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EL RECICLADO DE ENVASES: MÁS DE DOS DÉCADAS IMPULSANDO LA ECONOMÍA CIRCULAR EN ESPAÑA

Óscar MartínConsejero Delegado Ecoembes

LA TOMA DE CONCIENCIA 

En las últimas décadas, España ha dado un paso cuantitativo y cualitativo muy importante en la gestión ambiental, impulsado por la aprobación y puesta en marcha de una serie de paquetes legislativos que han modernizado y puesto al día el compromiso con el medio ambiente. Han sido años de avances legislativos, pero también de la consolidación de una creciente conciencia ciudadana sobre la necesidad de proteger el medio ambiente, algo imprescindible teniendo en cuenta que, durante décadas, hemos abusado de los recursos del planeta. Así, pasar de una sociedad lineal (producir-consumir-tirar) a una basada en la economía circular, en la que todo se aprovecha y los residuos son considerados recursos, se presenta como una obligación. Actitudes como el reciclaje o, para ser más exactos, separar en origen los residuos para facilitar una recogida selectiva y el posterior tratamiento de cada tipo de residuo, es un paso fundamental dentro de este nuevo concepto por el que legislación y ciudadanía tienen que apostar. 

Estos años de avance legislativo y de creciente sensibilización ambiental de la población han representado también las dos primeras décadas de vida de nuestra organización. Ecoembes nació en 1998, después de que la Ley de Envases y Residuos de Envases de 1997 se incorporara a nuestro ordenamiento jurídico, como una organización sin ánimo de lucro en la que la totalidad de sus ingresos, obtenidos a través de  las tarifas de Punto Verde pagadas por las empresas envasadoras y distribuidoras adheridas, están destinados exclusivamente a conseguir unos objetivos de reciclado para, así, sufragar a las entidades locales el sobrecoste que supone la recogida y selección de residuos de envases para su posterior reciclado.  

Desde entonces, la organización se ha hecho cargo de la gestión del reciclaje de los envases domésticos (envases de plástico, metálicos, briks y de papel/cartón), aquellos que cualquier ciudadano usa de manera cotidiana. Ecoembes ha sido testigo directo no solo de la evolución que el sistema de reciclaje ha experimentado en España en los últimos años, sino también de la evolución de las nuevas realidades sociales, económicas y tecnológicas del país. Cuando la organización comenzó su actividad, allá por 1998, apenas se reciclaba un 5% de los residuos de envases domésticos. Al igual que la mayoría del resto de tipos de residuos, casi todos acababan en los vertederos.

Hoy el panorama es muy distinto y, con un reciclaje del 77,1%, los envases domésticos son los que tiran del carro del reciclaje en nuestro país. Esto se debe a distintos factores, y entre ellos destaca que, basándose en la colaboración público-privada, el modelo de Ecoembes se ha convertido en un modelo de soluciones que integra a toda la sociedad: ciudadanos -que depositan los envases en los contenedores amarillo y azul-, administraciones públicas -con quienes firmamos distintos convenios y que son los responsables de prestar el servicio al ciudadano-, empresas -ponen los envases en el mercado y tienen la responsabilidad legal de financiar y promover su recogida y reciclaje- y distintas organizaciones civiles.

Pero hay otro dato significativo que nos ayuda a comprender mejor el papel de Ecoembes en el sector. Los residuos de envases domésticos, aquellos cuya responsabilidad recae en nuestra organización, representan tan solo el 8% del total de los residuos sólidos urbanos que se generan (unas 22 millones de toneladas al año). Esto significa que, de todo lo que se recicla, una cuarta parte es producto del trabajo de Ecoembes. En otras palabras, la fracción de residuos de envases domésticos no solo representa una parte pequeña del total de nuestros residuos, sino que además es la fracción que mejores resultados de reciclaje arroja.

UNA TASA DE RECICLADO QUE NO HA PARADO DE CRECER AÑO TRAS AÑO 

Es importante señalar que la Unión Europea ha definido sus objetivos de reciclaje para los próximos años a través de su Plan de Acción de Economía Circular y que marca el mínimo de reciclaje para envases en un 55% para 2025 y en un 60% para 2030.

Ecoembes se alinea plenamente con estos objetivos, habiendo conseguido ya porcentajes superiores a los demandados desde la Unión Europea. De hecho, el pasado año se reciclaron 1 399 582 toneladas de envases domésticos, un 3,5% más respecto a 2016, lo que supone una tasa del 77,1%, cifra que ya está por encima de los objetivos que hoy nos marcan tanto las directivas europeas como la legislación nacional, y que confirma una tendencia ascendente encaminada a alcanzar el objetivo que Ecoembes se ha marcado para el año 2020: reciclar, como mínimo, el 80% de todos los residuos de envases domésticos.

Por materiales, en 2017 se recicló el 69,7% de envases de plástico, el 86,9% de envases de metal y el 81,1% de envases de papel/cartón. Y todo gracias a que cada ciudadano depositó en los contenedores amarillos una media de 13,96 kilos y de 16,1 kilos en el caso de los contenedores azules. A alcanzar esta cifra ha contribuido sin duda, y junto con una decidida apuesta por la educación y la sensibilización, el esfuerzo por acercar y facilitar al ciudadano el gesto de reciclar, incorporando el reciclaje a su día a día, para que pueda hacerlo dentro y fuera de casa. Así, se han reforzado las infraestructuras con más de 591 000 contenedores amarillos y azules colocados a lo largo y ancho del territorio nacional, y con 30 400 puntos en eventos y otros espacios singulares como conciertos, festivales, eventos deportivos, centros penitenciarios, etc. 

UN SISTEMA QUE APUESTA POR EL RIGOR Y LA TRAZABILIDAD… 

El cálculo del porcentaje de reciclaje de envases domésticos se hace en base a criterios que aseguran su fiabilidad y absoluta transparencia. Este cálculo se realiza a través de la división de dos magnitudes principales: las toneladas de envases domésticos reciclados y el total de toneladas de envases que las empresas adheridas a Ecoembes ponen en el mercado. El rigor de estos datos viene asegurado por multitud de muestreos y auditorías que siguen todo el proceso del reciclaje de envases.

Así, en lo referente a empresas, durante 2017 se auditaron el 94% del total de las declaraciones de envases que las empresas adheridas realizaron.

Por otro lado, en cuanto a las cantidades recicladas, el pasado año se realizaron más de 13 000 caracterizaciones y controles de calidad (verificaciones de la calidad del material que permiten conocer la composición del flujo de residuos y su utilidad). En este caso, el 85% de los datos son remitidos por las Administraciones Públicas, que son las que recogen, transportan y clasifican los residuos. El 15% restante proviene de gestores autorizados por las CCAA sujetos, por tanto, a su regulación y normativa de inspección.

Además de estos, se llevan a cabo otros tantos controles adicionales. Por ejemplo, cerca de 50 000 contenedores al año son objeto de un control “in situ” por parte de empresas externas para verificar el estado de limpieza y mantenimiento, el nivel de llenado —y así controlar posibles desbordamientos— y otros factores como la ubicación y la correcta serigrafía. Estos controles “in situ” de verificación constituyen una herramienta muy útil para validar la disponibilidad de infraestructuras de recogida y la correcta prestación del servicio por parte de las administraciones públicas.

También se realizan auditorías a las entidades locales y a las empresas concesionarias municipales de acuerdo a lo previsto en los convenios de colaboración, revisándose la documentación soporte de las cantidades de envases certificadas por las administraciones.

En lo que se refiere a los recicladores, todos están homologados bienalmente por auditoras certificadas de manera externa y, cada año, se les realiza una auditoría de trazabilidad. Se hace un seguimiento del destino y, por tanto del reciclado, del 100% de las toneladas reportadas por Ecoembes.

Pero la eficacia del modelo de Ecoembes no se basa únicamente en los controles que se realizan sobre todas las partes implicadas para asegurar un correcto funcionamiento, también es fundamental que nos adaptemos a los hábitos de consumo y estilo de vida de los ciudadanos con el fin de ofrecerles soluciones tanto dentro como fuera del hogar.

Es por ello por lo que nos gusta definirnos, en realidad, como un paradigma de soluciones que ha evolucionado desde un modelo de contenedores en la calle a un modelo que ha acompañado al ciudadano en la evolución de sus hábitos de consumo. Y, por eso, hoy ponemos a su disposición alternativas de recogida selectiva en conciertos, en aeropuertos, en bares y restaurantes, en eventos deportivos, en sus centros de trabajo…

… Y QUE APORTA GRANDES BENEFICIOS AL MEDIO AMBIENTE 

El reciclaje de envases realizado durante 2017 ha supuesto una serie de beneficios directos sobre el medio ambiente. No solo se han ahorrado 1,3 millones de toneladas de materias primas sino, también, 20,15 millones de metros cúbicos de agua, el equivalente a la cantidad media de agua que bebe el conjunto de la población durante siete meses, y de 5,8 millones de megavatios/hora de energía eléctrica. 

También se ha evitado la emisión de 1,2 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera o, lo que es lo mismo, las emisiones de 1/3 de la población del país en el trayecto por carretera Madrid – Barcelona.

LA COLABORACIÓN COMO PILAR CLAVE PARA ECOEMBES 

Ecoembes basa su actividad en los tres pilares sobre los que se asienta la economía circular: colaboración, educación e innovación.

Dentro del concepto de colaboración, el propio modelo de Ecoembes supone un ejemplo, ya que coordina una “cadena” de actividad compleja, un triángulo de ecología colaborativa en el que están implicados 47 millones de ciudadanos, 8125 municipios y más de 12 400 empresas adheridas al sistema. A este ecosistema habría que sumar casi 100 plantas de selección, multitud de empresas recicladoras y a las empresas que transforman esta materia prima recuperada en nuevos objetos y productos, sin olvidarnos de las más de 400 organizaciones sociales y civiles de todo tipo (sindicatos, asociaciones de amas de casa, universidades, organizaciones de consumidores…) que nos ayudan a acercar nuestra actividad al conjunto de la sociedad.

Se trata de un modelo solidario y colaborativo donde el ciudadano ocupa el eje central, porque son las personas quienes, a la postre, hacen posible que se produzca la recogida separada y, por tanto, se alcance un alto grado de recuperación y reciclaje de los envases domésticos.

En este sentido, para facilitar y acercar el reciclaje al día a día de los ciudadanos, en 2017 se puso a disposición de los españoles una red de más de 622 000 puntos de reciclaje repartidos por todo el país, de los que 591 124 eran contenedores amarillos y azules (13000 más que en 2016). Los más de 30 000 puntos de reciclaje restantes están  instalados en edificios y recintos de todo tipo, desde estadios de fútbol y aeropuertos hasta hospitales, universidades y establecimientos del canal Horeca. Todo ello hizo posible que prácticamente el 100% de la población tuviera acceso a la recogida selectiva.

LA EDUCACIÓN, FUNDAMENTAL PARA UNA AUTÉNTICA TRANSICIÓN HACIA LA ECONOMÍA CIRCULAR 

Una de las principales funciones que Ecoembes ha asumido desde sus inicios ha sido la de desarrollar tareas de concienciación e información al ciudadano para facilitarle la labor del reciclaje de envases y, consecuentemente, sentar la adopción de hábitos más sostenibles. Porque si hay un eje sobre el que una sociedad circular debe girar, ese es el de la concienciación ciudadana.

Fruto de este compromiso, desde 1998 se han lanzado más de 4300 campañas de sensibilización y se ha extendido la sensibilización hacia el reciclaje en municipios de todas las Comunidades de España. Iniciativas con las que hemos buscado trasladar a la ciudadanía los beneficios que el reciclaje tiene para el cuidado del medio ambiente, enseñando cómo un gesto tan sencillo y cotidiano como es reciclar puede ayudar, por ejemplo, a tener un aire más limpio, o cómo acaban en el mar los residuos que tiramos en el medio terrestre. Un esfuerzo que no ha sido en vano y sin el que, sin duda, no hubiera sido posible alcanzar los datos de reciclaje actuales.

En el ámbito escolar, además, se ha implantado un ambicioso programa de proyectos de educación ambiental. Solo en 2017, más de 135 000 ciudadanos (entre niños, profesorado y personal de la comunidad escolar como cocineros, limpiadores, padres…) participaron en 800 colegios con el programa EducaEnEco. Asimismo, estamos trabajando en una nueva iniciativa, Naturaliza, un proyecto que tiene como objetivo fomentar una mayor presencia de la educación ambiental en el sistema educativo español, trabajando para que pueda llegar a convertirse en una competencia en un futuro cercano. Esta iniciativa supone un reto hasta ahora no abordado: introducir la educación ambiental de forma transversal en todas las etapas educativas, no con contenidos adicionales, sino aportando formación y recursos didácticos de cara a que los docentes puedan impartir los contenidos curriculares de cada curso con una mirada ambiental. Para ello, el proyecto se articula alrededor de tres pilares fundamentales: formación del profesorado, ambientalización curricular y aprendizaje experiencial fuera del aula.

El trabajo de Ecoembes en el ámbito de la educación ambiental se complementa con el que desarrolla para promover el consumo responsable entre la ciudadanía, por ejemplo con proyectos en los ámbitos de la moda sostenible, en el campo cultural y en colaboración con todo tipo de grupos sociales (asociaciones, ONG, etc.). De hecho, según una reciente encuesta, la población percibe a Ecoembes como la segunda organización que más trabaja por el medio ambiente en España. Sin duda, los ciudadanos están entendiendo estos mensajes y esto es algo que nos hace sentir orgullosos, porque Ecoembes somos todos, pero que supone una enrome responsabilidad que asumimos con ilusión y esfuerzo en el día a día.

Especialmente destacable en este sentido es el proyecto LIBERA, liderado por la ONG SEO/BirdLife junto con Ecoembes para combatir lo que hemos denominado “basuraleza”, refiriéndose a la basura abandonada por el ser humano en los entornos naturales de los diferentes ecosistemas (marino, acuático y terrestre). Para ello, LIBERA plantea un abordaje del problema en tres dimensiones: ciencia (conociendo las características y composición de la basuraleza para abordarla de la mejor manera posible), prevención (informando y educando al ciudadano para cambiar hábitos)  y participación (a través de diversas acciones colaborativas y de movilización, facilitando que la ciudadanía tenga contacto directo con el problema y lo combata). En poco más de un año de vida, 16 000 voluntarios han participado en las dos grandes limpiezas colaborativas realizadas en toda España, se han llevado a cabo 50 proyectos de recuperación y restauración de espacios naturales y se han alcanzado 15 alianzas científicas. Un movimiento social que busca agitar conciencias, cambiar hábitos y ayudar a conservar nuestro patrimonio natural.  

THECIRCULARLAB, LA APUESTA DE ECOEMBES POR LA INNOVACIÓN 

Hoy, al igual que durante los dos últimos siglos, la tecnología determina la capacidad del ser humano para gestionar y usar las materias primas en los ciclos económico-productivos. Sin embargo, nuestro tiempo también está determinado por otra variable: las tecnologías aplicadas a la comunicación, lo que hace de esta “era de la información” uno de los periodos históricos más complejos y con mayor grado de incertidumbre.

Esta es la concepción bajo la que, en 2017, nació TheCircularLab, un espacio multidisciplinar, transversal y cooperativo impulsado por Ecoembes que pretende promover la innovación en distintos niveles y con varios objetivos, aunque todos ellos relacionados con la economía circular y el futuro de la gestión de los residuos. Este nuevo espacio, está situado en la Comunidad de La Rioja, concretamente en la ciudad de Logroño, y en su primer año de vida ha concitado numerosos apoyos y colaboraciones de instituciones, mundo académico y empresas, tanto nacionales como europeas.

Posiblemente el avance conceptual más significativo que aporta TheCircularLab es que agrupa desde un mismo lugar físico y con una visión compartida todos los avances innovadores en la gestión de nuestros residuos. Ya sabíamos que se estaban desarrollando proyectos interesantes en diferentes puntos del país impulsados por diversas instituciones públicas y privadas, pero precisamente esa dispersión provocaba dos efectos: la desconexión entre los proyectos y variables muy distintas a la hora de ponerlos en práctica (orografía, población, tecnología usada, etc.), lo que impedía poder contrastar unos proyectos con otros, compararlos y obtener datos fiables.  

Lo que ofrece TheCircularLab no es solo un espacio de innovación abierto y colaborativo, sino que además tenemos el territorio de La Rioja como un espacio real donde poder testar los proyectos en igualdad de condiciones y en un entorno controlado. La idea, dicho en otras palabras, es convertir toda una región, con sus ciudades grandes y medianas, sus espacios rurales, sus infraestructuras…, en un laboratorio a “escala real” para avanzar en todo lo relacionado con los envases domésticos en el contexto de la economía circular con incidencias reales y con la aportación de los ciudadanos. Todo ello, además, trabajando de la mano de empresas, administraciones públicas, ciudadanos, emprendedores, el mundo científico, la universidad, etc. Sin duda, una de las principales bases del TheCircularLab es el uso y la gestión del dato como elemento para interpretar las realidades y las futuras demandas, apoyándose en las nuevas tecnologías de la información, el big data y la robotización de procesos.

TheCircularLab tiene varias líneas de trabajo. Entre ellas, se ha creado un espacio de colaboración con empresas, universidades, científicos y emprendedores para avanzar, entre otros proyectos, hacia lo que llamamos el “envase del futuro”, que muy poco tendrá que ver con muchos de los envases actuales y que será pensado desde el origen con criterios circulares y sostenibles, por ejemplo utilizando nuevos materiales o garantizando una reciclabilidad del 100%.

También se trabaja en la gestión inteligente de residuos (SmartWaste), desarrollando herramientas que permitirán a las administraciones locales proveer de un mejor servicio a sus ciudadanos. Por ejemplo, se analizan nuevos formatos para optimizar la recogida de los residuos realizando “mapeos digitales” de las ubicaciones de los contenedores, el avance en el concepto de “contenedor inteligente”, la gestión inteligente de las rutas de recogida, la incorporación de vehículos híbridos o eléctricos que reduzca las emisiones de C02, el diseño de la planta de selección “4.0 y 100% automatizada”, y la gestión de la información de todo el proceso de recogida para optimizar la operativa sin perder eficiencia.

Por otro lado, el ciudadano sigue estando en el centro y por eso la ciencia ciudadana, el contar con el ciudadano para el desarrollo de soluciones, dispone también de un espacio. Es una tercera –y estratégica- clave de la actividad. Finalmente, y como no podía ser de otro modo, TheCircularLab también dedica un espacio al emprendimiento donde se cocinan nuevas visiones y soluciones en economía circular y para ello cuenta con una aceleradora de start-ups y unlab de talento joven, desde los que se colabora e investiga en iniciativas de todo tipo, relacionadas con las áreas de innovación anteriormente citadas.

EL CONCEPTO DE PREVENCIÓN: AUNANDO COLABORACIÓN E INNOVACIÓN  

Teniendo en cuenta que el 80% del impacto ambiental de un producto se determina en la fase de diseño, el ecodiseño no solo es una respuesta al agotamiento de los recursos, sino también una potente herramienta económica que reposiciona los productos por ser más sostenibles (y rentables) y a la propia empresa como una organización responsable y comprometida con el medio ambiente y con el consumidor.

En Europa se han dado cuenta de ello y se están dando los primeros pasos en este sentido. Buen ejemplo de ello es la estrategia comunitaria sobre los residuos plásticos, que recoge como punto fundamental que todos los envases plásticos sean reutilizables o fácilmente reciclables en 2030, potenciando medidas destinadas a mejorar el ecodiseño y el desarrollo de estándares de calidad para los materiales seleccionados y reciclados, pues de cómo se piensen, diseñen y fabriquen los productos, incluyendo los envases, dependerá en gran medida su huella de carbono, pero también su huella de materiales o de agua.

En línea con esto, y en un ejercicio de colaboración, en Ecoembes trabajamos mano a mano con las empresas para facilitarles el desarrollo de medidas de prevención y ecodiseño tanto en la fabricación de envases como en su transporte, distribución, comercialización y reciclaje. Así, hace casi 20 años se lanzaron los Planes de Prevención, que inciden en aspectos como la eficiencia, el peso, el diseño, el volumen de ocupación, la desmaterialización, la reciclabilidad, la reutilización o reciclaje de los envases, teniendo como objetivo reducir su impacto ambiental. En estas prácticamente dos décadas, las empresas han implementado más de 45 000 medidas de prevención, logrando que los envases sean hoy un 18% más ligeros que hace 18 años, lo que ha permitido dejar de usar más de 500 000 toneladas de materias primas, con los consiguientes beneficios para el medio ambiente. Medidas de prevención que han estado y estarán muy ligadas al concepto de innovación con el objetivo de reducir al máximo el impacto ambiental de los envases a lo largo de todo su ciclo de vida y que también trabajamos desde TheCircularLab.

Solo desde 2015, un total de 2179 compañías han implantado más de 8600 medidas de ecodiseño, lo que demuestra la importancia que tiene la prevención de cara a los valores que representa la economía circular. Estamos dejando atrás el modelo de desarrollo basado en “usar y tirar” para dar paso a otro basado en la sostenibilidad y el largo plazo.

AVANZAR EN EL MODELO ACTUAL 

La evolución constante que la sociedad y el entorno tecnológico están afrontando durante las últimas décadas obliga a Ecoembes a trabajar, día a día, en la continua adaptación al hoy y al mañana, con el punto de mira puesto en alcanzar el 80% de reciclado de envases en 2020. El objetivo “vertido cero” ha de permanecer siempre en el radar de todos. De cara a afrontar estos retos, el sistema que coordina Ecoembes está altamente consolidado en toda Europa. De hecho, el 95% de las toneladas de envases domésticos que se recuperan en el continente se hace a través de modelos como el que hay implantado en España.

No obstante, y a pesar de haber alcanzado un alto grado de eficiencia ambiental y económica, todavía existe margen de mejora, ya que en España conviven regiones con resultados muy altos de aportación a los contenedores amarillos y azules con otras que están por debajo de la media.

Sin embargo, de lo que no cabe duda, es que estos datos denotan el potencial recorrido del reciclaje de envases domésticos en nuestro país. Hay posibilidad de seguir mejorando la eficiencia del proceso de recogida selectiva y su accesibilidad para el ciudadano. En este sentido, desde Ecoembes se han realizado estudios para mejorar la ubicación de los contenedores que, unidos a campañas de comunicación, han tenido como resultado considerables mejoras en las cifras de aportación ciudadana.

Teniendo esto como aliciente, Ecoembes mantiene un formato de modelo de mejora continua. Por ejemplo, con el objetivo de optimizar la contenerización y aumentando la aportación de kilos por habitante/año; para mejorar el proceso de recogida (por ejemplo con el uso de vehículos eléctricos y automatizando plantas de selección); y para seguir acercándonos al ciudadano, con más campañas de sensibilización y haciendo uso de la tecnología –como el big data- para conocer sus hábitos de consumo y reciclaje. Objetivos a los que se suman los distintos proyectos (ecodiseño, SmartWaste, mejora de la reciclabilidad de los envases, etc.) en los que trabajamos desde TheCircularLab.

Sin embargo, aún queda mucho por hacer. Así nos lo ha recordado Europa, que en las recientemente aprobadas directivas -fruto del Plan de Acción para la Economía Circular creado en 2015- marca a los países miembros algunos retos que alcanzar a corto plazo como son, por ejemplo, reciclar en 2025 el 55% del total de los residuos urbanos y reducir hasta un 10%, en 2035, los residuos que llegan al vertedero.

Estos ambiciosos objetivos se traducen en un ingente trabajo, si tenemos en cuenta que, en la actualidad, España se sitúa en un 29,7% y en un 56,7%, respectivamente. Se plantea la necesidad de ir más allá, de minimizar el uso de recursos, impulsando la recuperación y el reciclaje y fomentando el consumo responsable, pero solos no podemos.  Además, la apuesta de Europa por unificar la metodología de cálculo será de gran ayuda para avanzar en este sentido, ya que la falta de homogeneidad ha dado lugar a muchos falsos mitos sobre el reciclaje en algunos países y además ayudará a fomentar la transparencia facilitando el establecimiento de las reglas del juego.

En este sentido, en nuestro país está pendiente de rematarse la futura Estrategia de Economía Circular, un tema de vital importancia que esperamos que el recién formado Ministerio para la Transición Ecológica aborde convenientemente. Es el momento de dar pasos valientes y apostar por la recogida selectiva obligatoria de todos los flujos de residuos mediante modelos óptimos ambiental, social y económicamente, así como analizar modelos fiscales que hagan que el que más recicla pague menos, es decir, que quien contamina, paga.

Alcanzar una sociedad circular depende de todos nosotros y en Ecoembes asumimos nuestro papel en el nuevo escenario que se avecina, con el fin de aportar todo lo que esté en nuestras manos a la circularidad de la economía y de la sociedad. No nos conformamos con que los envases domésticos sean los residuos más reciclados, queremos alcanzar un modelo verdaderamente circular trabajando desde la colaboración, la innovación y la educación. Somos conscientes de que ni está todo hecho, ni todo lo que hemos hecho es perfecto. Por eso, nos ponemos retos que alcanzar.

Uno de ellos es estar donde aún no hemos llegado. Tenemos que estar más en la calle, en lugares fuera del hogar en los que se encuentra el ciudadano, en sus trabajos y en sus momentos de ocio, pero también buscar soluciones flexibles en aquellas localidades con tasas de reciclado inferiores.

También tenemos que trabajar más de cerca con los 8125 ayuntamientos con los que tenemos firmados convenios, con el fin de mejorar y facilitarles, tanto a ellos como a los ciudadanos, la recogida selectiva a través de soluciones como, por ejemplo, la ya mencionada SmartWaste y otras como el Internet de las Cosas. Este trabajo ‘mano a mano’ también es algo a aplicar con las empresas con las que trabajamos, convenciéndoles de lo necesario que es el situar el ecodiseño en el epicentro de su estrategia de sostenibilidad.

Otras grandes líneas de actuación que nos hemos propuesto son fomentar la innovación abierta y la colaboración con todo el ecosistema -empresas, emprendedores y organizaciones de todo tipo- que nos permitan trabajar en los envases del futuro, más sostenibles y más fácilmente reciclables, además de trabajar en la concienciación sobre la problemática que supone la basuraleza con Libera y en nuestro sueño de que el medio ambiente sea una competencia obligatoria en el sistema educativo.

La realidad es que tenemos unos ambiciosos objetivos europeos que alcanzar y hay que apuntar hacia ellos, no podemos desaprovechar la oportunidad que nos brinda la economía circular.