Tu pasado tiene futuro.

Escrito por el Pastor Alejandro Bullón

"De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; todas son hechas huevas". 2 Corintios 5:17.

La carta terminaba así: " Esa es la historia de mi vida: un error tras otro, una tontería tras otra. ¿Y qué resta? Sólo harapos, sólo pedazos que nadie podrá juntar. La vida concluyó. Ya no hay más futuro para mí, nadie más cree en mí, todos me condenan".

Quedé allí, con la carta sobre la mesa, mirando a través de la ventana de mi sala, y entonces me acordé de otra chica que vivió hace casi dos mil años.

Su nombre era María, y había hecho tantas cosas equivocadas en la vida -se había "golpeado la cara" y se había herido tanto-, que nadie era capaz de creer que pudiera levantarse. Pero un día se encontró con Jesús, y fue perdonada y transformada. Su gratitud fue tan grande que, durante una fiesta, en medio de mucha gente, lavó los pies de Jesús con un perfume costoso, y los besó y secó con sus largos cabellos. Entonces, un fariseo la vio y pensó: " 'Si este fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que lo toca, porque es pecadora' " (S. Lucas 7:39). Fíjate en lo que dijo el Fariseo: "... es pecadora". Para los hombres, alguien que "fue" siempre continuará siendo, cargará el estigma de su pecado para siempre. Para Jesús, ella "había sido" una pecadora, no lo era más porque él estaba entre la mujer y su pasado; y él es lo que hace la diferencia entre el pasado y el presente, entre la vida y la muerte, entre el fracaso y la victoria.

Jesús no cuenta el pasado, por más improductivo que haya sido.

Para él, la historia de mi vida es apenas historia, por más que esté llena de episodios escabrosos. Lo que cuenta para él es mi presente y mi futuro, y él siempre ve un futuro glorioso y promisorio en cualquier persona.

A veces uno cae, se levanta, pide perdón, vuelve a caer y nuevamente pide perdón. Tú dices, avergonzado: "Señor, aquí estoy otra vez". Y Jesús te mira con amor y te pregunta: "¿Otra vez? ¿Por qué dices otra vez si es la primera vez que te veo aquí?" Sabes, cuando Jesús perdona, olvida. Él arroja tu pasado en lo profundo del mar y te muestra el azul límpido de un cielo sin límites, lleno de posibilidades futuras.