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LA VELA, NUEVA SEDE DEL BBVA SOSTENIBLE Y EFICIENTE

La Vela es el edificio principal de la nueva sede que  BBVA está construyendo en Las Tablas (Madrid). Se trata de un complejo de oficinas y servicios al que se trasladarán a trabajar 6000 personas entre junio de 2013 y el primer trimestre de 2015. 

Los empleados de BBVA han sido los que  han bautizado, a través de un concurso de ideas, el edificio más emblemático de la nueva sede de la entidad financiera. La Vela ha sido el nombre elegido para esta torre con forma elíptica, de 93 metros de altura y 19 plantas, proyectada por los arquitectos suizos Jacques Herzog y Pierre de Meuron.

La nueva sede se está construyendo siguiendo los criterios de sostenibilidad necesarios para conseguir el certificado LEED Oro, estándar de construcción sostenible más exigente. Los materiales utilizados tienen bajo impacto ambiental, y los edificios están diseñados para que se pueda llevar a cabo una monitorización remota del consumo energético. Por otro lado, se están instalando sistemas de recogida del agua de lluvia en las cubiertas de los edificios para su uso en el riego y de reutilización de aguas grises. Además, existirán puntos para el reciclaje del 100% de los residuos.

En el proyecto se están utilizando materiales reciclados como el acero o los áridos y la mayor parte de la madera empleada tiene el certificado FSC (Forest Stewardship Council), que asegura que procede de bosques gestionados de manera responsable y sostenible.

El complejo contará con un sistema de control de consumos de energía que permitirá su medición en tiempo real y una optimización de los consumos, así como una mayor capacidad de respuesta ante cualquier anomalía.

Además, un gran porcentaje de las necesidades energéticas se abastecerán gracias a energías renovables propias, como paneles solares térmicos o fotovoltaicos y energía geotérmica de bucle cerrado, que aprovecha la temperatura estable del subsuelo. Todo ello permite un ahorro de un 7,6% en las emisiones de CO2y de un 8,3% en el consumo de energía.

Los sistemas de vigas frías activas evitan la necesidad de generar y conducir grandes volúmenes de aire climatizado a lo largo del complejo. Las vigas conducen en su interior agua fría que, por radiación directa, climatiza los espacios sin necesidad de ventiladores.

Por otra parte, las cubiertas capturarán el agua de la lluvia y mediante un sistema de canales la conducirán a unos almacenes de tratamiento para su reutilización en el riego y el agua de los lavabos se reutilizará para el suministro a inodoros, reduciendo en un 50% el consumo de agua potable.

La gran variedad de árboles, plantas y arbustos de los jardines aislarán acústicamente los edificios.  Los árboles de hoja caduca de La Plaza proporcionarán sombra en verano, dejando pasar luz en invierno, y las plantas trepadoras y colgantes de las calles interiores están pensadas para proteger del sol. En los jardines se están plantando especies autóctonas con bajas necesidades de agua. Además, el riego se combinará con un sistema de canales y otros elementos acuáticos refrescantes que favorecen la creación de microclimas

La envolvente de los edificios es uno de los aspectos más singulares. Las fachadas se han diseñado para minimizar el consumo energético y sirven para integrar las estructuras nuevas y las existentes. El complejo contará con más de 49 000 m2 de fachada acristalada, de forma que prácticamente todas las zonas de oficina tendrán vistas al exterior o a los patios interiores y  más de 2800 lamas prefabricadas ancladas a la estructura protegerán del soleamiento directo.