La protección de datos consiste en salvaguardar la información personal contra pérdidas o uso no autorizado, garantizando su confidencialidad, integridad y disponibilidad. Se rige por normativas como el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) y leyes nacionales, y otorga a las personas derechos para controlar sus datos, como el acceso, la rectificación y la supresión.
El cifrado es un proceso de seguridad que convierte información legible en un formato ilegible o "texto cifrado", utilizando un algoritmo y una clave secreta para protegerla de accesos no autorizados. Este proceso es esencial para garantizar la confidencialidad e integridad de los datos, tanto cuando están en uso como cuando se almacenan, y se aplica a correos electrónicos, mensajes, transacciones bancarias y datos en la nube.
Para protegernos ed ataques y robos de datos personales necesitamos entre otras medidas, contraseñas fuertes y robustas.
Para hacer una copia de seguridad de tus datos, utiliza las herramientas integradas de tu sistema operativo o servicios en la nube como Google One para respaldar el contenido de tu teléfono o PC. Asegúrate de guardar los datos en una ubicación externa o en la nube, ya que esto te permite restaurarlos y recuperarlos en caso de pérdida por fallos de hardware, malware o errores humanos.
Para identificar amenazas en la red se debe buscar y analizar patrones de actividad, como picos de tráfico inusual, conexiones a servidores desconocidos o direcciones IP extrañas, que pueden indicar la presencia de malware, intentos de acceso no autorizado o ataques de suplantación de identidad (phishing).
Los sitios web falsos suelen tener direcciones web (URL) que son muy similares a las de los sitios web legítimos, pero con pequeñas diferencias, como errores ortográficos o un número diferente al final. Antes de ingresar cualquier información personal o financiera, valida la URL que estás visitando.