Objetivo 6
Metas del Objetivo 6
Fundamentos y Principios
La relación con los otros seres humanos tiene varios niveles. Se inicia en la familia y se acrecienta en la sociedad en sus diversas especificaciones de género, etnia, cultura y lengua. En estas relaciones entran en juego verdades, valores y actitudes que, a su vez, están condicionados por la historia, el derecho, la política, la economía, la educación y la geografía. Estas relaciones, a veces, están cargadas de respeto, de acogida y de solidaridad; y otras, de sospecha, de hostilidad y de explotación. En un mundo cultural marcado por la pluralidad y la diversidad, es necesario formar para la participación activa en la vida social35, con un “sentido crítico respecto a los acontecimientos de la vida” y en la apertura “a nuevas formas de vida y de servicio que se inspiren en la visión franciscana del mundo y del hombre”. La relación con los otros se desarrolla en la familia y en las sociedades civiles en diversos niveles: local, regional y mundial. En todos ellos, se demanda el respeto y la aceptación de la persona, su inviolabilidad y derecho, como también una inserción serena y asertiva en las realidades sociales a partir de su patrimonio cultural. En la espiritualidad franciscana, los conceptos de fraternidad y minoridad constituyen el centro o el núcleo fundamental de las relaciones interpersonales. El “ser hermanos” tiene su fundamento en la verdad revelada de que todos somos hijos de un mismo Padre y el “ser menores” en la actitud de Jesús quien, siendo el Maestro y el Señor, asumió la condición de los siervos y se puso al servicio de sus hermanos. En torno a estos dos elementos constitutivos se aglutina y desarrolla una variedad muy grande de valores humanos, cristianos y franciscanos. (Id y Enseñad, p. 24)