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NUEVOS TIEMPOS PARA LAS POBLACIONES OSERAS IBÉRICAS

Fundación Oso Pardo 

Después de siglos de persecución y relaciones intensas y difíciles entre los osos y los humanos en la Península Ibérica, entramos en el siglo XXI con un nuevo rumbo en la conservación de esta especie tan emblemática. Los osos cantábricos y pirenaicos se encuentran en la actualidad en un momento propicio, y aunque no se puede bajar la guardia porque ambas poblaciones están todavía en peligro de extinción, las perspectivas son esperanzadoras.  

En la Cordillera Cantábrica, tras un acusado declive, la población osera llegó a su peor momento a principios de los años noventa del siglo pasado, cuando sobrevivían unas pocas decenas de osos, repartidos además en dos subpoblaciones pequeñas y aisladas. A finales de siglo se contabilizaban tan solo entre seis y ocho hembras con crías nacidas cada año en la subpoblación occidental cantábrica, mientras que en la  oriental alternaban años con ninguna, una o dos hembras con oseznos. Desde entonces las cosas han mejorado notablemente y muestra de ello es que, en 2015, el último año en el que se han analizado los datos del censo anual, se han detectado 34 hembras con oseznos del año en la subpoblación occidental y seis en la oriental. 

Macho adulto de oso cantábrico. Foto. FOP  

En estas dos últimas décadas los análisis muestran que el número anual de osas con crías ha crecido un 10% anual y se estima que en la Cordillera Cantábrica viven en la actualidad más de 250 osos. 

El aislamiento entre las dos subpoblaciones, que supone un grave problema al favorecer el empobrecimiento genético y reducir la viabilidad de la especie, también está en claro proceso de mejoría. Un reciente estudio genético promovido por la Fundación Oso Pardo (FOP) ha confirmado el intercambio de genes entre los dos núcleos oseros, debido al desplazamiento de machos desde la zona occidental a la oriental y su reproducción con hembras orientales. Se ha detectado un buen número de machos migrantes, así como osos de características mixtas, que reflejan la conexión genética de la amenazada subpoblación oriental.

En los Pirineos, el declive del oso a lo largo del siglo XX fue aún más acusado, pasando de los 150 o 200 que vivían a comienzos de siglo a apenas siete u ocho ejemplares que persistían a principios de los años noventa. Ante esa situación tan dramática se apostó por reintroducir osos procedentes de Eslovenia, liberando dos hembras y un macho en 1996-1997 y otras cuatro hembras y un macho en 2006 en la vertiente francesa. Entre tanto murió la última osa pirenaica en 2004, aunque la buena adaptación de los animales reintroducidos y su reproducción ha ido incrementando el número de osos hasta llegar a más de 40 ejemplares en la actualidad, y entre tres y cinco osas con crías cada año. Las zonas con mayor presencia de osos se encuentran en los bosques leridanos del Val d’Aran y Pallars Sobirà y en las zonas limítrofes de Francia. El núcleo pirenaico occidental ocupa los valles del Roncal (Navarra), Ansó y Hecho (Huesca) y las zonas limítrofes francesas. Pero en la actualidad está formado por dos únicos machos (padre e hijo), lo que le hace inviable y subraya la necesidad de una actuación urgente que asegure su continuidad y la distribución de los osos por todo el macizo pirenaico. La recuperación de los osos pirenaicos se ha visto acompañada por una elevada conflictividad social, vinculada sobre todo a los daños producidos al ganado de ovino en extensivo y a la falta de acuerdos y consenso en el medio rural. Esta situación se ha ido corrigiendo en los últimos años, en los que se han desarrollado intensas acciones de prevención de conflictos y se ha mejorado muy notablemente el escenario social ante la presencia del oso.

La esperanzadora situación actual de los osos cantábricos y pirenaicos responde a la aplicación de las medidas de conservación planteadas en las Estrategias para la Conservación del Oso Pardo Cantábrico y en los Pirineos, de los correspondientes Planes de Recuperación desarrollados por las comunidades autónomas y de la normativa que promueve el buen estado de conservación del hábitat del oso. Aunque todavía quedan aspectos pendientes de mejora, la realidad es que se ha avanzado mucho en el marco legal y normativo. Un aspecto muy importante es la protección que supone la inclusión de la mayor parte de las áreas oseras dentro de la Red Natura 2000 y la protección generada por la normativa y la zonificación de los espacios naturales protegidos. Pero la perspectiva favorable de los osos se debe sobre todo a la su aceptación en el medio rural y a la mejora de su imagen, que se han conseguido con la colaboración de ganaderos, apicultores, cazadores, habitantes locales, administraciones y conservacionistas. El oso ha pasado de ser una fiera perseguida a un animal querido y respetado, símbolo de la calidad natural de unos valiosos paisajes y elemento clave para apoyar el desarrollo rural. 

RETOS ACTUALES DE CONSERVACIÓN  

Área de distribución de la población cantábrica de osos.  

En este escenario cambiante y con las dos poblaciones ibéricas de osos en proceso de recuperación, resulta necesario mantener los esfuerzos que lo han hecho posible, tanto los relacionados con la protección efectiva de la especie y su hábitat como los dirigidos a favorecer la buena convivencia entre osos y personas. Aunque los indicadores de la evolución de las poblaciones oseras demuestran que las cosas van bien, todavía hay mucho trabajo pendiente y siguen siendo imprescindibles las labores de seguimiento, vigilancia y protección del oso, y también la prevención y resolución de conflictos y compensación de daños, que tan importantes han sido en estos años pasados. Además, los nuevos tiempos plantean nuevos retos de conservación. Hay más osos en los montes y crecen las probabilidades de encuentros entre osos y personas, que pueden verse favorecidos porque los usos humanos también han cambiado en las montañas. 

Por ello, deben abordarse retos como la adecuada regulación y control del turismo de observación de osos y otra fauna. Estas actividades  han experimentado un tremendo desarrollo e interés en los últimos años y pueden suponer una oportunidad para incrementar la sensibilización sobre la especie y su aceptación en el medio rural, pero es necesario estar seguros que no van a producir efectos negativos, como molestias a los animales o alteraciones en su comportamiento natural. En este sentido, hay que prevenir y atender los posibles conflictos asociados a los osos que se acercan demasiado a los asentamientos humanos, incluso a pleno día, mostrando comportamientos de habituación a la presencia de personas que generan alarma social. Muchas de estas situaciones se basan en el oportunismo trófico de los osos, pero requieren que las administraciones ambientales disuadan a estos ejemplares para prevenir conflictos que pueden llegar a ser graves. 

APOYO EUROPEO A LA CONSERVACIÓN DE LOS OSOS EN LA CORDILLERA CANTÁBRICA Y LOS PIRINEOS 

Las poblaciones cantábrica y pirenaica de oso pardo se encuentran entre las más meridionales y aisladas de Europa, y son los últimos reductos de una distribución mucho más extensa y que fue perdiendo territorios como consecuencia de la persecución humana en siglos pasados. En este sentido, su conservación es muy relevante por lo que representan en esos macizos montañosos, pero también por su contribución demográfica y genética al conjunto de los osos europeos, cuya historia evolutiva ha estado marcada por flujos e intercambios entre poblaciones. La Cordillera Cantábrica y los Pirineos son además excelentes escenarios en los que promover una cohabitación entre osos y humanos, entre los valores naturales y las personas que habitan y trabajan en el territorio, que es uno de los principios directores de las políticas europeas para la conservación de la naturaleza. 

Área de distribución de la población pirenaica de osos. 

La integración de la conservación de la biodiversidad en las políticas agrícolas y forestales es uno de los objetivos de la vigente Estrategia Europea sobre la Biodiversidad hasta 2020. 

El interés y apoyo europeo a la conservación de las poblaciones oseras ibéricas viene de lejos, y uno de los mecanismos más importantes para ello ha sido el desarrollo de proyectos LIFE. El programa LIFE, nacido en el año 1992, es un instrumento financiero de la Unión Europea destinado a favorecer el desarrollo de las políticas comunitarias en materia de medio ambiente. Después de más de veinte años de buen trabajo, la Unión Europea decidió continuar esta línea de apoyo al medio ambiente con un nuevo Programa LIFE de Medio Ambiente y Acción por el Clima entre 2014 y 2020. Desde sus inicios, el programa LIFE ha subvencionado más de 3500 proyectos, muchos de ellos dirigidos a conservar la biodiversidad y las especies y hábitats de la Red Natura 2000. Entre ellos, ha financiado más de sesenta proyectos dirigidos a conservar las poblaciones europeas de oso pardo y a mejorar su cohabitación con las actividades humanas. Algunos de estos proyectos se han realizado en la Cordillera Cantábrica y los Pirineos, y han resultado fundamentales para establecer bases técnicas y actuaciones concretas para conservar la especie, probar y poner en marcha sistemas para favorecer la coexistencia entre estos grandes carnívoros y las actividades y aprovechamientos humanos y contribuir a un escenario social favorable y una visión positiva del oso pardo en los ámbitos rurales de las montañas en las que habita.

Hasta la fecha, la FOP ha sido coordinadora o socia de 11 proyectos LIFE, los dos últimos realizados en la Cordillera Cantábrica y en los Pirineos.   

“DESFRAGMENTACIÓN OSO”, UN PROYECTO LIFE PARA HACER MÁS PERMEABLE EL CORREDOR DE COMUNICACIÓN ENTRE LOS DOS NÚCLEOS DE OSOS CANTÁBRICO 

Osa cantábrica con sus tres oseznos.Foto: FOP. 

En 2013, la FOP inició el proyecto LIFE “Desfragmentación de hábitats para el oso pardo en la Cordillera Cantábrica”, con el objetivo de asegurar la viabilidad a largo plazo de la población de osos cantábricos, mejorando la conectividad del corredor interpoblacional -el territorio entre las dos subpoblaciones cantábricas- y facilitando el intercambio genético y demográfico entre ambas. Este proyecto complementó a uno anterior, el  LIFE “Corredores Oso”, coordinado por la FOP entre 2009 y 2012 y que fue premiado por la Comisión Europea como uno de los mejores proyectos LIFE Naturaleza. 


El proyecto LIFE “Desfragmentación Oso” terminó en diciembre de 2016 y ha contado con un presupuesto de 1,24 millones de euros, aportado en un 75% por la Unión Europea y en un 25% por la FOP, con el apoyo económico de  la Fundación Biodiversidad del MAPAMA, la Junta de Castilla y León y Gas Natural Fenosa. Para lograr su objetivo, el proyecto ha incluido una serie de acciones directas de conservación dirigidas a mejorar la conectividad territorial y diversas acciones de sensibilización. Entre las primeras, destaca la creación de una red de 237 bosquetes de conectividad y de enriquecimiento trófico, distribuidos por las zonas de mayor importancia para la dispersión de los osos o con mayor necesidad de mejora de la calidad del hábitat, y formados por más de 95.000 árboles y arbustos autóctonos de especies productoras de frutos muy apreciados por el oso. Es una novedosa estrategia de mejora de la conectividad, basada en un estudio previo de la calidad del hábitat del corredor osero, que permite localizar lugares clave para la permeabilidad y aquellos con mayores necesidades de mejora. Contrastando estos resultados con la realidad del terreno, la propiedad del suelo, los aprovechamientos ganaderos y los intereses de la población local, se ha definido la ubicación de los bosquetes del proyecto dispersos a lo largo del corredor. Además, parte de los bosquetes se han plantado en el entorno de algunos pasos existentes en la autopista AP-66 para mejorar su permeabilidad. El proyecto ha incluido también trabajos de restauración de hábitats de interés para el oso pardo en enclaves adecuados.

  Todas las plantas del proyecto son autóctonas y se han obtenido en la zona de trabajo para garantizar la adaptación y la idoneidad genética de las plantaciones. Para ello, el equipo de campo del proyecto ha recogido más de 500 kg de semillas de cerezo (Prunus avium), pudio (Rhamnus alpina), arraclán (Frangula alnus), manzano silvestre (Malus sylvestris), niso (Prunus insititia), mostajo (Sorbus aria), serbal de cazadores (Sorbus aucuparia), avellano (Corylus avellana), cerezo de Santa Lucía (Prunus mahaleb) y también de abedul (Betula alba) para bosquetes concretos de conectividad. Las plántulas han crecido en el Vivero Forestal Central de la Junta de Castilla y León y en el centro “Ciuden Vivero” del Organismo Autónomo Parques Nacionales. Las plantaciones se han realizado en fincas adquiridas por el proyecto, pero sobre todo en superficies desarboladas de Montes de Utilidad Pública, para lo que se han firmado 13 acuerdos de custodia del territorio con ayuntamientos y juntas vecinales. Estas actuaciones se han realizado con consenso y apoyo local, destacando la implicación de los ayuntamientos del corredor y de organizaciones y asociaciones locales, y la mayor parte de los trabajos han sido ejecutados por un equipo de trabajadores locales contratados entre los desempleados de los municipios del proyecto con experiencia o conocimientos en trabajos forestales. Esta estrategia de establecer una cuadrilla de trabajadores locales, y contar con empresas forestales para trabajos más especializados, ha tenido una excelente aceptación en el territorio y ha resultado eficaz y rentable, generando un efecto socioeconómico positivo que ha favorecido la buena aceptación del proyecto y del oso.

 El LIFE “Desfragmentación Oso” contemplaba acciones de información y sensibilización fundamentalmente dirigidas a la población local. Se llevaron a cabo charlas, actividades de voluntariado, rutas informativas y un intenso programa de educación ambiental dirigido a los escolares de infantil, primaria y secundaria. Se dio especial importancia a los encuentros y debates con líderes locales y representantes de sectores de actividad relacionados con el territorio, que fueron realmente interesantes y con calado.

Un proyecto que seguramente ha contribuido a mejorar la aceptación social del oso y que esperamos que favorezca el movimiento y la presencia permanente de ejemplares en los territorios del corredor interpoblacional.

“PIROSLIFE”, UN PROYECTO LIFE PARA FAVORECER LA COHABITACIÓN ENTRE LOS OSOS Y LA GANADERÍA EXTENSIVA DE OVINO EN EL PIRINEO CENTRAL 

En julio de 2014 se puso en marcha el proyecto LIFE “Conservación del oso pardo en Cataluña: contribución a su viabilidad en un entorno rural favorable”, también conocido como “PirosLife”, con una duración de cuatro años y un presupuesto de 2,4 millones de euros. El beneficiario coordinador del proyecto es el Departament de Territori i Sostenibilitat  de la Generalitat de Catalunya, y participan como socios beneficiarios la empresa pública Forestal Catalana, el Conselh Generau d’Aran, la Universitat de Lleida y la Fundación Oso Pardo. 

Turismo de observación de osos. Parque Natural de Somiedo.Foto: FOP. 

El objetivo principal del proyecto es la consolidación del oso en los Pirineos en un entorno favorable, a través de acciones para asegurar la variabilidad genética de la población, diseñar una red de espacios de conectividad para el oso, reducir al mínimo los ataques a la ganadería y la apicultura, y generar en definitiva un clima de aceptación social y de coexistencia entre los osos y los habitantes de los territorios donde vive la especie. El proyecto se desarrolla en el Pallars Sobirà, Alta Ribagorça y Valle de Arán, en el Pirineo de Lleida. 

 En “PirosLife”, la FOP coordina un equipo formado por dos vecinos de la zona que lleva a cabo tareas de seguimiento de la población de osos, educación ambiental y apoyo a todas las medidas de prevención de ataques al ganado y los colmenares. Todo ello en el ámbito del Parque Natural del Alt Pirineu. Además, la FOP es responsable de la plantación de 20.000 árboles frutales para el oso, distribuidos en bosquetes de enriquecimiento trófico. Para ello ya se han recogido más de cien kilos de frutos de especies de interés trófico para el oso como cerezos, pudios, mostajos y manzanos silvestres, que se han recolectado en zonas con los ecotipos similares a la zona prevista de plantación, y siempre de la región de procedencia correspondiente o compatible, y que se están transformando en plántulas para la reforestación en el vivero de la empresa Forestal Catalana. Las acciones de la FOP en “PirosLife” cuentan con la colaboración económica de ENDESA y de la Fundación Biodiversidad del MAPAMA.

Un proyecto esperanzador que apuesta por un futuro con osos en Pirineos y que está favoreciendo cambios de actitud entre la población local que todavía percibe con desconfianza a esta especie.