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Las vías pecuarias en España tienen una longitud superior a los 125.000 kilómetros © LifeCañadas

Paisajes de la trashumancia y turismo de naturaleza

Una oportunidad para la conservación y el desarrollo sostenible

María F. Schmitz, Cecilia Arnaiz-Schmitz, Francisco D. Pineda

Departamento de Biodiversidad, Ecología y Evolución. Universidad Complutense de Madrid

Las vías pecuarias son caminos pastoriles indicadores de la funcionalidad del paisaje rural. Componentes esenciales de los paisajes rurales europeos, han estado vinculadas durante siglos al desplazamiento estacional del ganado hacia zonas de diferente latitud (trashumancia) y altitud (trasterminancia) para el aprovechamiento óptimo del ciclo fenológico de los pastos (1) . Estas vías han generado una red compleja de caminos adaptados a las características ambientales de los paisajes que atraviesan. El pastoreo trashumante organizado ha contribuido a dar forma al paisaje cultural de muchos países. En Europa, las áreas montañosas de la Península Ibérica, junto con los Balcanes, los Cárpatos y los Alpes, entre otras, han mantenido a lo largo del tiempo unos intensos y activos procesos de trashumancia y trasterminancia que han modelado sus paisajes, han supuesto una actividad económica principal y el sustento de una importante parte de la sociedad (2,3). En España, la trashumancia se remonta a la época prerromana y adquirió una especial relevancia económica y política con la creación del Concejo de la Mesta (siglos XIII-XIX), una asociación de ganaderos y pastores. Su fin era fomentar la cría de ganado ovino y la producción de lana. La circunstancia permitió impulsar la confección de tejidos de alta calidad que tuvieron un gran reconocimiento en el mercado europeo. Los caminos por los que se trasladaba el ganado dos veces al año, de diferentes dimensiones y longitudes de trayecto, constituyen una densa malla de cañadas, cordeles, veredas y coladas destinada fundamentalmente al desplazamiento del ganado. La red se complementa con áreas de descanso de los rebaños en tránsito —descansaderos, abrevaderos y majadas—.

Las vías pecuarias recorren la práctica totalidad de la Península Ibérica. Tienen una longitud superior a los 125 000 km y su superficie se aproxima a las 450 000 ha. Las principales vías pecuarias son las cañadas reales que, con una larga trayectoria, atraviesan la península en dirección norte-sur. Actualmente estas vías carecen, en gran medida, del uso principal de tránsito y apacentamiento del ganado para el que fueron creadas, pero representan un patrimonio vial pecuario de reconocido valor natural y cultural (4,5) que, en zonas de altitud media y baja, atraviesan hoy tanto paisajes de apariencia silvestre como pueblos, grandes ciudades y modernas urbanizaciones.

Numerosos aspectos vinculados a la presencia de vías pecuarias dotan a los paisajes originados por la antigua trashumancia de un elevado valor ambiental. Entre ellos se encuentran: el mantenimiento de la funcionalidad de la conectividad territorial; la conservación de la diversidad biológica en sus paisajes asociados; la presencia de especies emblemáticas y endémicas; el valor de sus cualidades escénicas; la facilidad para el acceso y tránsito de visitantes en la mayoría de estas vías; los servicios ambientales que procuran; y el amplio espectro de oportunidades culturales y de recreo posibles que ofrecen. Dado el papel clave que estas redes desempeñan en la biodiversidad, funcionalidad del paisaje y bienestar social, pueden utilizarse como indicadoras del estado de conservación de los paisajes rurales, proporcionando una relevante base ecológica, social e histórica que debe ser considerada en las políticas de conservación de la naturaleza y en la gestión del territorio desde la perspectiva de la sostenibilidad.

Urge alinear políticas de conservación de la naturaleza, educación ambiental y planificación turística para facilitar la gestión sostenible del territorio desde un enfoque socio-ecológico integrador


Revitalización de las vías pecuarias y turismo de naturaleza

Son relevantes, pues, los servicios vinculados a las formas de aprovechamiento sostenible de los ecosistemas que las vías pecuarias prestan a la sociedad. La idea de servicios ecosistémicos asocia el funcionamiento de los ecosistemas con los sistemas socio-ecológicos y el bienestar humano6. Entre ellos, los servicios culturales (beneficios no materiales surgidos de las relaciones entre seres humanos y ecosistemas) (7) , especialmente en su dimensión educativa y turístico-recreativa, pueden aportar la base conceptual de la reutilización, revitalización y conservación de las vías pecuarias. En este contexto, el turismo basado en la naturaleza no solo constituye un tipo importante de servicio cultural recreativo (el placer recreativo de las personas proporcionado por los ecosistemas naturales y culturales), sino que puede ser una herramienta útil para la planificación y gestión del territorio, la conservación de la naturaleza, el monitoreo de la calidad ambiental y una oportunidad para promover el desarrollo socioeconómico local. El enfoque socio-ecológico del turismo de naturaleza reconoce tanto la necesidad de favorecer la calidad de vida de la población rural como la conservación de los recursos de los paisajes culturales (8). Así, el uso aplicado de la interacción entre servicios culturales y turismo de naturaleza convierte a las zonas rurales en un claro objetivo potencial de la conservación y gestión del territorio (9).

A pesar de ello, no es frecuente reconocer la importancia de los servicios culturales en los esquemas de planificación territorial y en el desarrollo de políticas ambientales. Esto parece deberse a problemas y dificultades relacionados con la subjetividad inherente la medida de valores intangibles, aunque especialmente importantes para el bienestar humano. Revisiones bibliográficas sobre el tema demuestran que este tipo de servicios son los menos cuantificados y cartografiados (10,11,12). De hecho, la valoración y mapeo de servicios como el turismo rural y de naturaleza representan un desafío debido, entre otras razones, a su valor no material y a su dependencia de constructos sociales (13).

Un estudio reciente realizado en la Comunidad de Madrid recopila información de bases de datos públicas, cartografía disponible y encuestas a visitantes de paisajes rurales14. El estudio desarrolla un método eficiente que, considerando la aceptación o rechazo de los visitantes por los elementos del paisaje, facilita la cuantificación y expresión cartográfica de la demanda recreativa. Este procedimiento expresa numéricamente la correspondencia o acoplamiento entre la demanda recreativa de los visitantes, en función de sus preferencias, y la potencialidad del paisaje para suministrar los servicios requeridos. El acoplamiento calculado es espacialmente explícito y permite generar mapas a diferentes escalas administrativas y de gestión, en función de los objetivos perseguidos para la ordenación del territorio. En Madrid, la aplicación de este método muestra que los espacios naturales protegidos que conforman la red regional son ‘hotspots de servicios recreativos’, es decir, áreas o reservorios con una mayor capacidad que el resto del territorio para suministrar los servicios demandados por los turistas de naturaleza (escala de colores azules y verdes en el mapa).

La densidad y extensión superficial de la red de vías pecuarias española alcanza tal magnitud que numerosos espacios protegidos de distinto tipo están atravesados por tramos de cañadas, veredas, cordeles o coladas. La interacción entre las redes de vías pecuarias y los espacios naturales protegidos actúa de manera sinérgica desde una perspectiva socio-ecológica. Conocer, valorar y salvaguardar este aspecto, en términos ecológicos, sociales y económicos, es crucial para la gestión sostenible del territorio.

Red de Parques Regionales de Madrid como ‘hotspots’ de servicios culturales recreativos y de turismo de natural

Acusado efecto sinérgico observado entre la antigua red de vías pecuarias y los Parques Regionales delimitados en la Comunidad de Madrid. Pueden apreciarse los elevados valores de acoplamiento entre el suministro y la demanda de servicios culturales asociados al turismo de naturaleza

Uso de vías pecuarias para deporte y esparcimiento

La conservación de los paisajes de la trashumancia está hoy más relacionada con su interés turístico cultural que con la actividad ganadera extensiva residual


Integración de vías pecuarias y espacios naturales protegidos

La región de Madrid está atravesada por cuatro cañadas reales, interconectadas por medio de otras vías de rango inferior. Toda esta red suma 4 104 km de longitud y ocupa una superficie de 13 000 ha, lo que representa el 1,6 % del territorio de esta comunidad autónoma15. El análisis espacial detallado de la interacción entre los espacios naturales protegidos y la red de vías pecuarias que los atraviesa destaca el comentado efecto sinérgico identificado entre ambas redes. Así, por un lado, las vías pecuarias —que han permanecido poco alteradas en comparación con otras áreas circundantes— aportan a las áreas protegidas un conjunto de características culturares y naturales que son altamente apreciadas por los turistas interesados en el mundo rural y en la naturaleza. Por otro lado, los espacios protegidos garantizan y potencian el buen estado ecológico de las vías pecuarias, el mantenimiento de sus hábitats asociados y el interés por ser visitadas. Los mapas adjuntos, separados por un periodo de diez años, expresan y proyectan espacialmente los altos valores de acoplamiento obtenidos entre los servicios recreativos suministrados por el binomio formado por las redes de espacios naturales protegidos y de vías pecuarias y los servicios demandados por el turismo de naturaleza. Supone una llamada de alarma la reducción en el tiempo de los valores más elevados de acoplamiento espacial entre la oferta y demanda del citado binomio (colores azules en los mapas).

En definitiva, la conservación de los paisajes de la trashumancia está actualmente más relacionada con su interés turístico-cultural que con la actividad ganadera extensiva residual y el ‘pastoralismo’. Probablemente sólo sea posible revitalizar la red de rutas ganaderas de La Mesta a través del desarrollo de un turismo rural y de naturaleza consciente e informado que reconozca el valor cultural y ecológico de este patrimonio único que es evidente y necesario preservar y proteger. Es indispensable un apoyo decisivo, manifiesto y urgente de las políticas públicas informativas, educativas así como gestión para tomar decisiones ambientalmente eficaces y transmitir a la sociedad los valores ecológicos, culturales y patrimoniales insustituibles de las vías pecuarias. Los resultados comentados, obtenidos en el marco de un proyecto de investigación cofinanciado por el Fondo Social Europeo y la Comunidad de Madrid16, destacan la necesidad urgente de alinear las políticas de conservación de la naturaleza, la educación ambiental y la planificación turística para facilitar la ordenación y gestión sostenible del territorio desde un enfoque socio-ecológico integrador.

©LifeCañadas

Los espacios naturales protegidos de Madrid son hotspots o reservorios con una mayor capacidad que el resto del territorio para suministrar servicios al turismo de naturaleza


Referencias

1. Klein, J. (1992). La Mesta. Alianza, Madrid

2. Centeno, G. F., y Manso, F. M. (2017). La Red Nacional de Vías Pecuarias. Ambienta: La revista del Ministerio de Medio Ambiente, (120), 4-13

3. Minotti, M.et al. (2018). Land use dynamics of drove roads: The case of tratturo castel di Sangro-Lucera (Molise, Italy). Land, 7(1), 3

4. Pineda, F. D. (2003). Caminos físicos y rutas biológicas. Las vías pecuarias del Reino de España un patrimonio natural y cultural europeo. Ministerio de Medio Ambiente, Madrid. pp. 229-23

5. Gómez-Sal, A. (2003). Las Vías Pecuarias como soporte del paisaje ganadero extensivo y la diversidad ecológica. Las vías pecuarias del Reino de España un patrimonio natural y cultural europeo. Ministerio de Medio Ambiente, Madrid. pp. 237-254

6. Martín-López, B.et al. (2012). Uncovering ecosystem service bundles through social preferences. PLoS ONE, 7, e38970

7. Millennium Ecosystem Assessment(2005). Ecosystems and Human Well-Being: Synthesis; Island Press: Washington, DC, USA

8. Schaich, H.et al. (2010). Linking ecosystem services with cultural landscape research. GAIA, 19, 269–277.

9. Hermes, J. et al.(2018). Assessment and valuation of recreational ecosystem services of landscapes. Ecosystem Services, 31, 289–2

10. Hernández-Morcillo, M.et al. (2013). An empirical review of cultural ecosystem service indicators. Ecological Indicators, 29, 434–4

11. Martínez-Harms, M.J. y Balvanera, P. (2012). Methods for mapping ecosystem service supply: A review. International Journal of Biodiversity Science, Ecosystem Services&Management, 8, 17–25.

12. Crossman, N.D.et al. (2013). A blueprint for mapping and modelling ecosystem services. Ecosystem Services, 4, 4–14.

13. Daniel, T.C. et al. (2012). Contributions of cultural services to the ecosystem services agenda. PNAS, 109, 8812–88

14. Arnaiz-Schmitz, C.et al. (2021). Recreational and nature-based tourism as a cultural ecosystem service. Assessment and mapping in a rural-urban gradient of central Spain. Land, 10(4), 343

15. La red de víaspecuarias de la Comunidad de Madrid. Comunidad de Madrid. https://www.comunidad.madrid/servicios/medio-rural/red-vias-pecuarias-comunidad-madrid

16. Criterios, métodos y técnicas contemporáneas para el conocimiento y la conservación de los paisajes (LABPA-CM). Ref. H2019/HUM5692. Proyecto cofinanciado por el Fondo Social Europeo y la Comunidad de Madrid.