¿Qué es eso de la corresponsabilidad? ”

En las últimas fechas, seguramente se ha dado cuenta de que la palabra “corresponsabilidad” es frecuente en nuestro hablar, en los artículos informativos que enviamos a las familias, incluso es una palabra que enfatizamos mucho con los estudiantes, a propósito de la jornada derivada del día internacional de las mujeres, hacemos un alto y paréntesis para darle mayor claridad y entendimiento a ésta, que al final de este texto, verá que es un concepto que tiene total relación con la equidad y la justicia.

Empecemos por el principio, definiendo la “corresponsabilidad”. El diccionario convencional de la Real Academia Española, aunque claro, es breve y dice que es una “Responsabilidad compartida”. Partiendo de ahí, ya nos damos una idea de lo que significa, pero nos gustaría darle una mayor precisión y entendimiento, para ello tendrá que dirigirse a un diccionario de ciencias sociales, o continuar leyendo…

Consideramos que a estas alturas ya tenemos claro que la “responsabilidad” tiene que ver con la propia capacidad para comprender las consecuencias derivadas de nuestras acciones, consecuencias que incluyen la de reparar los daños causados. Ahora cuando esta obligación comprende a más de una persona, ya estamos hablando de “corresponsabilidad” la cual implica que dos o más individuos se hagan cargo de forma cooperativa y solidaria, de una acción, error, hecho o incluso una omisión, de forma intencionada o aún cuando fue de manera no deliberada, es decir un accidente.

¿Por qué resulta importante desde el hogar, la escuela, las instituciones y otros espacios públicos, resaltar la corresponsabilidad? simplemente porque los modelos democráticos y justos, son los que resultan de responsabilidades compartidas. Pensemos en nuestra familia, a la hora de la comida, donde todos nos sentamos a la mesa para compartir esta actividad, ahora imaginemos que no tenemos un modelo democrático en casa, esto lo sabrá pues lo que ocurriría es que una sola persona sería la “encargada” de levantar los platos, llevarlos a la cocina, lavarlos, secarlos, ordenarlos nuevamente y no se nos olvide que hay que limpiar la mesa y cocina, mientras el resto de la familia se retiró a hacer sus cosas personales, si esta imagen se repite constantemente, no solo en este ejemplo, sino en muchos otros, es probable, que no haya corresponsabilidades en casa, lo cual a la larga, genera desgaste, estrés, enojo y un profundo sentido de injusticia en el miembro en el cual recae siempre una responsabilidad poco equitativa.

Lo anterior ocurre en otros espacios de nuestra vida y la de nuestros hijos, como en la escuela, donde los estudiantes que provienen de un ambiente familiar donde no se resalta la corresponsabilidad, son los primeros en evadir, huir y eludir cualquier tipo de actividad que consideran no les pertenece y que otros deben de asumir, vayamos nuevamente al ejemplo de la limpieza: “Si yo creo que eso es responsabilidad de otra persona, como alguien de intendencia, no solo, no tengo cuidado llevar la basura a su lugar indicado, sino que además dejo tirada mi servilleta, mi empaque plástico y demás residuos después de comer mi lunch, pues “habrá alguien que limpie después”. Y así como el ejemplo anterior, la corresponsabilidad o la falta de ella, impacta profundamente en todas las dinámicas de convivencia social, las cuales, hasta este punto, ya se habrá dado cuenta que no son responsabilidad de un único actor social, sino de toda la comunidad que participa en ellas.

La corresponsabilidad, sobre todo en donde hay grupos familiares, escolares, laborales, sociales, etcétera, es necesaria para pensar en una sociedad equitativa, solidaria, cooperativa y justa; empezar en casa es un reto imprescindible, pensar en un reparto equilibrado de tareas domésticas y sí, aquí se incluye a niños y niñas, implica la importancia de analizar cómo se construyen y negocian las identidades de género y los roles asociadas a la maternidad y la paternidad. En el entorno laboral, nos corresponde buscar una conciliación entre la vida profesional, la personal y familiar, en el espacio público, la corresponsabilidad es que a todos nos toca cuidarlo y en su caso repararlo. Esta filosofía de vida, como siempre se transmite a los hijos más a través del qué y cómo lo hacemos, que de lo que sólo les decimos.

Finalmente, pensamos que este ejercicio analítico de pensar en los modelos democráticos de corresponsabilidad, será clave para entender adecuadamente cómo se construyen las prácticas y los roles que tendremos en los diferentes espacios en los que participamos y muy pertinente, desde la perspectiva de género que nos dejó este histórico 8 y 9 de marzo, que los hombres y mujeres accionen nuevas formas de convivencia y de participación que sobrepase los tradicionales roles que se quedan cortos, y resultan en estereotipos de género que limitan las posibilidades de todos.

Es momento de exaltar la corresponsabilidad en todo lo que hacemos, pues este es el principio fundamental para la gestión de la convivencia y la seguridad en nuestros espacios compartidos, esta es la manera de encaminarnos a una sociedad equitativa y justa para nosotros y para nuestros hijos e hijas.

Si tienes más dudas o sugerencias acércate a tu director de sección.

Psic. Alejandra Morales Arroyo

Programa ISQ Seguro