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Proyecto SANDS, seguimiento de dunas del Cantábrico vía satélite

Drones, aviones y satélites informarán del estado de conservación de estos espacios naturales, de su extensión y de los efectos provocados por la acción humana y los eventos climáticos

El Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria (IHCantabria) ha puesto en marcha el proyecto SANDS, que cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad (Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico) con el objetivo de diseñar e implementar “ex profeso” una red de seguimiento sistemática, periódica y replicable del estado de conservación de los sistemas dunares de la Región Biogeográfica Atlántica, a partir de las imágenes obtenidas desde drones, aviones y satélites, informa la Universidad de Cantabria.

La metodología diseñada tendrá su principal fortaleza en el uso combinado de imágenes aéreas, datos medidos en el campo y modelado numérico y en su aplicación en distintos Espacios Naturales Protegidos del Cantábrico.

Sistema dunar de Liencres (Cantabria). Foto cedida por Universidad de Cantabria

“Estos sistemas tienen una gran importancia no solo por la biodiversidad que entrañan, por su papel para la conservación, sino también por todos los usos que hacemos de ellos: nos sirven para estabilizar las playas y tener así más superficie de la que disfrutar en verano; y protegen nuestras costas frente a fenómenos extremos: grandes inundaciones, tormentas...”, explica María Recio, investigadora del Grupo de Ecosistemas Litorales de IHCantabria, quien insiste en que son ecosistemas en un “equilibrio complicado”, al encontrarse “sometidos a un gran estrés natural al que se suma la presión antrópica”.

El conocimiento adquirido y los resultados del proyecto proporcionarán información cartográfica de detalle y la evaluación del estado de conservación de los sistemas dunares de una serie de Espacios Naturales Protegidos cantábricos. Este conocimiento, además de ser de gran utilidad para la gestión de estos ecosistemas, y para la implementación de las estrategias europeas, nacionales y regionales de biodiversidad, servirá para aportar soluciones técnicas que faciliten la aplicación de las imágenes de satélite en la detección y seguimiento del estado de conservación de la vegetación dunar.

La investigadora María Recio. Foto cedida por Universidad de Cantabria

Función de protección

Los sistemas dunares desempeñan una importante función de protección de la franja costera frente a eventos climáticos y marítimos extremos, además de tener un alto valor de conservación, ya que albergan especies singulares exclusivas de estos ecosistemas tan amenazados.

Las especies que forman parte de la vegetación de las dunas costeras se desarrollan bajo condiciones ambientales poco favorables y con frecuencia extremas, que incluyen la exposición continua al spray salino, frecuentes enterramientos bajo la arena, inundación por el agua de mar, largos períodos de sequía, fuerte exposición al viento y a las altas temperaturas, una elevada salinidad del suelo y erosión marina. Ante estas condiciones extremas, las especies que han conseguido adaptarse son frágiles, escasas y, curiosamente, presentan una gran similitud, morfológica y funcional en gran parte de las zonas templadas del mundo.

En este delicado equilibrio, la acción de las actividades humanas ha desencadenado un extenso cambio ecológico y morfológico. La destrucción y fragmentación de los sistemas dunares costeros, y de los procesos relacionados con su formación y mantenimiento han conducido al deterioro y pérdida de un buen número de estos hábitats y a la proliferación de especies invasoras. Como resultado de este proceso, en Europa, a día de hoy, los sistemas dunares incluidos en la Red Natura 2000 son los hábitats con una menor proporción de evaluaciones "favorables" en su estado de conservación.

“Nuestra idea es realizar el desarrollo de estas herramientas en este año 2021 y aplicarlas a los sistemas dunares de toda la zona atlántica del norte de la Península Ibérica, desde Galicia hasta el País Vasco. No queremos que se quede en una mera herramienta, sino transmitir nuestros resultados a las distintas administraciones, y que ellas puedan aplicarlos en la gestión diaria de los espacios naturales”, concluye María Recio.