UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO | ESCUELA NACIONAL DE TRABAJO SOCIAL
La Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Coordinación de Intervención especializada para el Apoyo Judicial del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, el Consejo Académico del Área de las Ciencias Sociales (CAACS) dieron inicio el 25 de marzo al Primer ciclo de conferencias y conversatorios “La intervención profesional desde el Trabajo Social en la impartición de justicia” en el que participarán diversos especialistas, académicas y académicos de la Escuela a través de la plataforma de Zoom.
En 2019 el Poder Judicial de la Ciudad de México (PJCDMX) instituyó el premio “Leticia Cano Soriano” galardón otorgado en ese año a la Mtra. Leticia Cano Soriano, profesora de carrera de la ENTS, por la labor que desempeñan las y los trabajadores sociales en el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México (TSJCDMX) su vinculación directa con familias y diferentes problemáticas sociales, realizando dictámenes y estudios sociales para la toma de decisiones de los jueces.
Durante la apertura del evento, la Mtra. Cano Soriano, coordinadora de este ciclo de conferencias y conversatorios, reconoció la labor que las y los trabajadores sociales realizan todos los días ante las problemáticas sociales en un entorno complejo, lleno desafíos y retos que todos los días exigen replantear las intervenciones con grupos de población altamente vulnerables por los escenarios complicados, ante las violencias y desigualdades de género en un tejido social desdibujado.
Informó que este ciclo es una base para continuar con la práctica anual y contribuir desde la academia con los colegas de Trabajo Social que están en el ejercicio profesional todos los días. Añadió que constará de 9 sesiones de trabajo, una mensual con la participación de 13 especialistas con temáticas que permitirán espacios formativos de reflexión e intercambio de saberes especializados de Trabajo Social con la finalidad de proporcionar herramientas teóricas metodológicas y prácticas para fortalecer la intervención profesional.
Para la declaratoria inaugural la Mtra. Carmen Casas Ratia, directora de la Escuela Nacional de Trabajo Social, celebró la coordinación con el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México y la Escuela Nacional de Trabajo Social para ampliar los horizontes de participación profesional en beneficio de quiénes han visto transgredida alguna de sus garantías individuales.
Resaltó que este 1er ciclo de conferencias y conversatorios mejorarán las herramientas teórico metodológicas y prácticas para fortalecer la intervención de las y los trabajadores sociales.
"Esta visión parte de una iniciativa propuesta en 2019 del reconocimiento Leticia Cano Soriano este premio es prueba fehaciente de la solida alianza que tiene la Escuela y el Tribunal siendo suscrito de forma tácita desde entonces en el marco de una estrategia de seguridad implementada entre la Secretaría de Seguridad Ciudadana, la Fiscalía y el propio Tribunal de Justicia que ha permitido estrategias para prevenir el delito" dijo.
Reconoció la labor de las y los trabajadores sociales involucrados por ser parte activa de este proyecto de seguridad y justicia cuyas intervenciones y diagnósticos han sido fundamentales para la toma de decisiones en los jueces. Agregó que de acuerdo a las cifras oficiales se tradujo en la reducción de delitos de alto impacto entre 2019 y 2021 en porcentajes que superan el 50 por ciento.
En el inicio de trabajos de este ciclo de conferencias, se contó con la participación de académicas y académicos de la Escuela. En la primera mesa se abordó la temática "La detección y construcción de redes socio familiares y digitales de apoyo" en la que se tuvo como invitados al Dr. Pedro Daniel Martínez Sierra, profesor de carrera y la Mtra. Elizabeth Martínez Sánchez, Jefa del Área de formación didáctica en uso de TIC de la Dirección de Innovación y Desarrollo Tecnológico de la Dirección General de Cómputo y Tecnologías de Información y Comunicación (DGTIC).
Entre las reflexiones vertidas en el conversatorio los especialistas hablaron sobre la importancia de las redes de apoyo, señalaron que en estos 2 años de pandemia se dio un salto que aceleró la adquisición de herramientas tecnológicas para mejorar las comunicaciones y por ende las redes sociales digitales desde el punto de vista humano y comunitario.
Refirieron que la ciudad de México es una de las mejores rankeadas en conectividad a Internet a nivel internacional pero la brecha tecnológica persiste entre la población urbana y rural.
De acuerdo con datos del INEGI en 2019 el 77 por ciento de la población urbana es usuaria de Internet y en las zonas rurales sólo el 47 por ciento tiene acceso a ese servicio. Con la pandemia la brecha digital se visibilizó aún más, particularmente con la educación en línea, en la actualidad el Internet converge como un derecho humano, al derecho a la información y a la participación.
Destacaron que a través de Internet se forman opiniones, se construyen redes y se participa por lo que no tener acceso a Internet es una forma de vulnerar el derecho a la información y participación. De manera tal que un proyecto prioritario tendría que estar vinculado con crear infraestructuras particularmente en las zonas donde la accesibilidad a los servicios de Internet es difícil o imposible. Programas de formación dirigidos a colectivos vulnerables que no nacieron en la era digital como las personas de la tercera edad, migrantes, trabajadores con bajos niveles educativos, además de una mayor inversión del sector público y privado.
Durante la pandemia el uso de las tecnologías digitales fueron herramientas que fomentaron el proceso social desde el aislamiento logrando lazos de apoyo importantes a través de las redes sociales.
Definieron que una red de apoyo social es una fuente que constituye una serie de recursos de carácter material, afectivo, de servicios, redes que se ponen en movimiento para hacer frente a diversas situaciones desde la necesidad de hablar con alguien hasta una situación de carácter legal.
El sujeto construye durante toda su vida sus redes de apoyo social en función de las diferentes etapas de su desarrollo estas redes se van modificando.
Contar con una red de apoyo positivo es saludable para las personas ya que les permitirá enfrentar las situaciones complicadas que se estén experimentando, son fundamentales para el desarrollo de niñas, niños y adolescentes son espacios de integración que ayudan al crecimiento de carácter personal, social y educacional.
Desde el Trabajo Social, las entrevistas y estudios de caso permitirán ubicar las redes de apoyo de las familias con las que se trabaja para identificar el cómo se relaciona el individuo con otros sujetos, las relaciones con las que cuenta, el nivel de acompañamiento de las personas más cercanas, de quien recibe el apoyo y guía, valorar el grado de participación y densidad del vínculo, así como el nivel de reciprocidad con todos los actores o miembros que integran su red.
La visión disciplinar de Trabajo Social permite comprender al ser humano como ser social desde su complejidad, a través de un macrosistema de la realidad, se identifica no sólo lo aparente sino los recursos familiares, comunitarios, institucionales presentes en cada uno de los casos, se va de lo micro a lo macro para poder enfrentar las problemáticas sociales desde una mirada interdisciplinar y con ello identificar además el nivel de independencia o dependencia de sus redes, el nivel de funcionalidad de las mismas y valorar cuáles son significativas, necesarias de ser reforzadas o necesarias de crear.