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Proyecto Libera

LOS PLÁSTICOS ACABAN EN TODAS PARTES, INCLUSO EN TU CUERPO

RedacciónAmbienta 

Vivimos rodeados de plástico, un material inventado hace 150 años que supuso una revolución por ser resistente, ligero y barato. Polietileno, poliéster, polipropileno o cloruro de polivinilo puede que no sean términos muy familiares para la mayoría de la sociedad, sin embargo, están más presentes en nuestro día a día de lo que pensamos: se usan como materiales de construcción, en nuestros vehículos, en el procesado de alimentos y su embalaje, en teléfonos móviles, en la ropa, en la composición de muchos cosméticos e incluso en los utensilios que usamos para comer.

Foto cedida por proyecto Libera. 

El consumo de plástico continúa creciendo. La producción mundial ha pasado de 2,3 millones de toneladas en 1950 a 407 millones en 2015. Un estudio estima que, de todo el plástico que el ser humano ha producido durante estos 150 años en todo el mundo, el 79%, está acumulado en vertederos o en entornos naturales. El mismo estudio refleja que actualmente el 57% del plástico producido mundialmente acaba abandonado. Es el material más empleado y por ende, el más abandonado, especialmente en países donde no hay gestión de residuos o tienen una gestión deficiente.

Este depósito de plástico en entornos naturales tiene graves consecuencias sobre el medio ambiente. Debido a su baja densidad, algunos productos de plástico se dispersan fácilmente y, unido a su resistencia a la biodegradación, acaban contaminando la tierra y los océanos, amenazando a especies, sus hábitats e incluso nuestra salud. Con el paso del tiempo, estos plásticos abandonados en la naturaleza se fragmentan en porciones más pequeñas. Los microplásticos, con un tamaño menor a 5mm, están plagando las costas y los fondos marinos. Se estima que en nuestros mares y océanos hay entre 5 y 50 billones de microplásticos corriendo el riesgo de que entren en la cadena alimenticia. Los plásticos están llegado ya a nuestro cuerpo.

También en los ríos, embalses y pantanos podemos encontrar muchos de estos residuos plásticos abandonados, en su mayoría de productos de un solo uso. Los residuos más comunes encontrados en las campañas de LIBERA en 2017 y 2018, fueron las toallitas y las colillas (ambas compuestas de plástico), además de las latas de bebida. Muchos plásticos de un solo uso acaban formando parte de la basuraleza con un grave impacto ambiental. La estrategia europea para los plásticos ya contempla la necesidad de tomar medidas en 10 productos plásticos que se encuentran en mayor cantidad en la naturaleza.

El proyecto LIBERA, de SEO/BirdLife en alianza con Ecoembes, ha  realizado una campaña sobre el plástico. La campaña tiene como objetivo llamar la atención de todos los ciudadanos sobre el impacto que tienen los plásticos abandonados en el medio ambiente y las posibles consecuencias que puede tener en la salud.  “Los plásticos que abandonas pueden acabar en cualquier lugar de la naturaleza. Por ejemplo en tu cuerpo”. Para acompañar a la campaña se ofrece más contenido de sensibilización en www.proyectolibera.org/dondeacabalabasuraleza.

El terreno donde la comunidad científica internacional más ha avanzado es en el impacto de los plásticos en los mares y océanos, sobre todo en relación a la vida silvestre. Los primeros casos documentados de ingestión de plástico datan de 1966, cuando se encontraron 74 pollos de albatros de Laysan  en un atolón del Pacífico . De entre los últimos datos obtenidos, destacan los de los investigadores de CSIRO (Commonwealth Scientific and Industrial Research Organisation) de Australia y del Imperial College de Londres, que han encontrado que la mayoría de las especies de aves marinas contienen plástico en sus intestinos y se estima que en 2050, el 99% de las aves marinas tendrán plástico en su aparato digestivo por ingesta directa .

La recopilación científica sobre El impacto del abandono de plástico en la naturaleza a nivel mundial  recoge un estudio llevado a cabo por el Instituto de Ciencias Marinas de Virginia que demostró que grillos de la especie Acheta domesticus y otros insectos terrestres pueden ingerir plásticos desechados en la naturaleza y con ello acumular polibromodifenil éteres (PBDE), unos compuestos químicos medioambientalmente persistentes que se usan como aditivos en los plásticos y que se consideran tóxicos. Según otro estudio realizado en Estados Unidos, los seres humanos también estamos expuestos a los PBDE, principalmente a través del polvo y nuestra dieta.

Foto cedida por el proyecto Libera. 

Además de otros impactos procedentes del uso del plástico en actividades agrícolas, destaca el abandono en zonas agrícolas y ganaderas por convertirse en  una trampa mortal para muchos animales. Un estudio alertaba de cómo los enredos provocados por cuerdas de enfardar amenazan a las águilas pescadoras. Este material, obtenido de desechos agrícolas, es usado por esta y otras aves para construir sus nidos, suponiendo un peligro para los pollos y los adultos, pudiéndoles llegar a causar estrangulamientos.

Otro estudio sobre la cigüeña blanca  en Polonia, analizó el impacto de las cuerdas de plástico en el desarrollo de sus pollos y se demostró que, este material provocó enredos en las patas de al menos el 21% de los individuos estudiados, ocasionando la destrucción parcial de las patas, llegando en algunos casos a la autoamputación.

Gracias a las campañas de ciencia ciudadana del Proyecto LIBERA, se han logrado caracterizar 109 000 residuos recogidos de la naturaleza que muestran la gran presencia de plásticos abandonados: colillas, envoltorios, toallitas, bolsas. Para continuar conociendo el impacto de la basuraleza, desde LIBERA se ha puesto en marcha un gran proyecto de ciencia que tiene como objetivo conocer el impacto de la basuraleza en 140 Áreas Importantes para la Conservación de las Aves y la Biodiversidad (IBA). Se van a tomar muestras de agua, suelo y excrementos de animales silvestres que se analizarán por investigadores del CSIC para analizar la presencia de fitosanitarios, metales pesados, derivados de plástico y medicamentos.

Salud humana

El impacto de los plásticos en la salud humana está por determinar. Estudios preliminares avalan la presencia de microplásticos en el cuerpo humano . La comunidad científica trabaja en generar conocimiento acerca de cómo puede afectar a nuestro organismo el consumo continuado de estos microplásticos. Cabe destacar que los plásticos frecuentemente contienen aditivos como pigmentos, estabilizadores UV e ignifugantes, aumentando la tipología de sustancias químicas a las que estamos expuestos con la ingesta de plásticos. El bisfenol A (BPA), sustancia utilizada en la producción de algunos plásticos, fue incluida en 2017 en la lista de sustancias candidatas extremadamente preocupantes en la Unión Europea debido a sus efectos potencialmente tóxicos para la capacidad reproductora y potenciales propiedades de alteración endocrina. En diciembre de 2016, la Comisión Europea tomó la decisión de restringir el uso del BPA en el papel térmico en la Unión Europea. Esta prohibición entrará en vigor en 2020.

Soluciones

El informe también recoge una batería de soluciones que pasan por la responsabilidad individual de no abandonar ningún residuo, consumir de manera responsable, reducir, reutilizar, reciclar; la implicación de la comunidad científica para seguir investigando sobre la afectación en todos los ecosistemas; el compromiso de las administraciones públicas para el desarrollo de políticas que integren la prevención en el abandono de basuras, la conservación de la biodiversidad, la salud y el medio ambiente de acuerdo con los principios de una economía circular; la apuesta sostenible del sector industrial y el apoyo de la comunidad educativa y de las organizaciones ambiéntales. Incidiendo en la concienciación como base de la problemática en todos los sectores. 

En este sentido, el Proyecto LIBERA, desde sus inicios en mayo de 2017, trata de presentar soluciones para acabar con la basuraleza trabajando desde tres ámbitos de actuación: el conocimiento, la prevención y la participación. A pesar de su corta andadura, el proyecto ha generado un movimiento social en el que han participado 28 000 ciudadanos y han colaborado 740 entidades en 703 puntos de recogida, recogiendo un total de 107 toneladas de basuraleza.

Según Óscar Martín, consejero delegado de Ecoembes: “Estamos seguros de que con todo el conocimiento que estamos aportando desde LIBERA, unido a la sensibilización, educación y a la participación, vamos a dar grandes pasos para acabar con este grave problema. En definitiva, la solución está en manos de todos y pasa por consumir con cabeza, producir de manera sostenible y en no dejar ni un  plástico sin reciclar, mucho menos abandonado en la naturaleza”, “Debemos enfocar la mirada al origen del problema. Es necesario conocer y sensibilizar para que todos los agentes implicados pongamos las medidas necesarias y se consiga cambiar el modelo de consumo basado en la economía circular, hasta alcanzar el vertido cero. Porque no hay mejor residuo que el que no se genera”,  concluye Asunción Ruiz, directora ejecutiva de SEO/BirdLife.