas fluctuaciones microscópicas se expandieran a escalas macroscópicas. De esa manera, caracterizar las propiedades estadísticas de la distribución de galaxias es medir la misteriosa física del universo en la etapa más temprana de su evolución.