EL CAMINO DEL PENSAR
EL CAMINO DEL PENSAR
En este primer trimestre se ha trabajado en clase la SA-1 que pregunta: ¿Cómo y por qué la realidad se convierte en un problema filosófico? En esta situación de aprendizaje hemos estudiado las raíces de la filosofía con las ideas de Parménides, Heráclito, Platón y Descartes, además de mejorar mucho a la hora de hacer comentarios de textos.
A) ¿Cuáles son los saberes básicos y las destrezas trabajadas que creo que he aprendido y por qué?
Durante esta situación de aprendizaje he conseguido dominar varios saberes básicos y destrezas clave. En primer lugar, he aprendido a diferenciar y explicar con claridad las perspectivas filosóficas de los cinco pensadores que hemos dado: Parménides, Heráclito, Platón, Aristóteles y Descartes. Esto incluye comprender sus posiciones sobre la realidad, el cambio, la sustancia y el conocimiento.
La perspectiva que mejor entiendo es la de Platón, gracias a su dualismo ontológico, según el cual propone que existen dos mundos. El mundo de las ideas es perfecto, eterno e inmutable, donde se encuentran las esencias verdaderas de las cosas. Por otro lado, el mundo sensible es solo una copia imperfecta, cambiante y engañosa, como sombras en una caverna.
Parménides, por su parte, defiende que solo existe un Ser eterno, inmutable y sin cambio. Para él, el cambio es una ilusión de los sentidos. En contraste, Heráclito afirma que “todo fluye”, que el cambio es la única constante y que la realidad está en permanente transformación, como un río en el que nunca nos bañamos dos veces en la misma agua.
Aristóteles, como discípulo de Platón, propone una visión más equilibrada: las cosas son materia + forma. Introduce las cuatro causas para explicar la realidad: material (de qué está hecho), formal (qué es), eficiente (quién o qué empuja al cambio) y final (para qué sirve). Pese a que aún me cuesta dominarlas del todo, entiendo que busca explicar el mundo sensible sin rechazar el cambio.
Finalmente, con Descartes, he comprendido que la base de su filosofía es el “pienso, luego existo” (cogito ergo sum): aunque dude de todo, incluso de los sentidos y del mundo externo, no puedo dudar de que estoy pensando, y por tanto, existo. A pesar de que en la primera explicación me costó seguir el hilo de sus razonamientos, ahora veo que este es el punto de partida de la filosofía moderna.
Además de estos contenidos, he mejorado mucho en la destreza de comentar textos filosóficos. Antes me costaba estructurar mis ideas; ahora que he pasado a redactar en castellano, he notado una mejora.
¿Por qué he aprendido esto? Al principio me costaba seguir el ritmo de la clase y conectar las ideas entre sí. Pero decidí aumentar el estudio en casa: leo con atención los dossieres del profesor, subrayo las ideas principales, hago esquemas comparativos y repaso los apuntes al día siguiente. Este hábito me ha permitido ir pillando poco a poco los conceptos, relacionarlos entre sí y expresarlos con más seguridad. Ahora diferencio claramente las posturas opuestas, como el cambio constante de Heráclito frente a la inmutabilidad de Parménides, el hilemorfismo de Aristóteles o el racionalismo de Descartes.
B) ¿Qué ha despertado mi interés y por qué? ¿Qué nuevos interrogantes me han surgido y qué relevancia creo que tienen?
Lo que más me ha impactado y despertado interés ha sido la filosofía de Descartes, especialmente dos ideas: la hipótesis del genio maligno y el hecho de que, al final, tuviera que basar toda su filosofía en Dios.
Me fascina cómo Descartes lleva la duda al extremo: imagina un ser poderoso y malvado que engaña constantemente a nuestros sentidos, haciendo que creamos en un mundo que no existe. ¿Y si todo es un sueño? ¿Y si estamos en una simulación? Aunque hoy suene a ciencia ficción, en su época era una idea revolucionaria. Pero lo más sorprendente es que, tras llegar al “cogito” como verdad indudable, necesita a Dios como garantía de que el mundo externo es real y de que nuestras ideas claras y distintas son fiables. Me genera una aparente contradicción: usa la razón para dudar de todo, pero recurre a Dios para salvar la certeza
¿Qué preguntas me han surgido?
¿Cómo fue posible que Descartes planteara el genio maligno en el siglo XVII, cuando la Iglesia controlaba el pensamiento y dudar podía costar la vida o la libertad?
¿Por qué, después de tanto esfuerzo por basarlo todo en la razón, termina dependiendo de Dios? ¿No podría haber encontrado una garantía puramente racional?
Creo que estas preguntas son muy relevantes porque muestran el conflicto entre razón y fe en los inicios de la modernidad. Descartes quería fundar un conocimiento seguro, como las matemáticas, pero no pudo escapar del todo del contexto religioso de su tiempo. Estas dudas me ayudan a entender cómo cambió la forma de pensar en Occidente y cómo los filósofos, incluso los más racionales, están marcados por su época.
C) ¿Cuáles son los saberes básicos y destrezas que aún no domino lo suficiente, por qué y qué remedio puedo ponerle?
Aunque he avanzado mucho, aún hay aspectos que no domino del todo. Lo que más me cuesta es explicarme con sensatez y profundidad, sobre todo porque no pienso de la misma manera que estos filósofos y me resulta difícil meterme en su forma de ver el mundo. Por ejemplo, me cuesta explicar sin mirar los apuntes las cuatro causas de Aristóteles (material, formal, eficiente y final) o todo el proceso completo de la duda metódica de Descartes, especialmente el paso del genio maligno a la existencia de Dios como ser perfecto.
En las primeras redacciones me costaba mucho más: mis comentarios eran superficiales, desordenados y con ideas repetidas. Pero gracias a que he cambiado el idioma y he aumentado la dedicación en casa leyendo los dossieres, subrayando, haciendo esquemas y repasando diariamente, he mejorado bastante. Ahora entiendo mejor la asignatura, me implico más en clase y tengo ganas de sacar buena nota.
¿Qué voy a hacer para mejorar?
Estar más atento en clase y levantar la mano cada vez que tenga una duda, sin miedo a preguntar.
Seguir estudiando en casa con método: leer, subrayar, hacer resúmenes, esquemas comparativos y repasar al día siguiente.
Practicar comentarios de texto con textos nuevos para ganar fluidez y seguridad.
Estoy convencido de que, con constancia y participación activa, podré profundizar más, aunque piense diferente a los filósofos, y expresar sus ideas con claridad y sentido.