Literatura obligada

La literatura obligada


Actualmente y cada día más, los jóvenes que pierden o que ni siquiera tienen ganas de leer están a la orden del día. Pero, ¿Por qué ocurre? ¿Cuáles son los principales problemas? En esta columna intentaré resolver la causa, así cómo dar ideas para solucionarlos.


Es sabido por todos que la lectura es un medio importantísimo para llegar a ampliar nuestro conocimiento, esto, aparentemente es algo positivo aunque a veces es difícil conseguirlo debido, principalmente, al ya muy criticado sistema educativo actual. Me explicaré antes de que alguien pierda la cabeza.


Para empezar, desde que somos niños pequeños nos hablan de las ventajas de leer, de lo mucho que se aprende. Todos recordamos nuestros primeros libros, los primeros que nos emocionaron o los que más nos hicieron reir. El problema comienza cuando en vez de sugerirnos libros o alentarnos a la lectura, nos obligan a leernos un libro en específico. Obviamente sin tener en cuenta nuestros gustos u opiniones personales.

A las pruebas me remito, tras pedirle opinión a alrededor de 20 personas, en su mayoría estatan que: “Los libros de lectura por obligación son aburridos y quitan las ganas de leer”. De hecho, todos ellos están de acuerdo en que leer es muy beneficioso y llega a ser entretenido, incluso a muchos les gustan de verdad cierto tipo de libros.


A lo que quiero llegar es que el hecho de obligarnos a leer logra todo lo contrario a su objetivo, en vez de alentarnos a leer, nos hace no querer volver a tocar un libro en nuestra vida.

Para concluir, solo diré que no es tan difícil como parece arreglar esto, ahora que las nuevas leyes de educación están tan centradas en el desarrollo personal y trato especializado a cada alumno, no estaría de más el que nos hagan encuestas preguntándonos sobre nuestros gustos y nos ofrezcan un abanico de libros relacionados con este. Por poner un ejemplo; imaginemos que a mi me encantan los libros de terror, entonces, el profesor me daría 2-3 libros distintos de terror para elegir y que este prepare un examen del libro. Como dije antes, la solución sería bastante fácil, pero más fácil es no hacer nada.