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HIGIENE Y ECOLOGÍA: LAS TOALLITAS HÚMEDAS

Cuento hoy en esta sección de innovación, algo que, por una vez, no es una formidable innovación tecnológica que vaya a suponer una revolución energética, una reducción de millones de toneladas de carbono emitidas a la atmósfera o la alternativa renovable defintiva a los derivados del petróleo.

No, hoy planteamos una innovación en nuestras costumbres, un cambio en un hábito sumamenmte pernicioso para el medio ambiente y que, probablemente, ni nos hemos planteado  siquiera los efectos que puede tener. Se trata de un gesto que realizamos la mayoría de los ciudadanos de países desarrollados y que consiste en tirar las toallitas húmedas por el inodoro.

 Caí en la cuenta gracias a un artículo de Simón Pulido, Director de Operaciones de Agbar en Andalucía Occidental y Extremadura, en el portal www.i-ambiente.es

El autor, como buen ingeniero de Caminos, explica en ese artículo, con todo lujo de detalles, las constantes averías en los colectores debido a los atascos producidos por los miles de toallitas húmedas arrojadas al inodoro.

Dice el autor que pudieron comprobar: " los devastadores efectos para los vecinos, las instalaciones y el medio ambiente del arrojo de vertidos inadecuados a la red (arquetas sinfónicas y su mantenimiento), en especial por el impacto de las toallitas higiénicas húmedas que no son biodegradables. Son “biodegradantes”, más bien. Prueba a estirar una toallita hasta que se rompa. Si puedes me llamas. Habría que usarlas como revestimiento, como armadura, pero no como cosa-para-tirar-al-alcantarillado-a-razón-de-10-ó-12-al-día-hasta-que-reviente-el-tubo."

Y continua: "Estos problemas no son exclusivos de Huelva (pobre consuelo de tontos que así sea), el crecimiento exponencial del uso de productos de cuidado personal de usar y tirar llega a Nueva York, a Murcia y a Honk-Kong. Como lo recoge otro (casi siempre), lo tiro y a seguir, que el cubo de la basura está muy lejos del retrete. Vale, y, mientras, a gastar energía, a atascar colectores, estaciones de bombeo, rejas de depuradoras y a provocar vertidos de agua sin depurar por esos motivos. 

 No pasa nada, tenemos un planeta de repuesto en la maleta, como la vida de repuesto que según Hemingway decía creemos tener. Esto sí que es Smart city".

 Es cierto que existen algunas marcas en el mercado, muy pocas, que son biodegradables. Adquirir estas toallitas, si está en nuestras posibilidades económicas y de desplazamiento, es sin duda la mejor opción, pero si no es así, está la posibilidad, que tenemos todos a nuestro alcance, de tener un cubo en el cuarto de baño y allí depositar estas toallitas junto con otros materiales que nunca se deben arrojar al inodoro, como compresas, tampones y pañales. Despues, el contenido de ese cubo se desecha en la basura orgánica. 

Como apunta Miguel Ángel González Catena: "el problema no solo se circunscribe a los atascos en colectores y bombeos, además cuando hay avenidas y no hay estanques de tormentas en la red estas toallitas van por el By-pass de entrada al río, con los consiguientes problemas medioambientales. Solo hay que ver como están las orillas de los ríos aguas abajo de los puntos de vertido. "

No tirar las toallitas húmedas al inodoro. Un gesto tan simple es la mejor innovación que podemos hacer los ciudadanos para ahorrar mucho dinero en reparación de infraestructuras hidráulicas y, además, no perjudicar gravísimamente nuestro medio ambiente.