Allá en la ciénaga grande
caimanes, tigres y patos
todos se alegran bastante
cuando se ríe el saraguato.
A la luna poco miran,
salvo si ella está completa
cuando es nueva la descuidan
y en creciente le hacen fiesta.
Astronómica y sonriente
es mejor que la investigue,
sinvergüenza la menguante
de cabeza me persigue.
La sonrisa de la luna
baña el mangle con su luz,
la aguilucha y la caimana
han sufrido un patatús,
porque aquella vieja dama
que se ríe pizpireta
ha olvidado esta mañana
ocultarse en la meseta.