Yo soy Vera, tengo 15 años.
Soy hija de Gea y el dios del fuego, nací de una flor, una Rosa. Tengo pelo con alguna que otra onda, color avellana por la cadera, ojos verdes y un rubor en las mejillas rojo. Soy muy valiente, bella y haría todo lo posible por ayudar a los demás. Mis poderes son poder hablar con los animales y plantas, una cosa que ni siquiera yo sé cómo hago, y también puedo armar fuego con mis manos cuando lo desee, aunque eso todavía no lo puedo controlar muy bien. Mis debilidades son el hombre de hielo y el otoño.
Tengo un enemigo: El dios del hielo, que congela las plantas y tiene muy en cuenta que yo soy la encargada de cuidarlas y se me complica al descongelarlas. Sofía y Marcos son mis mejores aliados.
Un día de primavera, hace más o menos un año, la diosa Vera se levantó, cuando salió de su cabañita lo primero que vio fue a toda la población de la aldea donde ella vivía rodeando a toda la huerta, el jardín de las flores y plantas más bellas. Ella fue rápidamente a ver qué sucedía, cuando se encontró con todo congelado, casi se desmaya, su primer reacción fue poner una cara seria y correr para buscarlo (a quién, nadie sabía) algo que Sofía y Marcos frenaron al instante y le empezaron preguntar a quién era que buscaba, cosa que ella decididamente respondió:
-Al dios del hielo, haría lo que fuera para arruinar plantas tan bellas y hacerme más trabajo a mi. Estoy cansada de que todos los años el día más bello de primavera arruine nuestra tradición de ver a las plantas y flores al atardecer.
Luego de ir a su cabaña corriendo y seguramente idear un plan, la diosa Sofía y el dios Marcos estaban muy confundidos pero estaban decididos de ayudar a su mejor amiga. Estuvieron toda esa tarde pensando en el mejor plan para que el dios del hielo parara con sus niñerías. En cuanto terminaron su ingenioso plan fueron a la aldea del hielo, donde Cristalino (el odioso dios de hielo) vivía, buscaron por todos lados, a la vez tratando de no congelarse, después de aproximadamente una hora lo encontraron, Cristalino estaba celebrando con Ginebra y Bruno, sus compañeros de todas sus maldades, de su supuesto "triunfo" que nunca iba a volver a pasar. La diosa Vera fue directamente a enfrentar a Cristalino, pero él tenía muy en cuenta sus debilidades, además del hielo, que no controlaba el fuego correctamente, entonces lo primero que hizo fue congelar a sus amigos y llevarlos con él. Vera, por todos los nervios que tenía, trató de derretirlos pero lamentablemente el fuego fue a parar a cualquier lado y generó un mini incendio.